18/7/25

 

ARCHIVO SONORO DEL POETA PEDRO GARFIAS  (1ª Parte)

Entrevistas inéditas  y testimonios grabados por mí en los años 80 y 90 a exiliados españoles que conocieron al poeta y a mexicanos que lo trataron o protegieron.

  

                           Trabajo exclusivo de Francisco Moreno Gómez

(Trabajo de investigación literaria, sin ánimo de lucro ni comercial, como es todo este Blog, de pura ciencia literaria, gratis et amore, ánimo altruísta, sin más pretensión que engrandecer y dar a conocer, generosamente, la vida y la obra del gran Pedro Garfias, al que llevo estudiando 45 años, a costa de mi bolsillo, simplemente por amor, amor al poeta y a la poesía, sin pretensiones de promoción académica ni lucimiento de currículum ni miserias personales de las que hoy está lleno el mundillo universitario y sus cómplices. Hay quienes utilizan al poeta. Otros, como yo, lo amamos y lo promocionamos. Promoción, no para el erudito, sino para el poeta y su obra) (Me ayudaron en la parte técnica de este trabajo: Francisco Javier Novas, José Manuel Jiménez y Diana Moreno)

  

Introducción

 

Tengo a bien publicar ante el mundo literario y lectores en general mi archivo sonoro particular del poeta Pedro Garfias (1ª Parte), con el fin de fortalecer su figura y dar a conocer en más elevado grado la riqueza de su poesía y las circunstancias biográficas que rodearon una creación poética tan portentosa. Al dar este paso obedezco a mis deseos de generosidad y rechazo de cualquier inclinación al afán de posesión per se, o a cualquier idea de propiedad privada mal entendida, ya que un poeta y todo su legado es un bien de la humanidad, y no de ninguna persona en particular.

        El material sonoro que se publica es un conjunto de antiguas cintas magnetofónicas o de cassette digitalizadas, que versan sobre testimonios muy directos de personas muy ligadas al poeta, como su propia viuda Margarita, su protector Alfredo Gracia y otros muchos, con los que tendí una amplia red de contactos en los años 80, aprovechando sus viajes al Madrid de la Transición en aquellos tiempos, o bien, con la recepción de cintas grabadas enviadas desde México, o bien las que este autor realizó en México y en Monterrey en el viaje que hice allá en 1992.

La colección comienza con la entrevista que le realicé a Margarita Fernández Repiso, viuda del poeta, en Osuna (Sevilla), el 30 de noviembre de 1985 (Luego la entrevistaría más extensamente el 10 de septiembre de 1992, que fue cuando consulté su archivo en profundidad). Para esta entrevista inicial envié previamente a Margarita la pequeña obra de Ángel Sánchez Pascual Pedro Garfias, vida y obra (Ámbito Literario, Barcelona, 1980), a fin de que nos sirviera de punto de partida. La entrevista consta de tres cintas, según se expone sucesivamente. Iré anotando algunos comentarios para centrar mejor el contenido.

(1) CINTA 1.- Margarita 1. Entrevista de Francisco Moreno Gómez a Margarita Fernández Repiso, viuda de Pedro Garfias, en Osuna, 30-11-1985.

Comienza diciendo que hace unos dos años escribió al Sr. Barrera y a otro señor, pero ninguno de los dos contestó. A María Garfias le sacaron cosas, pero, porque Margarita se las había enviado a María previamente. Margarita envió sendos paquetes con cosas de Pedro a la hermana de Margarita y a María Garfias. Se queja de que le dieron material a Margaret Resnick, sin consultar a Margarita. A continuación observa errores en libro inicial de Sánchez Pascual. Asegura que Pedro era un magnífico estudiante. Siempre estuvieron acompañados por una señora ama-nodriza, a la que llamaban “mamá”. Habla de su primer alojamiento en México. Cita la “Asociación” que llevó a cabo Juan Rejano para ayudar al poeta, lo niega, pero aquí Margarita parece desconocer esa realidad. Pasa luego a concretar el origen familiar del poeta. Cita al egabrense José Cobos Panadero. Estudios en Cabra. El padre le mandaba dinero a México. Alusiones a la familia de Margarita. El encuentro de Garfias con Margarita. La boda.

Estancia en La Carolina. Ernesto Benítez. No se acuerda bien dónde estaban cuando llegó la República. Por fin asegura que estaban en Madrid. Aquí, vivieron en Santa María de la Cabeza, 14. Último piso. Luego, en la calle de Lista. Pedro, colocado en Recursos Hidráulicos. El padre les pagaba el piso de Madrid. El padre de ella también les daba algo. En Madrid, el Liceo Andaluz de la Carrera de San Jerónimo. En la plaza de Santa Ana estaba el Colmao… El dueño era muy amigo. Nombra a Alberti. Lasso de la Vega. Machado. Eugenio Montes. Vivió Pedro antes en la calle Humilladero, allí estaba Buñuel.  Pedro fue muy amigo de Francisco del Castillo.

Al empezar la guerra, ella se va a la calle de Lista, a la casa del dueño del Colmao, con su sirvienta María. Él marchó al frente. (En noviembre-diciembre) Ella va a verlo a Montoro-Villafranca. Ella salió de Madrid a primeros de noviembre de 1936. Nombra a Indalecio Prieto, que le quitó a Garfias el cargo de comisario. Al salir de Madrid en noviembre de 1936, con Castillo y su madre se fue a Villafranca. Allí fueron con sus mujeres Cuatro Comisarios, uno era Pastrana. Vivieron en la casa del médico, Villafranca (Eran los del Comité de Frente). Confunde Montoro con Pozoblanco. En Montoro era donde vivieron en la casa del médico. Los poemas a los niños. Cuando cayó Montoro, aquella noche los Garfias salieron poco antes. Estaba nevando y ella cogió una pulmonía. Llegaron hasta el Parador de Turismo del Condestable Dávalos, en Úbeda. De ahí, a Castellón, a casa de un coronel. Cuando la batalla de Pozoblanco, ella se confunde. Ella estaba en Valencia. Ella fue a verlo en 1936, no a Pozoblanco, sino a Villafranca. De Castellón se vino a Valencia, al Hotel Inglés. Habla del “corte de Valencia”, con algo de confusión. Ministerio de Propaganda. Barcelona. El Arquitecto Sánchez Arcas. El  poeta pasó con las Unidades en que estaba. Ella salió por otro lado, con Negrín, desde el castillo de Figueras. Rectifica: El corte le pilló en Barcelona.

 AUDICIÓN:

https://archive.org/details/1.-margarita-1-osuna-30-11-85

 

(2) CINTA 2.- Margarita 2. Ibídem

Comienza hablando del piso actual de su sobrina en Madrid. El final de la guerra. En Valencia estuvo Margarita en Armamento, como secretaria del coronel Ramírez de Arellano. Luego, Barcelona. Era amiga del Director de Transportes, Cerón. Estuvo en Barcelona, en Armamento. Estuvo una temporada en el Hotel Majestic. No salió con Pedro. Le avisó el ministro Gordón Ordás. Se concentraron en casa de Hidalgo de Cisneros, estaba Negrín, etc. Salieron de madrugada. Luego, al castillo de Figueras. No tenía noticias de Pedro. Sacó una canción: “Somos los españoles…”. Ella salió con el director del Banco de España, Señor Figueroa, y el tesorero o secretario Julián Sáinz. Salió por Le Pertús, sin pasaporte. El campo de concentración de Hará. Un día se escapó y fue a Perpiñán, y en tren a París, con Marcelino Domingo. Primero, a casa de Corpus Barga. El barrio de Compiègne. También en casa del pintor Mingorance.

Estaba en París. A Pedro lo despidió cuando marchó a Eaton Hastings, porque se escribían. Y pasó ella también a Inglaterra más tarde. El episodio del tren en Londres, que paró para que ella subiera, en el que iba Pedro, para el regreso a Francia. Pedro dio dos conferencias en Oxford. La carta de Helena. El equipaje se facturó para Perpiñán. Salieron del puerto de Séte, cerca de Marsella. Viaje del Sinaia. Llegada a Veracruz. Distrito Federal. Hotel Lumba. Luego, un piso en la calle Edisson. Allí estaba Ofelia Guilmáin con su madre. Nosotros, en una misma planta, con Cobos, Díez Canedo y Benítez. Hasta fines de 1940. Luego a la calle de López. Luego, a la calle de Liverpool, donde ya Pedro no estaba. Iba a dar conferencias, por ejemplo, a Monterrey. Ella llegó a Monterrey en enero de 1944. Él trabajaba en la Universidad, y ella en una joyería, de contable. La vida en Monterrey.

        Se traslada a México capital, al centro, con una amiga, con los perros y los gatos. Luego buscó apartamento en la calle Newton, barrio de Polanco. Era noviembre del 48. Él estaba en Puebla. El 10 de agosto de 1949 se trasladó a José Vasconcelos, 172. Buscó a Pedro. Estaba en Puebla. Ella trabajó en radio y televisión. Antes, a su padre ella le pidió dinero varias veces. Pedro, la última vez que pidió algo, la familia política se negó. Me dice de memoria la carta. El cuñado era Gamero. 

        Entonces, en 1949, Pedro no estaba tan mal ni tan alcohólico. Eso fue mucho después. Luego se fue, y estuvo como año y medio sin volver. Pero me escribía. Un bohemio. Cuando vivía conmigo, tenía la ropa limpia. Con Fernández del Real en Puebla, que lo quería muchísimo. En 1941, el Banco Egidal le concedió una pensión bastante tiempo, antes de Monterrey. Las cosas se pusieron mal hacia el 1954. Estuvo en el Sanatorio Español. El Dr. Bejarano, en México capital, hacia 1954.

        Rejano le dio la mala noticia de la muerte. Pedro estaba en el Hotel Garza, en la calle Zaragoza. Habló con la mujer de Alfredo Gracia. Estábamos separados, pero nos tratábamos. Fue en 1954. En 1958 vino Margarita a España y lo buscó, y Pedro le dio unos encargos para Dámaso Alonso. La separación se hizo de hecho, y se casó con un holandés, Pieter Yosyf Mes (¿), el cual murió el 28-9-1984. 65 años. Economista. Se lamenta de haber regresado a España. Le perjudicó económicamente. No se puede mandar dinero. Ha sufrido la devaluación. Dice que su familia de aquí es rica. Ella ya había mandado cosas para acá. Cuenta que estaba muy deshecha. Pedro era muy bueno, y cuando él tenía, a ella no le faltaba nada. Vuelve a coger el libro de Sánchez Pascual. Testimonio de Sánchez Román.

        Vuelve a La Carolina. Luego, a Madrid, toda la República. El Álbum de fotos. Nueva confusión sobre Pozoblanco. Era Montoro y Villafranca. Ontañón fue otro de los comisarios. Era Pedro un gran jugador de dominó. Giner de los Ríos le gestionó la publicación de “Primavera en Eaton Hastings”. Se lamenta de que su padre aminoró la herencia a las hijas, y a ella, más.

AUDICIÓN: 

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(3) CINTA 3.- Margarita 3. Ibídem (Sólo una parte de la cara A)

Finalmente habla de la estancia en Monterrey. Ella llegó allí en enero de 1945. (Antes dijo 1944 por error). Su padre murió el 22 de abril de 1948. En noviembre de 1948 se volvió ella México DF. De ningún modo era en 1946. Y Pedro se hallaba en Puebla, en 1948.

AUDICIÓN: 

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(4) CINTA 4.- CARA A. "Homenaje al poeta español Pedro Garfias, fallecido en el exilio de México", celebrado en Madrid, Centro Cultural de la Villa, 30 de septiembre / 1 de octubre de 1980. Grabación de Francisco Moreno. 1. Intervienen: Luis Ríus, Ofelia Guilmáin, Eduardo McGregor, Santiago Genovés, Antonio Passy y Rafael Alberti. Básicamente eran los amigos de Garfias en México. Organizan: Canal 13 de la TV Mexicana, la Embaja de México y el Ayuntamiento de Madrid.

Se abre con la lectura del célebre prólogo de Juan Rejano al libro “Viejos y nuevos poemas”. Se exalta el amor de los mejicanos a Pedro Garfias. Adhesiones al homenaje. Repaso a la vida y obra desconocidas de Pedro Garfias, la guerra, romances de guerra, sus libros. Exilio en Inglaterra. Exilio en México. Sus libros en México. Otras adhesiones al Homenaje. De Sánchez Pascual. De Ignacio Sotelo. De la UNAM, del Ateneo de México. Participan en este homenaje: Ofelia Guilmáin, exiliada joven, actriz. Participa también Santiago Genovés, nacido en España, de nacionalidad mexicana. Participamos por la parte española, entre los radicados en Madrid, tres actores mexicanos: Antonio Pacín, Eduardo McGregor, y otro. Hacen la presentación de Luis Ríus. Nacido en 1930 en Tarancón. Llegó a México con 9 años. Compañero de exilio de Garfias. Luis Rius, maestro y poeta.

        Habla Luis Rius. Viene “acompañado de nuestros muertos”. Ayuntamiento de Madrid. Embajada de México. Canal 13 de la TV mexicana. Garfias es hoy en España un gran desconocido, aunque no siempre lo fue. Repaso a la vida de Garfias. Su marcha de Madrid. Su “Ala del Sur”. “Horizonte”. A ruego de Lorca, el “Romance de la soledad”. La irrupción de la guerra civil. La guerra lo devolvíó a la poesía. La palabra escueta, desnuda. Entonces, no antes, halló la auténtica popularidad. Premio Nacional de Literatura de 1938.

        Exiliado en 1939. El mérito de México: salvar una gran parte de la cultura española. Hospitalidad de México. Garfias como todos gozó de la fraternal acogida. Sus obras. Libros fragmentarios. Con el destierro, cambió su percepción. Lo fecundo en él era su desesperación, decía Américo Castro. Su muerte. El mismo no se preocupó de su difusión editorial. La edición de Voz Viva de México la prologó Ríus. Y también, una segunda edición de “Primavera en Eaton Hastings”, por la editorial Era. Una antología editada y prologada por Juan Rejano, editada por Finisterre. Y otra grabada en un disco con la voz de Garfias por la UNAM. En España, la antología de la editorial Helios, preparada por Margerit Resnick, profesora de Yale, y cuya introducción es parte de su tesis doctoral, presentada en Harvard, y escrita a sugerencia de Jorde Guillén. Parece que Resnick se dejó unas “Poesías completas” en una editorial de México. El último libro de Garfias era el pensamiento obsesivo de la muerte. Sólo quedan de él palabras que muy pocos, hasta ahora, han oído.

AUDICIÓN:

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(5) CINTA 4.- Cara B. Homenaje citado a Pedro Garfias en Madrid, en el Centro Cultural de la Villa, en 1980. 

Música.- Garfias, de aquí y de allá. Metódico en su destrucción. Volar y caer. Digirió lo de aquí y lo de allá. No se sabía a dónde miraba. “Romance de la soledad” (recitado). Otro recitado: “Todos los pueblos volando sobre el mar…”. Otro recitado: “Se lamenta y se lamenta / atado a la noche el viento…”. Otro recitado: “Sobre tu alameda / mi pueblo andaluz…”.

        Aquí hubo una guerra. Si no la hubiese habido, Garfias no habría ido a América. Que hable Garfias de esa guerra: “Los escopeteros” (recitado). Poema “A Paco Dios” (“Mi segunda Compañía…”) (Recitado). Otro recitado: el poema “Asturias”. Recitado: “Déjame mirarte bien / con mis dos ojos abiertos…”. Recitado: “Bajo la metralla huyen las mujeres…”. Recitado: “Quinientas noches en vela…”. Garfias, enfermo de guerra, medita: “A la mitad de la guerra” (recitado). “Paso lento, blanco paso” (recitado). Poema “Cruzando la frontera” (recitado). El célebre poema “Al Capitán Ximeno” (recitado). El irónico y acusador poema “Mr. Chamberlain” (recitado).

        En el breve exilio inglés, comienza el tercer período de Garfias. Se recitan fragmentos de “Primavera en Eaton Hastings”. Como pórtico del exilio mexicano, el gran poema “Entre España y México” (recitado). Última etapa de la vida poética de Garfias. Aquí Garfias alcanza su mayor altura poética. Poemas de México, como “La palabra se rebela” (recitado). “Algo rozó la nada” (recitado). “Cuando el hombre sea Dios” (recitado). “Las horas crecen de noche” (recitado). “Qué hacer con el hijo indócil…”. Un soneto a su padre (recitado del propio Garfias, con mal sonido). Ciudades del periplo de Garfias. “Sé que si lo grito fuerte…” (recitado). “A la una comienza a llover la sangre” (recitado). “Porque los sueños, sí, / digo los sueños…” (recitado). El pintor mexicano Guillermo Ceniceros facilitó una cuarteta inédita de Garfias: "Qué cosa de locura: / antes de que hoy se vaya / ha llegado mañana / y ayer no se va nunca".

AUDICIÓN:

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(6) CINTA 5. Cara A. Homenaje citado a Pedro Garfias en Madrid. Centro Cultural de la Villa. 30 septiembre / 1 octubre. 1980.

“Cerré puerta y ventanas / para dormir tranquilo” (recitado). “Que si las piernas torpes” (recitado). “Lleva la cruz al hombro” (recitado). “Paso desacompasado” (recitado). Pedro Garfias, el perdido, fue encontrado por México. La adhesión de D. Enrique Tierno Galván. Otro breve boceto de la vida de Garfias, el ultraísmo, la guerra, el exilio. Repaso a alguno de sus libros. Texto de la adhesión de Sánchez Pascual. Adhesión de Ignacio Sotelo, de Luis Buñuel y la adhesión de Luis Alcorisa, del jefe de protocolo del presidente del Gobierno (Suárez), de Arnoldo Martínez Verdugo, secretario general del Partido Comunista de México. En su lugar está presente Santiago Álvarez. También adhesión de Santiago Carrillo. Adhesión de la UNAM, del Ateneo Español de México, de la Asociación Hispano-Mexicana de Intercambio Cultural. Están presentes: Ofelia Guilmáin, Santiago Genovés, el actor Fernando Rey.

Interviene Rafael Alberti. Habló antes Hugo Gutiérrez Vega. Tiene de Garfias un recuerdo muy lejano y muy presente. Alberti dejaba ya la pintura y empezaba a escribir. Cuenta sus recuerdos, como Juan Chabás, acompañado de Pedro Garfias. Luego perdió de vista a Garfias. Recuerda a Juan Larrea, que hace poco murió en Argentina. Tuve noticias de Garfias en la guerra. Alberti recaló en Argentina y Garfias en México. Uno de los que ha hablado en la introducción ha sido Hugo Gutiérrez Vega. En la lectura de poemas ha intervenido también Fernando Rey.

Vuelve a intervenir Luis Ríus. Es el segundo día del Homenaje. Ahora hablará solamente de la etapa de Garfias en México, sobre todo en Guanajuato. Habla de la importancia de la obra de Garfias en México. Su influencia en generaciones de mexicanos y españoles radicados en México. Cita un fragmento de “Las encinas” de Machado. El magisterio de Garfias está casi perdido, tal vez por el desdén del propio Garfias. Una antología por Juan Rejano. Otra, el disco. En España, por Resnick. Un acto como este redundará en la necesaria difusión del poeta. Todos somos de aquí y de allá, fragmento. Otro recitador (Fernando Rey) repite el célebre prólogo de Rejano. 

Luego, “Romance de la soledad” (recita Ofelia Guilmáin). “Todos los pueblos volando sobre el mar…” (recitado, de El ala del Sur). “Se lamenta y se lamenta / atado a la noche el viento” (recitado). “Sobre tu alameda / mi pueblo andaluz” (recitado). La guerra marcó a Garfias y a los refugiados que allí fueron. Que hable Garfias de esa guerra. Se recita “Los escopeteros”, a varias voces. Luego, “Mi segunda compañía”. Fin de esta cinta.

AUDICIÓN:

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(7) CINTA 6,- Entrevista a Alfredo Gracia Vicente por Francisco Moreno Gómez, en Madrid, 2 agosto 1984. 1. 

 Habla Alfredo Gracia, maestro exiliado en México. El disco de Voz Viva de México se consiguió después de ocho meses de trabajo. Y lo consiguió la amistad que tenía con Max Aub, que era el encargado de publicaciones de la Universidad. El tesón de Max Aub, que lo iba a buscar todos los días. Por el disco se oye con diferentes voces y estados de ánimo. Del 1943-1946 estuvo en Monterrey, con Raúl Rangel Frías, encargado del Departamento. Alfredo vivía en Tampico. En una celebración del 14 de abril, hacia 1945 ó 1946, invitaron al general Miaja, y a Pedro Garfias. Venía con un pie enyesado, y con Margarita, y con su gata Zenaida. (Y los perros Boby y Fany). Uno importante en la vida de Pedro fue Juan Rejano, Gracia, Ríus… Rejano venía a ser embajador de facto de todos los españoles. Era comunista y  nada  sectario. Ríus era mucho más joven. Carlos Fernández del Real fue su amparo en Puebla. Tenía habitación en casa de Carlos. De Monterrey no lo despidió nadie. Él se marchó. Vivía en una casa, calle Zaragoza, el número 725. La sirvienta era Lupe. Allí vivían con los dos perros, gata y Margarita. En 1948 llegó Alfredo a Monterrey, a la Librería Cosmos.

Pedro iba por todas partes y por todas partes lo conocían. Margarita siempre estaba enferma. Se separaron amistosamente. Ella, en algunos recitales, actuaba de apuntadora. Alfredo fue su protector en Monterrey. Rafael del Río, en Torreón. En Guadalajara, el Dr. Navarro. Carlos  y Virgilio Fernández del Real, en Guanajuato. En Torreón lo querían mucho, incluso los antiguos residentes. Allí se celebraba en septiembre la Covadonga. Pedro no faltaba nunca. La juventud de Monterrey eran sus seguidores. En el camino a Torreón se encuentra Monterrey. Iba un tanto desastrado. Las relaciones de Alfredo no eran literarias, sino humanas. Hotel Iturbide, y la posada Garza Nieto, en la calle Zaragoza. Ya no existe. Roque Nieto intervino en la edición de “Viejos y nuevos poemas”.

Fernando Benítez, historiador de los indios. Suplemento de “Novedades”. Desechó el empleo. La Cantina La Reforma. El Partido Comunista era el que ordenaba el internamiento en sanatorios. Él no estaba un año en ninguna parte. Cuando murió, él vino a Monterrey hacia el mes de mayo. Vino deforme. Hinchado y con barba. Tenía psoriasis. El Dr. Salinas Ruiz lo atendía. En nuestra librería lo atendía Rubén González. Iba a verlo a la cervecería La Cabaña. No tenía un médico, tenía cinco, como el Dr. Enrique Livas (Se pasa a la Cara B).

Todos los días se venía a la librería. Leía mucho. Tenía la cultura que se debe tener (Castel de Cabra, Teruel, en 1910, nació Alfredo). El “Ulises”, de Joyce, Pedro lo conocía, en francés. Garfias sabía lo esencial de Quevedo en la poesía. Mucho de Machado. Sabía de todos. Mucho de Juan R. Jiménez. A Machado, además de conocerlo, lo quería. Relato de la muerte de Pedro. El Dr. Livas. Hospital Universitario.

Recuerdos de Tampico. El Hotel Inglaterra en Tampico. En México fue a un Sanatorio en la Calle Praga. Con el Niño del Brillante, el Niño de Caravaca. Aconsejaba a los cantaores. ¡Pero si es La Niña de los Peines! Contaba la historia de Silverio Franconeti. Los domingos estaba perdido. Déjame con el perro Pinto. Estaba alcoholizado, pero no bebía mucho, poco a poco, lentamente. Se levantaba a mediodía. Iba a La Reforma. El Dr. Vicente Ridaura le cedió a Pedro una casita en la playa de Tampico. Juan Rejano, en nombre del PCE, se ocupaba de él.

El 9 de agosto. La muerte. El último día. Otro matrimonio, Eugenio Armendáiz y María Aurora Elizondo. Son mexicanos. Ella canta bien. Él conocía a todos. Salieron al pasillo. Murió en manos del enfermero.

 AUDICIÓN:

https://archive.org/details/7.-gracia-vicente-1-2-8-84

 

(8) CINTA 2.- Caras A y B. Continúa la entrevista a Alfredo Gracia Vicente por Francisco Moreno Gómez, en Madrid, a 2-8-1984.

 

En la muerte de Pedro fue premonitorio el poema “Recién muerto”. Santiago Roel era secretario del gobernador. Este era un hermano del Dr. Livas. Alfredo fue a ver a Roel. El gobierno de Nuevo León cargó con todos los gastos. La tumba se ubicó al lado de otro que también fue gobernador, Arturo B. de La Garza. El entierro fue el 10 de agosto. Asistieron una veintena. Pronunció la laudatio el lic. Raúl Rangel Frías. Cita a Unamuno. Estaba mi esposa, Mª Luisa, estaba María Aurora. Pusieron la bandera republicana, y pusieron en la caja una bolsita con tierra de Teruel, del propio Alfredo. Los versitos “La soledad que uno busca / no se llama soledad…”, la puso Alfredo. Estaba en la libreta verde que dejó en el Hotel Iturbide. Propuso Alfredo hacer un homenaje a Pedro en Madrid, a Santiago Roel, pero se pospuso. Roel hizo una biografía.

Alfredo tiene un poema de Pedro a su hijo, Alfredito, que ahora tiene 35 años. Les presté la libreta verde, y se perdió. Los había transcrito Alfredo, el cual hizo una antología “Pastor de Soledades”.

Una tal judía, Judith, se enamoró de él. Estaba en Guanajuato. Allí estuvo con Dámaso Alonso. Dio unas conferencias en Monterrey, en el Instituto Tecnológico. En el Hotel Monterrey estuvo hospedado Dámaso Alonso, y visitó a Alfredo en la Librería Cosmos. Y le regaló “Primavera en Eaton Hastings”. Al día siguiente, vino emocionadísimo. Mi mujer ha llorado. “Este es el mejor libro del destierro español”. También ha salido “Lo que Pedro nos decía”. En Monterrey se publicó “De toros…”. Alfredo cree que lo escribía el Dr. Daniel Mir. Protestante. “El consultorio del aire”. Publicaba en “El Norte” de Monterrey. Y el director de publicaciones del periódico, Samuel Flores Longoria, fue el que dirigió esa publicación “De toros…”. El impresor fue Alfonso Reyes Martínez.

El director de publicaciones del Fondo de Cultura Económica era en 1940 Joaquín Díez Canedo, hijo del conocido Enrique. Llamó a la taquígrafa y Pedro le dictó de memoria. Alfredo quería hacer una edición de poesías completas. “Poemas para niños”, de Ángela Figuera. (Hay un pequeño corte de sonido). Los Mariachis y Pedro en una cantina de Monterrey. En Guadalajara no era tan conocido ni tan querido. En la cantina Don Quijote. Se enamoraba y ya está. Carmen Díaz, bailaora. Un catautor canta “Se llamaba…” (Tal vez Ernesto Rangel Domene). Y “Romance de tus ojos”.

AUDICIÓN:

https://archive.org/details/8.-gracia-vicente-2-2-8-84

 

(9) CINTA 3.- Intervención de Alfredo Gracia Vicente en las Jornadas “Encuentro de dos Culturas” (V Centenario) en la Universidad de Nuevo León, Monterrey, el 8 de agosto de 1992. Grabación de Francisco Moreno Gómez, allí presente. 

Pide Alfredo que le hagan preguntas. Cómo Pedro quería a los perros. Un perro lo siguió todo el día, hasta dentro de una cantina por la noche. El cantinero le prohibió estar con el perro. Pedro le dijo: “Vámonos, porque aquí sólo admiten a un perro”. Un poema: “La soledad que uno busca…”. Nunca le faltó compañía. Los domingos se sentía mal. El perrito “Pinto”. Pedro fue muy afortunado, feliz en cierta manera. Fue comisario de guerra. Se refiere luego a la edición de “Viejo y nuevos poemas”. Pedro siempre tuvo compañía. No le faltaron amigos al lado. Poema “Entre España y México”, espera que lo explique Moreno Gómez. La última “invasión” fue la de los vencidos, en 1939. El vapor del talento.

Interviene Alfonso Rangel Guerra. Vuelve a intervenir Alfredo Gracia. Manolo Martínez, torero. La muerte de Pedro. Se salieron las señoras, cuando vino el enfermero. El poema “Recién muerto”. Raúl Rangel Frías leyó la despedida fúnebre (breve interrupción). Continúa Alfonso Rangel Guerra. La poesía es palabra. La tumba de un poeta, dijo Pedro, es el abrazo mejor a una ciudad.

 AUDICIÓN:

https://archive.org/details/9.-gracia-vicente-3-8-8-92

 

(10) Entrevista al Dr. Antonio Navarro Pérez por Francisco Moreno Gómez, en Madrid, a 27-11-1986. 

No me perdonó nunca Pedro el que yo aquella nochebuena no lo localizara, cuando visitamos al general Lázaro Cárdenas, y al general le hubiera encantado también. No tuvieron la oportunidad de conocerse personalmente. Le dedica una poesía en el Álbum. El Sinaia. Navarro lo conoce en Guadalajara. Carlos Fernández del Real, hoy el mejor abogado laboralista. De la Editorial Era. En Guanajuato le amparaba Luis Ríus. Entre todos ayudaban a Pedro Garfias. Organizaban recitales de Pedro. Y le recolectaban dinero. “España Popular”, comunista. Se editaba en México DF. Juan Rejano, como el padre de Garfias. El mejor libro, “Primavera…”. El libro “Río de aguas amargas”. El papel lo pagaron los amigos con unas letras. Y le organizamos “Lo que Pedro nos decía”. El poeta viajero. Un mecenas era Alfredo Gracia. Otro amigo era Pedro (¿Antonio?) Camacho, en Guadalajara, una Antología del Flamenco. Antonio Abengózar Llorente, de Alcázar de San Juan, ex ferroviario, vendedor de joyas, muy querido de Garfias. En Monterrey, Ruiz Funes, un sobrino del ministro.

En el Sanatorio de Guadalajara estuvo tres meses, la psoriasis. Otra vez en México, en el Sanatorio Español, el Dr. Millán, el mejor sanatorio psiquiátrico, con la ayuda de Juan Rejano. Dirigía la página literaria de El Nacional. Todo el mundo le llamaban Juanito. Garfias decía de él que era el hombre más culto que había conocida. Pedro tenía un carácter vehemente, iracundo a veces. Rejano estaba casado con una periodista, María Luisa, la cual murió en accidente de automóvil. Sánchez Vázquez. “Lo que Pedro nos decía”.

Los ejemplares de “Río…”, los depositó en casa de Del Río, murió y los libros allí se quedaron. Se retrasaron en ir a buscarlos. Se perdieron muchos libros. La estatua de Garfias en Guadalajara. Se inauguró hace poco. El Ayuntamiento hizo eso.

(Cara B) Yo llegué a México en 1939, a Chihuahua. Allí nos llegaron unas hojas para firmar en el Álbum. La dedicatoria la hizo Pedro. El Fondo de Cultura Económica. El amigo inglés. En 1945 conocí a Garfias personalmente, en el Centro Andaluz de México DF. En la calle Bolívar, que lo regentaba Antonio de la Plata, cantaor de flamenco. Y allí lo invitó a ir a Guadalajara. Suárez y el rey visitaron México. Citaron a Garfias. Sánchez Vázquez. Homenaje reciente. Juan Rejano le mandó recado de que su esposa se quería separar. En Guanjuato, donde estaba Luis Rius, casado con Pilar Rioja, allí Pedro trabajó en la Universidad. Wenceslao Roces, para “España Popular”. “Lo que Pedro nos decía” me lo envió Marcial Torné, de parte de Navarro. Tenía un “banco de alcohol” en muchas cantinas, El Gallo, Don Quijote. Si le pagaban una copa, y no la tomaba, le guardaban la invitación. Mandaba al camarero que se la apuntara.

“El vendía poesía” de un lugar a otro, decía. En Guadalajara estaba el Dr. Briceño. El Sr. Figueroa. Una noche en casa de Briceño. Sobre 1953. La botella de coca-cola, con ron. En Guadalajara lo curamos. Tres meses, el Dr. Gallo, y el Dr. Barba Rubio. La carta del fallecimiento del padre. Recayó en la bebida. En una pensión, en el Hotel Morales. La psoriasis es de tipo psicológico. Fue siempre del PCE. Ha recitado siempre en nuestras fiestas, 14 de abril, etc. Cárdenas, una nochebuena invitó a varios españoles, fueron a buscar a Pedro, al sanatorio, y no estaba. Al día siguiente, lo encontró, … Había estado con Briceño en su casa.

 AUDICIÓN:

https://archive.org/details/10.-navarro-1.-27-11-1986

 

(11) CINTA 2.- (Sólo la Cara B). Continuación de la entrevista al Dr. Antonio Navarro Pérez por Francisco Moreno Gómez, el 27-11-1986.

Habla sobre una foto muy buena, en la que Pedro está muy bien, y varias más (que más tarde me envió). En su casa estuvieron en una velada con el Bombero Torero. Crítico de toros, muy entendido. El Litri no se portó bien con Pedro, en un colmao. A Manolete sí lo saludó. Su poema lo hizo para la Casa de Andalucía, en Guadalajara. Tres poesías hizo Pedro, Belmonte, Joselito, y Manolete. En el último libro está todo, menos la letra de una canción al pasar la frontera: "Somos los españoles, venimos de luchar…".

En Torreón la cantamos la primera vez, cuando las elecciones de 1940. Hubo peligro de guerra civil en México. El general Agustín Castro. Evacuamos Chihuahua. Las mujeres y niños se resguardaron en Torreón. Una tal Maruja la cantó por la radio. Se lo he preguntado a Pedro.

Algo del Dr. Navarro. Estudió en Madrid, de San Vicente del Raspeig (En Almansa, por accidente). En la columna Perea. En la sierra de Madrid, Lozoya, Pozuelo. Cuesta de las Perdices. Médico de un batallón. Juan Perea Capulino, a liberar a los del cementerio de Pozuelo. Ascendido a Capitán. Me reclamó Líster en el Jarama. El hospital de Chinchón. Luego a Guadalajara. Un hospital en Alcalá de Henares. Gente muy agotada que venía del Jarama. Lister lo elogiaba, porque había recetado vino tinto para la diarrea. Mayor de Sanidad, al final. Jefe Sanidad de la 11 División. En México, a la Colonia de Santa Clara, seis años. Luego, en Laboratorios Roche, en ventas. Casi todo el todo el tiempo en Guadalajara.

AUDICIÓN:

https://archive.org/details/11.-navarro-2-solo-cara-b

 

 (12) CINTA 1.- Entrevistas de Francisco Moreno Gómez: a Julián Antonio Ramírez, cineasta y periodista; a Alfonso Rangel Guerra, mexicano; y a Francisco del Castillo (Ambos, por Antonio Ruiz del Árbol, por indicación de F. Moreno, para un programa de RNE) (Ambos, s/f, primeros años 80’s. El último, en noviembre de 1980. 

Habla Julián Antonio Ramírez, refiriéndose al final de la guerra civil y a la caída definitiva de Cataluña. Acompañó a Pedro en la retirada y en el campo de Saint Cyprièn. Se formó el Batallón del Talento. Intelectuales, en apoyo, en el puesto retrasado. Siempre un poquito bebido. Los caldos catalanes. Pedro reclamaba la vanguardia. Seguía componiendo y recitando. Apareció un enlace poeta. Pedro sentía un ansia poética, el poeta A Mr. Chamberlain, etc. Quería alertar a todos. El último periódico que se editó, sobre el 8 de febrero, “Ejército del Ebro”, allí publicó aquello de “Catalán, baila tu última sardana” (Arenga a los catalanes), y otra poesía no conocida: “Vuestras armas, vuestras voces / nos dicen Italia, Italia, Italia, / y el eco del viento responde: / España, España, España”.

Empieza la entrevista a Alfonso Rangel Guerra, por Antonio Ruiz del Árbol. Garfias está vivo en la memoria de muchas gentes en México. Una gran huella humana y poética. Lleva el libro de Santiago Roel, con poesías únicas. Las servilletas. “De soledad y otros pesares”, “Río de aguas amargas”, “Primavera en Eaton Hastings”, lo de Editorial Era. Y hay dos discos publicados. El segundo, el de Voz Viva de México. Llegó a  México en 1939. En 1943 marchó a Monterrey. Allí lo frecuentamos. Yo estudiaba bachillerato. Cuando lo escuché por primera vez, en el Aula Magna. En 1944, sobre las 6 de la tarde. Jóvenes soldados. Recital de Pedro. Se sentó en los escalones. Empezó con “Entre México y España”… Su voz se le quedó grabada para siempre. Vivió por muchos lugares. Poesía dispersa. Pudo ser el sucesor de Antonio Machado. Era el dolor del exilio. Tiene dos líneas en su poesía: una, de corte popular, de romancero; y otra, de corte existencial. Un tono suave, ritmo cadencioso. Murió en 1967. Alfredo Gracia, su protector. Una vida rota, solitaria. Raúl Rangel Frías. Garfias va encontrando su lugar, en la historia de la Literatura. En España empieza apenas a conocérsele. ¿Por qué lo de la bebida? El alcohol era el catalizador. En el alcohol tenía su punto para crear y comunicarse. Su separación. No interpretan bien esta circunstancia. Un médico que lo trató, de Monterrey.

(Continúa la Cara B) Rangel era muy joven. Elaboraba sus poemas en la cabeza. Luego los escribía, o se los escribían. Su creación era oral. Repasa algo de su vida. Fin.

Empieza la entrevista de A. Ruiz del Árbol a Francisco del Castillo. Conoció a Pedro en el Centro Andaluz, de la Plaza de Santa Ana, de Madrid. Nos hicimos amigos, y me metió en el Partido Comunista. Me mandó a ver al arquitecto Sánchez Arcas. Otro día, a citarse con un señor con capa, en la Puerta del Sol, a recoger un sobre, Santiago Álvarez. El nuevo periódico LÍNEA. El Centro Andaluz, de Pedro Rodríguez de Torres. Jugaban al tresillo. Luego, venían las esposas, para ir al teatro, etc. Le mandaba algo su padre. Informal en la colaboración en un periódico. Debajo del Centro Andaluz había un tablao flamenco. Francisco trabajaba en una Notaría, y lo echaron con motivo de la huelga de octubre de 1934. Colaboró en la propaganda de las elecciones del Frente Popular. El y Francisco se fueron con Pedro Rodríguez de Torres, de Écija, en su coche a Andalucía. En un año se matriculó de todas las asignaturas de Derecho. Le dio un ataque cerebral (¿). Que lo contó Pedro. No parece verosímil.

Hablan de la guerra, el 19 de julio. Solicitaron ir al frente. A Navalperal de Pinares, con Mangada. Luego, a las Milicias Andaluzas. Fue el alma del Batallón Villafranca. Por las tardes se iba a los bares con los soldados. En la campaña de “la aceituna”. Habló con el jefe del Sector, Sarabia, y mandó a Francisco a Valencia a por armas, que no se consiguieron. Evacuar Villafranca y marchar a Adamuz. Pérez Salas. Acciones guerrilleras. Asesor ruso. Voladura de un tren cerca de Córdoba. Golpe de mano en La Chimorra. Algunos errores en su relato. Batalla de Pozoblanco y La Chimorra. Algunos imprecisiones. Labor política de Garfias. Fin.

 AUDICIÓN:

https://archive.org/details/12.-julian-a.-ramirez.-rangel.-fco.-castillo-este-nov-1980


(13) Entrevista a Manuel Andújar por Francisco Moreno Gómez, en1984. Entrevista al Dr. Alberto Jones, por Alfonso Rangel Guerra, 27-12-1984, remitida desde México.

Habla Manuel Andújar. La expedición del “Sinaia”. El libro “El exilio español de 1939”, escribe Manuel. Vinimos costeando el Mediterráneo. Ceremonia de despedida en Gibraltar. Zozaya. “Entre España y México”. A Juan Rejano lo conocía desde Málaga. Manuel estaba en la redacción del periódico “Sinaia”. Iba Susana Gamboa. Narciso Gassols. Redacción: un maestro de Albacete, Barea, el historiador Ramón Iglesias, que escuchaba una radio de onda corta. Los dibujantes, Bardasano, Ramón Tarragón, Peinador y el asturiano Germán Horacio. En multicopista, y se repartía. Conferencias. Notas sobre México. Un diario. Y el último número, extraordinario, “Saludo a México”. Manuel era periodista, y en México se hizo literato.

En el campo de concentración de Saint Cyprien, preparé una intervención sobre Machado en el barracón de la FETE. Pero lo dejé todo, cuando me incluyeron en el selección. Manuel era de origen socialista. Primero hubo concentración de exiliados en Barcarés. Otros fueron a Sète directamente. Eduardo de Ontañon. Benjamín Jarnés.

Madeira. Puerto Rico. Lo mejor de Hispanoamérica estaba con la República. Racimos de plátanos. Multitud en Veracruz. Un asturiano invitó en su taberna a un grupo de ellos. Garfias al principio en México DF. Sólo tuve referencias de él, que iba a Torreón, por ejemplo. Ramón Iglesias se suicidó más tarde. Al llegar, la delegación del SERE los fue distribuyendo. Mi hija murió a un mes de la llegada, Mireya.

Rejano se hizo literato también en el exilio. Garfias consiguió con su poesía una capacidad comunicativa como ningún otro. Hay tres grandes poetas del exilio: León Felipe, Juan José Domenchina y Garfias, aunque son completamente distintos. Lo que Garfias aprehende de Andalucía es el alma de la copla, de ahí su comunicabilidad. El cante, lo jondo… diferente a Lorca y a Machado. Destreza de la metáfora. Lee de El Ala del Sur. Hay una Antología de Ernestina de Champourcin, de temas divinos. Fin.

Entrevista al Dr. Alberto Jones, el 27-12-1984, en México DF. Por Alfonso Rangel Guerra. El Dr. Jones trabajó hace años en el Sanatorio Samuel Ramírez Moreno, donde estuvo internado un tiempo Pedro Garfias. Tenía los mejores psiquiatras de México. Director: Dr. Ramón de la Fuente Muñiz. Lo atendían monjas carmelitas. El Dr. Jones ejerció allí desde mayo de 1954 hasta 1956. Garfias estaría en los últimos meses de 1954 o primeros meses de 1955. Lo recomendaron desde el Ateneo Español de México. Una vez lo visitó allí Luis Ríus. Era alcoholismo agudo y crónico. Pronto recuperó su lucidez. Algunas tardes o noches el Dr. Jones lo invitaba a su cuarto, y me recitaba algunos versos relativos al cante flamenco. Se le notaba profundamente triste, con lágrimas al hablar de España y de la guerra. Había en él mucho sufrimiento contenido. Le dijo que fue comisario del Batallón Villafranca. Estuvo como un mes. Se curó la necesidad de alcohol, más tranquilo, más contento. Lo vio luego en “La Parroquia”, en México DF, pero ya con copas. Cuándo empezó a beber… No saben que bebió siempre. Tenía psicología represiva. Se habían conocido unos años antes en Monterrey. En el Sanatorio, una relación muy cálida, muy generosa. Le gustaba contestar a mis preguntas del ambiente literario anterior a la guerra civil (Mala grabación en algunos momentos). Ya no se volvieron a ver más.

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https://archive.org/details/13.-a.-manuel-andujar.-b.-resto-manuel-andujar-y-dr.-alberto-jones

 

(14) CARA B, únicamente.- Entrevista de Francisco Moreno Gómez a Francisco Giner de los Ríos, en Nerja, 27-7-1988. 

Vivió en Chile desde 1953 a 1963. Su amistad fue en los primeros tiempos, sobre todo con Joaquín Díez Canedo y conmigo. “Las cien mejores poesías del destierro español”, la antología que organizó Giner. Editorial Signo, que llevaba Juan José Domenchina. Salió en 1946. “El Romancero” que publicaron Emilio  Prados y Rodríguez Moñino. Se despertó el pueblo cantando. Garfias es uno de los más destacados. Luego, el propio Prados reniega de su “Llanto en la sangre”. “Aunque no quiero este libro, te lo dedico”. Si bien, Prados y Garfias destacan en lo de la guerra. No tiene fotos con Pedro Garfias. Tengo lo de “Horizonte”, un sobre con recortes.

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https://archive.org/details/14.-fco.-giner-de-los-rios-nerja-27-7-88

 

(15)  Entrevista de Francisco Moreno Gómez al Dr. Barba Rubio, en Madrid, a 21-5-1987. 

Conoció a Garfias en un recital en Guadalajara. Hacia 1953. Lo buscábamos. Siempre iba solo. México, Guadalajara, Monterrey, principalmente. Gran grupo de intelectuales españoles. Muchos médicos, como el Dr. Navarro. Antonio Camacho, andaluz simpatiquísimo. Tiene un hermano abogado. Pedro vivía de la ayuda que le dábamos. Lo quisieron y lo quisimos mucho. Nunca lo vimos sin estar “tomado”. Pero casi no se le vio borracho. Nunca lo vimos sin corbata. Barba vive siempre en Guadalajara, y allí en la casa invitamos a veces a Pedro, y recitaba. Decía cuál era el origen de cada poesía. Se emocionaba cuando recordaba a sus compañeros de combate, como el capitán Ximeno. Admiraba y sabía mucho de Lorca. Otra de sus preferidas: “Se llamaba, se llamaba”. Con la voz de él tengo dos cassettes.

Tenía una enfermedad en la piel, psoriasis, difícil de curar, escamas en el cuerpo. Lo colocamos en una pensión,  cerca de Instituto Dermatológico, y un grupo de españoles corrió con los gastos. Lo trataron. Y se marchó. Cuando falleció, Barba estaba en Sudamérica. De Guadalajara, el Dr. Francisco Briceño, neurólogo, mexicano. No se le veía con otros poetas. Se relacionaba con los amigos. Escuchaba más que hablaba. Cuando hablaba era antes de declamar. Respetuoso. Nunca vi a la esposa. Casa Nayarit ó Tepic era la pensión donde lo pusieron. Paco Briceño tendrá papelitos de poesías. En la plaza de Sevilla se puso un monumento. Se hermanaron Guadalajara y Sevilla. Se le han sacado allí tres libros. Antonio Camacho agente de medicinas, muy amigo de Pedro. Tenía una churrería también. En Guadalajara. Un hijo es un buen guitarrista.

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https://archive.org/details/15.-dr.-barba-rubio-21-5-1987


(16) CARA B, únicamente.- Entrevista de Francisco Moreno Gómez a José Cobos Panadero, egabrense, en Madrid, 18-9-1981.

Se encuentran en El Carpio en 1936. Vivía en Cabra en la calle Priego, en las primeras casas. Vivían allí toda la familia. Luego supo de él de oídas. Llegó con las Milicias Andaluzas. Uno de los primeros comisarios. Calmaba los ánimos de todos. El mitin en la iglesia de El Carpio. Lo vio muchas veces desde que se reencontraron. Cuando iba a Valencia, Cobos iba a verlos, a él, a Margarita, a Caamaño, que siempre estaba herido. Discusión con Luis Cernuda por lo que había escrito sobre Lorca. Se veía mucho con Miguel Hernández. Actuaba en la radio. En junio del 38 no estaba en Barcelona, sino en Valencia, ya hecho el corte, y viajaba en unos aviones que se metían en el mar. En Valencia se juntaba Pedro con Oselito, Martínez de León, muy célebre. A fines de junio de 1938, todavía estaba Pedro en Valencia. Cobos estaba en el E. Mayor Central. El exilio. Se escribían muchas fichas. Llegamos al Barco, por el SERE, constituido en París. Recibimos el aviso para concentrarse en Bran, los hombres; a las mujeres, en Perpiñán, para salir a México. Entrevistaba un comité mexicano. Cobos era estudiante veterinario. Fue una expedición seleccionaba y con diferente actitud que los antiguos residentes. El barco, salió de Sète. Los nombraban por apellidos, durante un día. Supimos que el barco, francés, lo había fletado un comité inglés, como la duquesa de Astor. Veracruz, 13 junio 1939. Periódico a bordo. En México DF, con un subsidio del SERE, tal vez seis meses. Nos llevó Cárdenas, y había mucho anticardenismo. Muy desagradable. Las elecciones del año 40. La gente de allá fue cambiando poco a poco.

Ellos se instalan en un apartamento, calle de Edison, 71, en la misma casa de los Garfias, casi un año. Pronto empezó la vida errante de Pedro, hasta que va a Monterrey, con una relativa tranquilidad. Un día lo asaltaron y lo desnudaron en la calle. Un grupo de españoles le pagaban muchas cosas. Ellos no se separaron, sino que se desprendieron. Ella sigue siendo la viuda de Garfias. Estuvo también en Guanajuato, donde hay una Universidad muy peculiar. Hacen un festival cervantino. La gente lo adoraba, a pesar de sus achaques. En Tampico los amigos le organizan un recital, la gente pagó algo, y pidió le pusieran una jarra llena de tequila. Parecía agua. Al final casi no podía hablar. El bebía desde los 14 años. Su hermano Pepe murió alcohólico. Exagera lo del alcoholismo. Duda lo del derrame cerebral que dijo Del Castillo. “Enfrente el mar, sólo el mar / encima del mar, el cielo / y en la orilla como un mar / mi corazón en mi pecho. / Qué diminuta la vela / que en el horizonte asoma / Qué diminutos castillos / va levantando la arena / que un leve soplo del viento / borra y ciega.

"Qué pequeña tu belleza / Qué pequeñita la vela / que en el horizonte asoma / Qué pequeña tu belleza / que se esconde en una ola.

"Enfrente el mar, sólo el mar / encima del mar el cielo / y en la orilla como un mar / mi corazón en mi pecho. / Pero todo lo demás, qué pequeño". (Hay una breve interrupción).

 AUDICIÓN:

https://archive.org/details/16.-jose-cobos-solo-una-cara-b-madrid-18-9-1981


(17) CINTA 1.- CARA B. Conferencia de Alfonso Rangel Guerra, remitida desde México, s/f (años 80’s). 

Repaso a la vida del poeta. Manifiesto del ultraísmo. Revistas. “Horizonte”. Silencio de 1923-1936. La guerra lo devolvió a la poesía. En 1938 fue premio nacional de Literatura. Voz de Pedro Garfias:

“Acordes viejos y nuevos” – “Romance del viento” – “Romance de la soledad” – “A Mr. Chamberlain” – “Al Capitán Ximeno” – “Entre España y México”.

Voz del conferenciante. Exilio. “Primavera en Eaton Hastings”. Fragmentos:

“Porque te siento lejos” – “Pasear contigo en soledad perfecta” – “Yo te puedo poblar, soledad mía” – “Llanto sobre una isla” – “Si me pusiese en pie, con todo mi dolor” – La tierra dando vueltas va alejándose” – “Vienen del cielo a mis ojos” - “Noche con estrellas” – “Hoy quiero hacer un verso que lleve un vuelo curvo”.

 AUDICIÓN:

https://archive.org/details/17.-b.-rangel-introduce-voz-de-garfias

 

(18) CINTA 1,- Cara A. Continuación de la conferencia de Alfonso Rangel Guerra, remitida desde México, s/f (años 80’s).

Habla del exilio. Libros editados en México. Monterrey, Guadalajara. Luis Ríus, sus etapas en Garfias. Una multitud de amigos. Poemas en México:

“Por el aroma roto de un recuerdo” – “Coplillas a un poeta muerto” – “Te pareces a mí” (Versos al mar de Veracruz) – “Cuando me tiro de noche en el ataúd del lecho” – “Yo he conocido a un árbol que me quería bien” – “Si hemos nacido juntos, cómo nunca te vi” – “Él iba solo tambaleándose” – “Como andaba a su manera” – “Debiera imaginarte fatigado” (Sonetos a mi padre) – “Por qué no hablamos nunca largamente” (Sonetos a mi padre) – “Debió de ser tu tarde, yo me acuerdo” (Sonetos a mi padre) – “Cielos altos, aguas hondas” – “Llegó su última jornada” – “Cerré puertas y ventanas” – “Anoche la volví a ver”.

Habla el conferenciante. Sigue el recitado: “Cuando vengo llorando” – “Se llamaba… se llamaba” – “No sé si lo he soñado”.

Habla el conferenciante. Recita Pedro: “Recién muerto”.

Palabras finales del conferenciante. Agradece a los que hicieron posible esta grabación: Dr. Ignacio Villaseñor y el Sr. Tufic Marón.

 AUDICIÓN:

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 (26) CINTA 26.- Garfias y sus amigos de la emisora de la Peña XETB, de Torreón. Grabación remitida desde México a F. Moreno Gómez, por mediación de Virginia Sariñana Siller, mexicana de Torreón, en 1995, y también Beatriz González de Montemayor y Magolo Cárdenas, de Torreón, en la misma fecha, por mediación de Jorge Valdés, de la Embajada de México en España. 

Hablan: Alonso Gómez, Salvador Vizcaíno, Abraham Levy Aguirre, la Sra. Del Barrio, Amalia Flores, Navarrete y Pedro Garfias. En la Estación de Radio X.E.T.B., de Torreón, Coahuila, México, 1953. Su contenido ha sido publicado en la revista Nuevo Cauce, Torreón, núm. 7-8, mayo-junio 1968 (fragmento), y en la misma revista núm. 9, julio de 1987 (texto completo).

Pedro empieza hablando de los libros, que tampoco sobreviven al tiempo. Lo que sí queda es lo espontáneo. Le preguntan cómo declama mejor, sentado o de pie. Cuando se levanta y está “crudo”, tiene que estar de pie, porque le fallan las piernas mucho. Le gusta más platicar sobre la poesía, sobre los toros… La poesía, la retórica y el espectáculo. La poesía tiene otro lenguaje. El hablar con naturalidad, el poder contar las cosas, eso es lo difícil. En la poesía moderna, unos creen que hablan para sí mismos. La otra es la del poeta que habla acompañado, sintiendo el calor de los semejantes. Está rodeado de gente. El que habla solo está loco. El poeta se siente verdad cuando se siente acompañado. No exhibido, de una manera teatral, pero sí acompañado por otra gente, que también siente soledad. El poeta interpreta algo universal. Quiere sentirse acompañado, comprendido por los demás. El poeta es lo más humano de la tierra.

El poeta no quiere ser un exhibicionista, tampoco un solitario. No tiene proyecto solitario ni de torre de marfil, sino que se debe a la humanidad entera. Que sienta a la humanidad pegada a él. Le preguntan que explique la lógica de la poesía. Las obras musicales hay que oírlas muchas veces. Y cada vez se les encuentran nuevos matices. Igual ocurre con la pintura. ¿Por qué la gente cree que, cuando lee una poesía, ya la conoce? Con una sola lectura. No comprenden que en la poesía existe el mismo trabajo y esfuerzo que en cualquier obra de arte. Nunca se conoce del todo una poesía. Hay que seguirla leyendo y volverla a leer. Hay una lógica racional. Hay una lógica matemática. Por qué negarse a comprender que hay una lógica poética. Uno no escribe para sí, escribe para los otros. El poeta dice las cosas de manera distinta. Un ejemplo de un poeta que conoce todo el mundo: “Del salón en el ángulo oscuro…”. Desmenuza los versos de este célebre poema de Bécquer. El arpa “silenciosa”, “esperando”. No es la lógica racional. Es la lógica poética. Lo que se puede decir en prosa no hay por qué decirlo en verso. Lo que se dice bien encaminado tiene mayores posibilidades de sobrevivir. El lenguaje poético.

Lo que hacen los poetas es revelar. Dramatiza “Donde habite el olvido…”. El amigo Vizcaíno saca a relucir la cuestión de la interpretación de una poesía, y por qué es una cosa de minorías. Cuando la poesía es verdadera, quien la percibe mejor es el pueblo. Y pone el ejemplo de La Barraca y la representación de los Entremeses de Cervantes. Los ha visto allí en los pueblos, montar aquello, y el único que entendía aquello era el campesino, el pueblo. Aquí lo ha visto también en Guanajuato: interpretar los Entremeses de Cervantes, en la calle. Cuando la verdad es verdadera, es del pueblo y el pueblo la percibe. Cuando el arte se alambica, entonces se convierte en minoría. El gran genio de la poesía francesa es Víctor Hugo, y todo el mundo lo sigue entendiendo. Habló para siempre. Manejó los temas grandes. Hay que escribir para que lo entiendan y para que lo sientan. Hay que sacar de la entraña del pueblo la poesía que ha de ser dirigida al pueblo. De Baudelaire venimos todos los poetas, pero sin negar la grandeza de Víctor Hugo. La intención de ir derecho hacia la verdad universal. El amor a toda la humanidad, la justicia,… Por ejemplo, los principios de la revolución soviética son universales. Como Francia, los principios de la revolución francesa no se perdieron. Y nombra la Marsellesa. Habla de que esto va a quedar grabado y se relajan.

Dicen que a Pedro se le entendía mejor cuando se le ve, porque la voz no le sale clara. Rafael del Río leyó varias veces dos poemas, en otra velada. Otro amigo de la tertulia lee un texto sobre Pedro. Les dice que le lean el prólogo que le hizo Juan Rejano, que le emociona mucho. Una dama recita el texto completo (La grabación se detiene un momento. Paso de la Cara A a la Cara B).

Le conmueve mucho este prólogo que le hizo Juan Rejano. Dijo “más de lo que yo he sido”. “No tengo ninguna capacidad de rencor”, “No he sido un buen luchador”. “A todo el mundo lo quiero”. Alguien está planteando una nueva guerra: todos sabemos quién. La misión del poeta es emplear su poesía como arma pacífica. No le gusta publicar los versos íntimos, personales, porque son más de desaliento que de ánimo. Recita, a ruegos de Vizcaíno, “Cuando vengo llorando…”. Le gusta mucho a Navarrete, el que dirige esta grabación. Y se toma una copa por Navarrete. Pide un cigarro negro.

Están en la comarca Lagunera. Manuel José Otou, dijo lo mejor que se ha dicho sobre la Laguna. Pedro se compara con los toreros. Hablan de la tierra de Manolete. Pedro cuenta que lo vio. En México decían que la  manera de torear de Manolete no era peligrosa. Qué más querían: que lo mataran. Cuenta cómo compuso el poema a Manolete, ante Juan Silvete, otro torero, que estaba conmigo. Manolete fue poco a poco buscando su muerte. Y recita el poema: “Andar es muy fácil…”. Ole, con ole… le contestan. Pedro cambia de tema, sobre su último libro, la obsesión por la muerte. Es una obsesión universal. Tuve que decir ciertas cosas, que son las del libro. Recita el poema “Recién muerto”. “Me gustaría…”.

En el núm. 9 de “Cauce”, en La Laguna, le publicaron dos poemas: el del árbol, el del río, y un tercero que se les perdió. Cuenta la anécdota de la creación del poema sobre “El árbol”. Fue en una calle paralela a Iturbide, que tenía unos arbolitos muy bonitos. Me paraba siempre en el mismo árbol. Sentía que el árbol me escuchaba, aunque no decía nada. Pasó tiempo y ya lo habían arrancado. Se publicó en la revista de Torreón, Cauce. Recita “Yo he conocido a un árbol…”.

“De lo que no he vivido, sí me acuerdo”. Y hablan del licenciado Simón, al que le gusta esta poesía de “Ríos de aguas amargas”, quiere recitarla, pero no se acuerda. Dice que al final, de un poeta, sólo quedan dos o tres versos. Garcilaso: “Verme morir entre memorias tristes”. Cuando los amigos le ayuda a vender libros: aquellos que tienen dinero y no lo van a leer, le cuesta el doble. Los que tienen dinero y lo van a leer, pagan el precio justo. Y aquellos que no tienen dinero y lo van a leer, se lo regala. En fin, esa es la poesía, una manera de dirigirnos con el lenguaje que todo el mundo emplea. Tolerancia, libertad, justicia. Cómo se expresan estos conceptos. Con imágenes, que es la retórica. Fin (Continuará con más cintas). 

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10/5/25

HUIDOS Y GUERRILLA ANTIFRANQUISTA EN BADAJOZ

 

LOS QUE SE ECHARON AL MONTE:

EXTREMEÑOS EN LA RESISTENCIA. BADAJOZ

 

                                Por  Francisco Moreno Gómez

 

Los comienzos del fenómeno de huidos en Badajoz y apunte introductorio.

 

        Aquella España laboriosa del verano de 1936, entregada a las labores de la recolección, es decir, la España activa, se vio de pronto sorprendida por el golpe militar del 17-18 de julio, golpe protagonizado por la España pasiva y ociosa: el cuartel, el casino y la sacristía. Como en toda democracia digna de tal nombre, se habían producido huelgas pidiendo “pan y trabajo”, los yunteros de Badajoz habían invadido tierras incultas en el mes de marzo, y se habían producido otras reivindicaciones propias de un país que intentaba salir de un tercermundismo agrario.  La II República intentaba llevar a cabo el programa reformista del Frente Popular. Si había ocurrido el error en Madrid de atentar contra Calvo Sotelo, cediendo a la provocación continua de la extrema derecha, el resto de España, sobre todo la meridional, no tenía por qué pagar los platos rotos de un episodio en Madrid, que desde luego no era lo determinante, puesto que la conspiración militar venía ya desde la misma proclamación de la República y se agudizó imparablemente desde el triunfo electoral del Frente Popular. Así las cosas, al infortunado proletariado español y al republicanismo histórico le cayó encima un golpe militar que puso patas arriba a España entera, la sumió en una guerra espantosa, provocó el destrozo de millones de hogares, la muerte de centenares de miles de personas y el exilio y desgracia de otros centenares de miles.

        Dado que el golpe militar se lanzó con un programa de exterminio explícito y masivo, no sólo de todas las autoridades democráticas de la República, sino también del sistema mismo, y además, eliminación de toda la base social de la República –aniquilación del sistema y de las personas-, he aquí que no hubo más remedio de que cundiera la consigna del “sálvese quien pueda”, y al menos una minoría de personas tuvieron que huir a los montes de toda España en general y a las sierras de Badajoz en particular, convirtiéndose en fugitivos o huidos (en los primeros cinco años), y organizados luego en guerrilla a partir del otoño de 1944.[1]

        El miedo a la gran oleada represiva, primero, y la disidencia política, siempre, originaron el fenómeno del maquis o guerrilla, de una trayectoria trágica. Olvidados por las democracias occidentales, sin ningún apoyo internacional (ya la II República había sufrido lo mismo), quedaron aislados en las garras del franquismo y de la Guardia Civil, que los fueron aniquilando poco a poco, con un nuevo y gran tributo de sangre, pero con una lección de resistencia antifranquista y de testimonio pro democrático, que los ha llevado a ocupar, al menos, una página en la historia.

        El período de huidos en Badajoz tuvo unos preliminares ya en los años de la guerra, a consecuencia de varios embolsamientos que ocurrieron, por ejemplo, el de Fregenal, la aniquilación de la “columna de los ocho mil”[2] y el cierre de la “bolsa de la Serena”, todo lo cual originó la huida de gentes a los montes de Badajoz. Pero de estos huidos primitivos, casi ninguno llegó a los días de la posguerra. A partir de 1939, el fenómeno de los huidos se originó, sobre todo, en la parte meridional y oriental de Badajoz, es decir, límites con Córdoba, Ciudad Real y algo de Cáceres-Toledo. Los pueblos más afectados fueron, primero, los de la “Siberia” extremeña (Puebla de Alcocer, Herrera del Duque, Talarrubias, Navalvillar de Pela, Castilblanco, Siruela, Fuenlabrada de los Montes, Villarta de los Montes). Todos estos actuaron o en Ciudad Real (II Agrupación) o en Cáceres-Toledo (I Agrupación). Segundo, la zona de Cabeza del Buey, que también actuaron en Ciudad Real. En tercer lugar, los del Sur (Malcocinado, Azuaga, La Granja de Torrehermosa), que actuaron con la III Agrupación, de Córdoba.

 

La zona oriental de Badajoz

        Ya se ha anticipado que la zona oriental de Badajoz, la “Siberia” extremeña, dio origen a buen número de maquis, que evolucionaron entre Ciudad Real y Cáceres-Toledo. Esta zona “siberiana” tuvo una inclinación comunista. Entre los primeros perseguidos, conviene citar a Joaquín Ventas Cita “Chaquetalarga”, de  Fuenlabrada de los Montes. Pertenecía a las Juventudes Socialistas y luego al PCE. Temiendo las represalias de posguerra, se escondió en su domicilio, “emparedado”, tras un tabique falso. Pero en los continuos registros, lo descubrieron y fue a parar a la cárcel de Herrera del Duque. Habiéndole caído pena de muerte, se evadió de la cárcel 12 de marzo de 1940. Tuvo un grupo inicial (“Cuquillo”, “Chavito”, “Gabino”, “Patato”, etc.) que se alejaban poco de Fuenlabrada, al calor del amparo de los familiares. Pero luego, la persecución los fue alejando. Una de sus primeras bases se ubicó en Porzuna (Ciudad Real), donde un primo tenía una huerta. Pero esta base la acabó descubriendo la Guardia Civil, y acabó con la vida de su padre, Feliciano, al que le aplicó la “ley de fugas” el 6-9-1942. En 1941 andaban por Alía (Cáceres), donde los de “Chaquetalarga” entraron en contacto con los hermanos “Goyorías”, María, Paula y Aurelio Rodríguez Juárez, y se los llevaron a la sierra. Más tarde, cuando ya se organizó la guerrilla a finales de 1944, “Chaquetalarga” se desplazó a Cáceres (1ª Agrupación) y fue jefe de la llamada 13 División guerrillera.

        También en 1940 surgió otro grupo de huidos en la “Siberia” extremeña, entre los que destacaba Valentín Jiménez Gallardo, evadidos de la prisión de Puebla de Alcocer. Todo motivado por la dureza de la represión franquista. Valentín y siete más de Navalvillar de Pela, estando en la prisión de Trujillo, quedaron libres en 1940. Al regresar a Navalvillar, los detuvieron de nuevo, que era lo que los derechistas hacían con todo el que represaba: detenerlo y apalearlo. En junio de 1940 los llevaron a la prisión de Puebla de Alcocer, y de allí se escaparon poco tiempo después, Valentín y doce compañeros. Allí iban Diego “El Zorrete”, “El Barbero de Pela” o “Colorao”, entre otros. Los de Valentín sufrieron un gran percance a comienzos de 1941, cerca de Talarrubias, con tres muertos y cinco capturados, a los que luego (24 de abril) fusilaron en Castuera. En 1943 (9 de diciembre), la dictadura cometió la barbaridad de fusilar a la madre de Valentín, Bonifacia Gallardo, además de maltratarla muchas veces sólo por ser su madre. Como esta hizo muchas la Guardia Civil en estos años. Un año después, en el otoño de 1944, Valentín y los pocos que quedaban se toparon con la propaganda del teniente coronel Gómez Cantos, que prometía el perdón, si se entregaban. De manera insólita, el sanguinario jefe de la Guardia Civil, sólo esta vez cumplió. Valentín se entregó en Navalvillar de Pela y alguno más, en Casas de Don Pedro. Lograron sobrevivir. Tuve oportunidad de hablar por teléfono con Valentín, un año antes de morir.

        De Navalvillar de Pela salió otro pequeño grupo, en el que hacía cabeza Aquilino Calvo Sánchez “El Barbero de Pela” o “Colorao”, otro de los evadidos de Puebla de Alcocer (23-6-1940). El grupo sufrió grave percance en febrero de 1941 en Ciudad Real (en la aldea de Sendamula, que no hemos podido encontrar en el mapa, ni tampoco el lugar Hoya de la Graja), donde la Guardia Civil les mató a dos y detuvo a tres. Años más tarde, en 1944 (25 de junio) se vio metido en un lío, porque iba en el grupo en el que “Manco de Agudo” llevó a cabo un ajusticiamiento en la persona de un delator, que jugaba a dos bandas, en término de Fuenlabrada de los Montes. Lo ahorcaron. Iban allí, además de “El Colorao”, “Manco de Agudo”, Eusebio Liborio “Lavija”, Fernando Maraña “El Joven”, “Pedro el Cruel”, el hermano del “Manco”, “Gabino” y algún otro. En 1945, “El Colorao” se pasó a Cáceres, a la 1ª Agrupación. En mayo de 1945 tuvo su fecha aciaga, cuando disparos de la Guardia Civil lo hirieron en el vientre. Se refugió en el Coto Valero (Cáceres) y  durante muchos meses los enlaces lo estuvieron curando, con poca mejoría, hasta que, abatido y enfermo, decidió entregarse en Navalvillar de Pela un año después, en junio de 1946. Le tomó declaración el terrorífico capitán Federico Chacón Cuesta, en Cabeza del Buey. Le instruyó sumario el no menos terrorífico coronel Enrique Eymar, en Madrid. Le cayó pena de muerte, pero, insólitamente, se la conmutaron.

        Otro lugar de la “Siberia” extremeña, cuna de guerrilleros, fue Villarta de los Montes, donde los franquistas se ensañaron con todo el vecindario. De aquí era “Comandante Honorio” (Honorio Molina Merino), de 21 años, pero blanco de todos los castigos, porque era hijo del que había sido alcalde republicano Julián Molina. A poco de terminar la guerra, lo primero que hicieron los derechistas locales fue organizar una primera matanza de 23 personas, sin juicio, el 16 de mayo de 1939, a las que dieron muerte en el lugar Hoya de Fernando. Mataron a Julián y a sus dos hermanos, con veinte personas más. Y cuando llegó el hijo Honorio, desde el campo de concentración de Castuera, en el pueblo se lanzaron contra él, por ser el hijo del alcalde, con la idea de “hacer una limpia” en el pueblo. Le organizaron un sumario de acusaciones falsas y lo llevaron al convento-prisión de Herrera del Duque. Pero de aquí logró evadirse, junto con “Chaquetalarga”, y se echaron al monte. Los vencedores no les dejaron otra salida. La familia de Honorio fue terriblemente castigada: su padre, Julián, fusilado, sus dos tíos, también. Su madre, Marciana, murió en la prisión de Mérida, por hambre y privaciones. Su hermana Eleonor murió en el domicilio, a consecuencia de malos tratos.[3]

        Una vez en el monte, Honorio se desplazó hacia los montes de Toledo, por donde deambuló en los primeros años cuarenta. Con él iban otros dos de Villarta: “Gabino” y “Chavito” (Casimiro Chaves Romero). A éste último, como el capitán Federico Chacón Cuesta no pudo echarle mano, en represalia mató a su hermano Manuel, en una ejecución pública, a las dos de la tarde (4-10-1941). Somatenes y guardias formaron el pelotón y le dijeron: “echa a andar, que te vas para Rusia”. Y lo liquidaron. Entre 1944-1945, “Comandante Honorio” se integró en la guerrilla de Ciudad Real. Acabaría sus días junto a “Manco de Agudo”, en Retuerta (C. Real), en 1949.

        También de la “Siberia” extremeña era “El Cuquillo” (Eugenio Herrera García), de Castilblanco, fundador de la Casa del Pueblo, y evadido de la cárcel de Chillón (Ciudad Real). Estuvo con “Chaquetalarga” y “Manco de Agudo”, hasta que formó grupo aparte en el verano de 1946, junto con “Hocino” o “Donato” (de Belalcázar, Córdoba), “Perdiciones” (Nicolás García Díez, de Herrera del Duque) y “La Golondrina” (Felisa Paredes Aceituno, de Campillo de La Jara, Toledo). Los cuatro sobrevivieron hasta abril de 1950, en que fueron acribillados en el chozo de un enlace, en Mina de Santa Quiteria, Toledo, cuando ya iban camino de Francia.

        En Talarrubias, en mayo de 1945, surgió un grupo muy interesante capitaneado por Juan Fco. Benítez Ramiro “Jesús” o “Benítez”. Con otros del pueblo, se integró en la guerrilla de Ciudad Real, en la llamada 22 División. Un año duró su lucha, porque en el verano de 1946, el grupo sufrió varios destrozos por la Guardia Civil. Entonces decidió esconderse dentro de su propia casa. La Guardia Civil sometió la vivienda a continuos registros y apresó a toda la familia: padre, madre, hermana, esposa y suegro. Los tuvieron en las prisiones de Castuera y Cabeza del Buey. Aquí, bajo la batuta del comandante Federico Chacón, apalearon al padre, Polonio, de tal manera que murió a los pocos días de regresar a su casa. Juan Fco. Benítez había sido un cualificado mando del Ejército republicano, jefe de Batallón como mayor de Milicias en la 220 Brigada Mixta. Luchó en Madrid, Teruel, Levante y en el cierre de la bolsa de La Serena. Al final de la guerra, estuvo en el campo de concentración de Castuera. Le cayó pena de muerte, que le conmutaron. En 1941 regresó en libertad condicional a Talarrubias, intentó rehacer su vida, se casó y tuvo dos hijos, pero la fe en la República continuaba en él, de manera que asistía a reuniones clandestinas, en aquella encrucijada internacional que parecía favorable. Se sintió descubierto en mayo de 1945, y tuvo que saltar al monte.

        Cuatro años estuvo escondido como un topo. Como veía que la situación de España no cambiaba y que su familia estaba siendo destrozada, mientras la Guardia Civil pensaba que él se había pasado a la zona de Córdoba, decidió salir de su escondite, el 9 de septiembre de 1950 e iniciar la marcha hacia Francia. Dejó a su familia la contraseña de que, para informar de que se hallaba bien, haría dedicar una canción en el cumpleaños de sus hijos. Pero esa dedicatoria jamás se escuchó. Probablemente fue liquidado antes de salir de España. Una víctima anónima más en ese peligroso camino hacia los Pirineos.[4]

        En ese extremo nororiental de Badajoz, “La Siberia”, se halla el pueblo de Helechosa de los Montes, escenario de otra de las muchas tragedias del maquis. A finales de 1944, el PCE envió al interior de España, a Madrid, debidamente “documentado” (por Domingo Malagón), a Máximo Muñoz Jorge “El Botijo”, natural de Helechosa, donde tenía esposa y una hija. Regresaba en misión política después de haber salido al exilio en 1939 y después de haber participado en la resistencia francesa. Su familia de Helechosa sufrió el “reglamentario” castigo de los vencedores. El 11 de mayo de 1939 perpetraron una primera “limpieza”, fusilando sin trámite a 23 vecinos, varios de ellos, familiares del “Botijo”, entre ellos su padre “por sus avanzadas ideas izquierdistas”. Ese era el delito. En la saca iban también cuatro mujeres.

        Con todo, el deseo de “Botijo” no era la venganza, sino poder ver a su esposa e hija, parece que con intención de llevárselas a Francia. Pero cometió un gran error: hablar en Madrid con uno de Helechosa, el cual, lógicamente, dio parte a la Guardia Civil. Por tanto, ésta, más lo somatenes, guardas y derechistas de pro, montaron vigilancia, para esperar a Máximo Muñoz. La tragedia se desencadenó en plena nochevieja. Una vez rodeada la vivienda, el sargento llamó y salió Venancia, la esposa, diciendo que su marido no se encontraba, pero el sargento entró a inspeccionar. Máximo, que se hallaba detrás de una puerta, mató al sargento a bocajarro. Al oír los disparos, entró otro guardia, que quedó muerto también. Salió Máximo de estampida y disparando, cuando en la puerta le cerraba el paso un guardia municipal, al que mató también. En su huida por la calle Díaz de Liaño, un disparo del alcalde hirió a Máximo en la garganta, pero el fugitivo desapareció en la oscuridad de la noche, aunque gravísimamente herido. Se paró en la Cerca del Tejar y, viéndose perdido, se suicidó disparándose por la barbilla, de abajo arriba. Su desgracia personal ya había terminado, con su gran error de venir a Helechosa sin las debidas precauciones, tal vez desconocedor de lo que, realmente, era el régimen franquista, nada que ver con sus experiencias en Francia, donde la población apoyaba a los maquis, y en España era todo lo contrario. Pero la venganza de los franquistas de Helechosa iba a estallar a continuación. Lo primero que hicieron fue arrojar una bomba de mano al interior de la casa del “Botijo” y mataron a su niña de 10 años, Delfina Muñoz Paredes. A continuación, apresaron a la esposa y a la madre de Máximo, Venancia Paredes y Juana Jorge, las llevaron por la carretera de Herrera del Duque, les aplicaron la “ley de fugas” y en Herrera las enterraron. A la niña y a su padre los enterraron juntos, en una fosa en el cementerio de Helechosa. No terminó ahí la venganza. Un hermano de Máximo, Francisco Muñoz Jorge, trabajaba como yesero en la localidad Pantano de Cíjara. Fueron a por él, lo trajeron a Helechosa, durante toda una noche lo estuvieron torturando, hasta que al día siguiente lo remataron y lo enterraron en descampado, en una cerca. El instructor del sumario a posteriori y cerebro de la operación y venganza era el capitán de la Guardia Civil Federico Chacón Cuesta, desde Cabeza del Buey. El resultado fue de ocho cadáveres: tres de los franquistas, y cinco de los desafectos. Como siempre, los vencidos llevaban la peor parte.

        Por una carta recibida de familiares, cuya información sale ahora a la luz, sabemos los mecanismos represivos que seguía el régimen contra los huidos a la sierra, presionados por el bárbaro castigo a los familiares, con lo que a veces se conseguía que algunos maquis se entregaran. Así ocurrió a dos de los compañeros de “Chaquetarla”, en 1940, “El Rufila” o “Rufino” y el “Polonio” o “Restituto”, éste llamado Apolonio García Pozo, ambos de Fuenlabrada de los Montes. A la mujer de éste último, Isidra Lucas, la apresaron, la pelaron y la sometieron a todo tipo de vejaciones, incluso un intento de fusilamiento: la llevaron a ella y a otras mujeres a fusilar, pero los guardias se negaron a matar mujeres. De todo esto se tuvo noticia en la sierra, y “El Rufila” y “Polonio” se acabaron entregando. Mientras el primero logró sobrevivir, al “Polonio” lo obligaron a andar con la contrapartida, hasta que un día un conocido lo invitó a acompañarlo a llevar unas bestias por el campo. No fue sino un truco para llevarlo al encuentro con los maquis. En efecto, éstos salieron al paso y le dijeron a “Polonio” que se fuera con ellos. El 9 de febrero de 1946, lo mataron los maquis cerca de Villarta de los Montes.[5]

 

La zona de Cabeza del Buey

        La guerrilla de la zona de Cabeza del Buey tuvo sello socialista y también se decantó por la lucha en Ciudad Real, en la 2ª Agrupación. Tenemos noticias de huidos de Cabeza del Buey, nada más acabar la contienda, y otros al salir, meses después, del campo de concentración de Castuera. Este fue el caso de José Caballero Domínguez “El Yamba”, de Cabeza del Buey, que había trabajado en las minas de Peñarroya, y por breve tiempo fue alcalde socialista de Valsequillo. Huyó a la sierra y se asoció a los de  Ciudad Real, actuando en los límites de Córdoba y Badajoz. Ocupó cargos directivos y mandó, en 1945, una de las llamadas divisiones. En la sierra le acompañó Paulina Amaro, huida de Guadalmez. Cuando en el verano de 1946, los anarquistas y socialistas abandonaron la Agrupación de Ciudad Real, José y Paulina fueron a refugiarse en Barcelona. De allí, hicieron varios intentos por entrar en Francia, pero los devolvían de nuevo, una acción miserable e indigna de “La France de la liberté”. Por fin consiguieron salir de España en 1949.

        El grupo de Cabeza del Buey fue algo nutrido: además de “Yamba”, estaban Emilio “El Chispa”, Ceferino Flores Naharro “Larete”, Elías de la Mata “Mera”, Adelardo Tena “Timochenco” y algún otro. A menudo actuaron junto con cordobeses, como Norberto Castillejos “Teniente Veneno”, anarquista, de Santa Eufemia, Manuel García Peco “Quivicán” (de Belalcázar). Todos actuaban en la II Agrupación, de Ciudad Real. El gran percance de éstos ocurrió cerca de Almadén (21-4-47): “Veneno” y “Mera”, muertos; “Quivicán” y Adelardo Tena, detenidos. Este se convirtió en confidente de la Guardia Civil, pero el de Belalcázar, “Quivicán” se mantuvo en sus principios y acabó fusilado en el cementerio de Ciudad Real.

        En cuanto a Ceferino Flores “Larete”, también formó guerrilla con otros de Córdoba (con los de Belalcázar, Adriano Escribano Calderón “Hocino” o “Donato”, y su sobrino Félix Escribano y algún otro). Anduvieron por el oeste de Ciudad, con incursiones en Badajoz. “Larete” acabaría sus días en 1946, por tierras de Cáceres, de una manera un tanto imprecisa. Félix Escribano sería el único en conseguir salir a Francia, junto con Antonio Lara “Braulio”, de Almodóvar, en el verano de 1948, mientras que su tío Adriano Escribano y otro de Siruela se quedaron atrás en un tiroteo.

        Del pueblo de Guareña eran dos anarquistas de gran predicamento en la guerrilla de Ciudad Real: Eusebio Liborio Lombardía “Lavija” y Fernando Maraña Falcón “El Joven”, que ocuparon puestos de mando en la 2ª Agrupación, hasta que en 1946 abandonaron la guerrilla, con otros anarquistas y socialistas de la zona. “Lavija” se refugió en Madrid, y en noviembre del mismo año lo descubrió la policía y lo acribilló en la pensión donde se hospedaba. En cuanto al “Joven” o “Rubio”, éste marchó a Barcelona y allí cayó en un tiroteo de la policía en 1947.

        De Esparragosa de La Serena era “El Tío Roque” (Pedro A. Dávila Baltasar), que luchó entre Badajoz y Córdoba, y acabaría su aventura en Fuenteobejuna, en compañía de su paisana Isidora Merino, que había sido compañera del “Quivicán”, con el que había tenido un hijo en la sierra. Ni que decir tiene que, para los franquistas y para la Guardia Civil, toda mujer que luchaba en la sierra, que podía ser esposa, hermana o novia de algún guerrillero, toda mujer así era meretriz, concubina o manceba, una forma de descalificar que siempre ha usado la derecha, como si amar a una persona fuera un delito. La obsesión franquista por estos temas, tal vez por influencia de la Iglesia, en la que el tema de la entrepierna es asunto primordial (el 6º mandamiento es mucho más importante que el 5º), pues esta obsesión, digo, motivaba comentarios tan aberrantes, como considerar a Sergia Flores como concubina de “Lazarete”, cuando se trataba de su esposa legal. Estas son, por ejemplo, las cosas indignas del teniente coronel de la Guardia Civil Aguado Sánchez. Siempre el franquismo consideró puta a  la mujer republicana.  

        De Zarza Capilla eran “Los Larines”, un padre y dos hijos, que primero fueron enlaces, y en el otoño de 1946 se echaron al monte, en la partida de “Lazarete”. Tenían poca formación política y como guerrilleros dejaron mucho que desear. “Larines” padre (Ángel Muñoz Ruiz) se entregó a la Guardia Civil al cabo de medio año. Poco le duró el entusiasmo. Esto influyó en que la guerrilla “ajusticiara” al “Larines” hijo mayor (Eugenio), mientras que el “Larines” menor (Valentín Muñoz Merino, de 17 años) acabaría traicionando a “Lazarete”, causando la muerte de éste en marzo de 1948, en el Valle de Alcudia. Un pésimo currículum para la historia del maquis.

 

El Sur de Badajoz: Malcocinado, Azuaga, La Granja

        En esta parte de la provincia hubo un período de huidos muy bien delimitado, hasta 1945, luego un período guerrillero, igualmente diferenciado, en torno a La Granja de Torrehermosa. El perfil ideológico era claramente comunista, igual que en la “Siberia” extremeña, y al contrario de la zona de Cabeza del Buey, socialista-anarquista.

        La primera figura sobresaliente en la inmediata posguerra fue “El Chato de Malcocinado” (Juan Manuel García Martínez). Sobre su origen, trayectoria y final, la Guardia Civil se hizo un verdadero lío, en continua confusión con “El Chato de Huelva” (Lorenzo García Romero), que pertenecía al mismo grupo. En cuanto a Juan Manuel, se trataba de un joven de pueblo, cuya vida se truncó el día en que protagonizó una pendencia en un bar de su pueblo, Malcocinado, y lo metieron en la cárcel. Allí lo maltrataron y lo acobardaron, por lo que decidió fugarse del arresto municipal, en el año 1940. Al poco tiempo se unió a él su novia Josefa Bermejo Grueso, hasta una fecha imprecisa de finales de 1944, en que Juan Manuel pereció en un tiroteo en Alanís, pero ella logró escapar embarazada y logró sobrevivir (al contrario de lo que dicen los datos oficiales, que la dieron por muerta, confundiéndola con la esposa de “El Chato de Huelva”).

        En el grupo de “El Chato de Malcocinado” hemos podido identificar a unos 20 componentes: algunos, evadidos de la cárcel de Azuaga; otros, de la cárcel de Peñarroya-Pueblonuevo, y algunos más eran supervivientes de las matanzas franquistas de 1936. En 1943, la partida se subdividió en tres grupos: el mandado Juan Manuel García; el mandado por “El Tripas” (José Martín Campos, evadido de Pueblonuevo, natural de Nerva, Huelva); y por “El Chato de Huelva” (Lorenzo García Romero). El primero prefería el Sur de Badajoz (Azuaga, Malcocinado), y los otros se alternaban entre Córdoba (Hornachuelos, Fuenteobejuna) y Sevilla (Constantina).

        En 1943, el pequeño grupo de “El Chato de Huelva” se retiró hacia su tierra onubense. El año 1944 fue un annus horribilis para estos grupos. Perseguidos con saña desde Badajoz, Córdoba y Sevilla, en cuyo triángulo actuaban, acabaron reducidos al exterminio. Lo poco que quedaba del grupo de “El Tripas” y él mismo terminaron en término de El Pedroso en octubre de 1944. A partir del verano de este año, los datos oficiales le habían perdido la pista a “El Chato de Malcocinado”, y hemos tenido que recurrir al testimonio oral de su familia, para saber que pereció en el otoño de 1944, en la finca La Chirivía (o El Ventillo), de Alanís (Sevilla), mientras su esposa Josefa Bermejo pudo escapar, se refugió en Sevilla con su madre, hasta que dio a luz, y pasado el tiempo, se estableció en Alanís, donde rehízo su vida. La Guardia Civil mató a “El Chato”, posiblemente sin saber quién era. Y por último, con relación a “El Chato de Huelva”, ofrecemos la siguiente información de su final, siguiendo, no los atestados de la Guardia Civil, que, además de escasos, son erróneos. Hemos tenido la suerte de dar con el sumario referente al “Chato”, el cual nos ilustra su final.[6] Se apodaba también “El Chato de los Alacranes”, natural de Cerro de Andévalo, de 29 años. Con él se hallaba su esposa, Sagrario Vera Gordo (aspecto que ignoran los datos de la Guardia Civil). En el sumario se anota, con especial hostilidad, que este matrimonio, durante la República, había sido el primer matrimonio civil en la aldea de Valdemusa, y añaden: “demostrando con ello su oposición a la Iglesia”, lo que indica que la Iglesia católica se hallaba totalmente inmersa en los entresijos de la represión, como colaboradora “necesaria e incondicional” del régimen.

        El escondite de los cuatro últimos maquis de este grupo fue descubierto el 8 de junio de 1945, en el barranco de Agua Agria, de Valdemusa. A las 4 de la tarde se inició el acoso. Lorenzo García y su esposa perecieron. Los otros fueron capturados vivos (Sebastián Moheda Rico, 38 años, de El Cerro, y otro no identificado). En el bolsillo de la chaqueta de “El Chato de Huelva” se halló esta poesía, mucho mejor que la de otros vates actuales, criados en la posmodernidad. (Poetas de la posmodernidad, que dicen sin decir, expresan sin expresar y poetizan sin poetizar. Cualquier pelagatos de pueblo les precederá en el Monte Parnaso. Una sociedad que no tiene poetas, en la que no habla el hombre de la Colina, sino únicamente el hombre de la Bolsa). Decía Lorenzo García:  

        Sevilla, la tierra mía, / el Fascio me la robó, / la vendió a la burguesía, / Alemania la compró / e Italia la protegía. / Los rojos están en la sierra / y el triunfo por venir./ El día menos pensado / se nos presenta Negrín. / Qué alegre está la sierra / en tiempo de primavera, / los pajaritos cantando / nos deshacen las penas / y flores de mil colores / que  nos llaman la atención, / cogemos las amapolas / por su bonito color / y así pasamos los días / y el triunfo sin venir. / Y hoy recibimos noticias / de que ya está aquí Negrín….

        Como puede ver aquí José Álvarez Junco, no se aprecia por ningún lado su obsesivo estalinismo. Para que nos entienda el lector, al final retomaremos a este escritor, por unas declaraciones intolerables. Lo del estalinismo en la guerrilla, según este autor y otros de determinado sanedrín más “progre” que progresista, es que han visto demasiadas películas de indios. Y debían tener claro esto: que en España, el problema no ha sido el estalinismo, sino el franquismo.

        Falta hacer referencia al final trágico de “El Tripas”. Se puede decir que en el otoño de 1944, “El Tripas” era el jefe efectivo de los restos de la partida que inició su andadura con “El Chato de Malcocinado”, buen número de ellos, de Badajoz. Parece que éste, en esas fechas, andaba en solitario, en compañía de su esposa, principalmente. En ese otoño, empezaron a ocurrir cosas raras en la zona de El Pedroso y Cazalla de la Sierra. Según datos oficiales, el 22 de septiembre de 1944 consta la “presentación” de dos maquis del grupo: Francisco Moruno Sánchez “Chocolate” y Manuel Vizuete Vizuete “Barcinado”. A raíz de la publicación de mi libro La resistencia… (p. 229 y ss.), me llegaron correos y cartas de la zona de la sierra de Sevilla sobre lo ocurrido en ese trágico otoño.[7] La versión más extendida es que “Chocolate” se entregó, a través de una hermana, que frecuentaba la casa del teniente de la Guardia Civil de Tocina (Sevilla), y fue el que delató que sus compañeros del “Tripas” solían visitar a un cabrero de la sierra de La Tornera. Es falso que la Guardia Civil los estuviera siguiendo por un secuestro anterior y que los acorralara ni nada parecido. La Guardia Civil hizo venir al cabrero, lo acosaron y lo obligaron a un plan siniestro. Es más, al saber la Guardia Civil que se hallaban los maquis (eran cinco) en esa sierra, tuvieron miedo de subir allí y de meterse en la boca del lobo. Ese miedo les llevó a idear la estratagema siguiente: envenenarlos con arsénico, que se preparó en la farmacia de Cazalla de Rafael Nocea, con el concurso del médico Manuel Nocea y del veterinario Miguel Portero. La orden parió del capitán Ramón Jiménez Martínez, de Constantina. Según el plan: el cabrero les prepararía la leche de cabra envenenada, y luego subiría la Guardia Civil y simularía un tiroteo. Los cinco maquis del grupo eran:

        José Martín Campos “Tripas”, de  El Castillo de las Guardas.

         Carmelo Romero Ortega “Pinche”, de Villanueva del Río y Minas.

         José Salvador González Espino “Ganazo” (“Ganaso”), de Cazalla de la Sierra.

         José Jiménez Muñoz, de Cazalla de la Sierra, cuñado del anterior.

         “El Pipas”, sin más datos.

         “Ganazo” se había ido a la sierra, junto con su cuñado, por miedo a las palizas, porque habían detenido a otro hermano, llamado Salvador, carbonero, y lo molieron a palos, porque actuaba de enlace y facilitaba comida a los de la sierra. Así las cosas, el cabrero les dio la leche envenenada. Era el 20 de octubre de 1944. Los tres primeros murieron envenenados, sin recibir ningún tiro. “El Pipas” se salvó, porque se hallaba ausente, en un recado. Y José Jiménez, que apenas bebió, se sintió mareado y bajó a la fuente a despejarse, momento en el que la Guardia Civil lo mató a tiros. Luego disparó sobre los otros cadáveres, para simular el “encuentro”. Para celebrar el éxito, los guardias y el fascio local celebraron una caldereta en la plaza, con otro resultado mortal, y fue que a otro enlace implicado (no se ha podido concretar nombre) le metieron una garrafa de vino con un embudo y lo mataron también. Además, las informaciones aseguran que antes del envenenamiento, ya había sido fusilado “El Chocolate”, y enterrado rápidamente en el Cortijo Las Jarillas, término de El Pedroso.

        Parece que todavía hay que anotar un fusilado más, y ya van siete. Según entrevista realizada por el citado José Ramón Seco, en diciembre de 2002, a seis personas bien informadas, en la Peña Cultural de Cazalla de la Sierra, el verdadero delator fue “El Chato de Malcocinado”, el cual, y según estos testimonios, había sido apresado y formaba parte de la contrapartida en el otoño de 1944. Y tras el desastre de La Tornera, apareció el cadáver de “El Chato”, totalmente solo, en la Cantera de Guadalcanal, en el camino de Alanís. Así pues, según estos informantes, fue eliminado por la contrapartida, después de sacarle toda la información posible. En consecuencia, el episodio del envenenamiento es uno de los capítulos más complicados, miserables y sucios de esta zona de los maquis-

        De Azuaga (Badajoz) era María Esquivel Vizuete “La Culantra”, de 27 años, casada con Cipriano Domínguez Bello, ambos en la sierra, seguramente con el grupo del “Chato de Malcocinado”, aunque no constan en nuestra relación de componentes (La resistencia…, pp. 232-233). Fue capturada por la Guardia Civil en la zona de Alanís, no sabemos en qué circunstancias, o si hubo muertos o más detenidos. El 25 de diciembre de 1941 ingresó en la prisión de Sevilla, a disposición del Juzgado Militar núm. 4. Pasó por consejo de guerra en noviembre de 1942 y le cayó pena de muerte “por formar parte de una banda que merodea por la sierra”. La pobre mujer fue fusilada el 12 de febrero de 1943, en el cementerio de San Fernando de Sevilla.[8] Cuántas consecuencias seguía todavía motivando el golpe militar de 1936: miles y miles de vidas rotas.

        Finalmente, cerraremos esta visión periférica de Badajoz, haciendo mención de la zona de La Granja, Azuaga, Llerena, etc., una provincia cuya guerrilla militó en las provincias próximas y no contó nunca con una Agrupación guerrillera propia. Tal vez el grupo guerrillero mejor organizado fue el que se desarrolló en torno a La Granja de Torrehermosa, en los años 1946 y 1947, de la mano de José Murillo “Comandante Ríos” (de El Viso, Córdoba) y al año siguiente, con el “Cojo de la Porrada”, con el que se produce el declive de esta guerrilla, que había sido muy activa, con nutrido reclutamiento de jóvenes de La Granja, algunos de los cuales pasaron a Córdoba y llegaron hasta los estertores finales de la 3ª Agrupación.

        Durante el mando de “Ríos”, desde el verano de 1946 hasta julio de 1947, esta guerrilla de La Granja tuvo una rápida implantación, con la incorporación de bastantes lugareños, y teniendo su gran base de apoyo en el cortijo de La Alegría, en la sierra del Acebuche, entre La Granja y Peraleda. Entre las diferentes ayudas con que contó “Ríos”, una de gran importancia fue la del maestro de Escuela José López Santiago, que dirigía un grupo clandestino de la JSU. Eran los años “del hambre”. En agosto de 1999 visité La Granja y, entre los testimonios, anoté el de María Díaz, que me explicó así el porqué de la incorporación de su hermano a la guerrilla, Carmelo “Villa”: “No había dinero ni qué comer, y los de la sierra les ofrecían de todo, y se iban con ellos”. Un buen fichaje fue el de Lorenzo Jiménez Gaete “Madero”, un joven labriego de 19 años. Un valiente, junto con “Maribello”, que cayeron en mayo de 1948, cerca de Llerena. Otros incorporados eran: Francisco  Ramírez “Corruquillo”, Antonio Rodríguez Heras “Cano”, Manuel Moreno “Minero”. Este último llegó hasta los finales de la Agrupación cordobesa, en los años cincuenta. Aguado Sánchez lo mata en 1953, pero sobrevivió y residió en Barcelona hasta época reciente.

        En julio de 1947, “Ríos” fue ascendido a jefe político de Batallón, y como jefe militar fue designado “Zoilo” Félix Ricardo García Arellano, de Hinojosa, por lo que dejaron la guerrilla de La Granja y marcharon a su nuevo destino, siendo sustituidos en el mando de Badajoz por los hermanos de “La Porrada”: Cornelio Caballero Calvo “El Cojo”, y sus hermanos Domingo “Serpiente” y Cornelio. Los dos primeros acabaron sus días a manos de la Guardia Civil, en un prostíbulo de Fregenal de la Sierra, el 17 de octubre de 1947. Con los de “La Porrada”, la guerrilla de La Granja empezó a venirse abajo. En realidad, el motivo no era otro que el acoso de la Guardia Civil. Ejercieron mando también en esta zona Eustaquio Rubio “El Pollo”, de Hinojosa, y “Cucala” (José Carracedo, también de Hinojosa). Varios de La Granja acabaron sus días, a manos de los gendarmes del régimen, en tierras de Córdoba.[9]

 

Algunas conclusiones

        La guerrilla antifranquista estuvo motivada, primero, por la feroz represión lanzada por los vencedores contra la base social de la República, los fusilamientos masivos, las infrahumanas cárceles franquistas, la política de exclusión social de los vencedores y los abusos y vejámenes insoportables que se emplearon contra los vencidos. En segundo lugar, la guerrilla se debió a un indomable espíritu de resistencia de las minorías más concienciadas que no se resignaron a la derrota ni a la pérdida absoluta de todas las libertades. Se organizó la lucha armada en las montañas, con el único apoyo político del Partido Comunista de España.

        La guerrilla antifranquista fue una iniciativa coherente con el momento histórico, y en perfecta consonancia con lo que ocurría en Europa. Hay que analizar la guerrilla española en relación con el gran movimiento europeo de luchas antifascista, con la resistencia francesa y con otros fenómenos de partisanos, en toda la zona ocupada por los nazis. España y la Europa sometida reaccionaron al unísono con un movimiento partisano.

        La guerrilla antifranquista tenía un indudable objetivo demócrata, no estalinista. Estas bobadas del estalinismo las decían poco ha los irreductibles, como Aguado Sánchez, Ricardo de la Cierva, Fernández de la Mora o López Rodó, Pío Moa, César Vidal y toda la caverna fanática y anti-intelectual. Pero he aquí que, últimamente, un grupo de “progres” se ha sumado a esta enfermedad mental, debido a que todas las noches sueñan con Stalin, y no con Franco, que es lo que a España compete.

        La causa de los desvaríos es que la capillita de ciertos “progres” ni ha investigado la guerrilla, ni ha estudiado la guerrilla, ni se ha metido a fondo en la guerrilla, ni han consultado los documentos de la guerrilla ni saben nada de la guerrilla.

        La guerrilla fue un proyecto de restauración democrática, puesto en marcha por Jesús Monzón, entre 1943-1944. De Jesús Monzón se puede decir lo que se quiera, todo, menos que fuera un personaje estalinista ni que su proyecto fuera estalinista, precisamente cuando fue el diseñador del primer frentepopulismo de la posguerra, la llamada Unión Nacional.[10] En principio, la guerrilla fue plural en su base: aunque con hegemonía comunista, había guerrilla socialista y anarquista, aunque ni el PSOE ni la CNT la apoyaron oficialmente. Sólo el PCE. La guerrilla se diseñó como el brazo armado de Unión Nacional, con un “Llamamiento de la Unión Nacional a todos los españoles” (7-11-1942), en Montauban.

        En España, la guerrilla no sólo tuvo como referentes políticos diversos organismos de carácter plural, frentista y democrático. En el primer llamamiento de la JSUN (Junta Suprema de Unión Nacional, septiembre, 1943), ya se habla de “convocar en el más breve plazo elecciones democráticas” y se hace profesión de “fidelidad a los principios democráticos”. Los textos son abrumadores en este sentido. En un escrito del E. M. del Ejército Nacional Guerrillero, de fecha 14 octubre 1945, se termina con un contundente “¡Viva la República Democrática! ¡Viva la Unión Nacional!” Un panfleto arrojado por la guerrilla de Cáceres en Castañar de Ibor, abril de 1945, termina haciendo referencia a “los guerrilleros de la República” y concluye con un “¡Viva la Unión Nacional y su Junta Suprema! ¡Viva la República y su Constitución!”. Los múltiples ejemplos son inapelables. Y baste citar los numerosos llamamientos, no sólo del PCE, sino de los diferentes mandos de la guerrilla en apoyo del Gobierno Giral en el exilio, en 1946. Es decir, la orientación política de los maquis españoles no era otra que la misma de los maquis franceses o de los partisanos italianos: la liberación de sus países del terror y la reconquista de las libertades.

        Con estos precedentes, llegamos a la traca final de los despropósitos. El 7 de octubre de 2010, TVE2 emitió un programa a la una de la mañana bajo el título de “Tengo una pregunta para mí”, sobre el tema de las víctimas de la guerra civil, la ley de memoria histórica, exhumaciones, etc. Salvo Julián Casanova, los tres restantes (Javier Pradera, Santos Juliá, Álvarez Junco) no han investigado nunca (digo investigar) las víctimas del franquismo ni están mínimamente relacionados con los temas de la memoria histórica ni tienen la menor relación con las Asociaciones ni se han metido en estos temas jamás. No son pues especialistas en modo alguno. El enlace del programa me lo envió, estupefacto, Francisco Espinosa, con el titulillo de “la historia de nunca acabar”. Y yo dejé anotado en mi esquema: “Auténticas burradas”.

        Habla José Álvarez Junco, al que yo conocí en los años ochenta, en coloquios con don Manuel Tuñón de Lara, cuando se hablaba mucho de las agitaciones campesinas, en lo cual andaba entonces Álvarez Junco, y andábamos. Me entero ahora, en este programa, de que los socialistas le encargaron a Álvarez Junco la introducción de la Ley de la Memoria Histórica, y se lamenta de que al final, de su introducción, no quedó casi nada. Menos mal. Por otra parte, éstas son las cosas de cierta vieja escuela socialista o mejor, felipista: meterse en camisas de once varas y ponerse en manos de “medios-días”, habiendo “días enteros”.

        El delirium tremens surge cuando José Álvarez Junco revela que empezaron a discutir qué víctimas entrarían dentro de la ley, cuáles sí y cuáles no. Dice: “¿Todas las víctimas del franquismo eran luchadores por la democracia? Los guerrilleros, que estaban intentando establecer un régimen estalinista, ¿Luchadores por la democracia? Y los maquis, que sobreviven de una manera muy cercana a la delincuencia, o los etarras ¿Son luchadores por la democracia? Los etarras o el Grapo. Era complicado el asunto. El tema de víctima podía confundirse con lo contrario (el de verdugo). Y otras víctimas, que no se sabía si estaban representadas por aquellas (Asociaciones) que venían a hablar en nombre de las víctimas….”.

        Para digerir estas burradas, hay que respirar hondo. Veamos:

1) ¿Quién es Álvarez Junco, para erigirse en juez de estas víctimas sí, y éstas no.

2) ¿De cuándo Álvarez Junco es especialista y estudioso de la guerra civil y del franquismo, y cuáles son sus obras emblemáticas al respecto?

3) ¿Qué sabe Álvarez Junco de las Asociaciones o Foros por la Memoria Histórica y cuándo se ha relacionado con ninguna de estas iniciativas?

4) ¿Con qué autoridad y conocimiento de causa se pone a deslegitimar a las Asociaciones de la Memoria?

5) ¿Qué estudios sobre el maquis, que investigaciones, qué publicaciones y conocimiento de causa puede alegar Álvarez Junco para afirmar que el maquis pretendía “establecer un régimen estalinista”? Sólo desde la ignorancia se pueden sostener semejantes burradas. ¡Qué atrevida es la ignorancia! Esto de querer hablar de todo, sin saber.

6) Decir que los maquis eran la delincuencia, delincuentes (bandoleros) bajo un régimen filofascista, eso es lo mismo que decía Franco. No hemos avanzado nada. Álvarez Junco nos deja en el concepto y terminología de los años cuarenta.

7) ¿Y qué tiene que ver la guerrilla antifranquista con la ETA o con el Grapo? ¿Cómo es posible insinuar estas barbaridades?

        Hacía años que no había escuchado barbaridades de este calibre. Desconocimientos tan supinos. Ignorancias tan clamorosas. No hay remedio. Los “progres” están destrozando la historia mucho más que los franquistas. ¡Qué desgracia que gente universitaria e intelectual, supuestamente, caiga tan bajo! Ya pasé por alto a Andrés Trapiello, otro inexperto en el tema, lo que dijo en un librito completamente banal, que la lucha guerrillera fue “la de unos cuantos débiles y la de unos cuantos pobres, en unos casos defendiendo la libertad bajo banderas estalinistas, y en otros la paz con la Santa Inquisición y a tiros”. Sin comentarios. Demasiado burdo. El débil y el pobre hombre es él, Andrés Trapiello. Pero el otro, Álvarez Junco, que siempre tiene púlpito y micrófono, es mucho más peligroso. Con gente así, jamás conseguiremos desmontar las falacias de la historiografía franquista, “atada y bien atada”.

        Termino este artículo. Para que el lector recupere el aliento, el lector y el autor, nada mejor que volver a los hechos de la época franquista, al consejo de guerra en el penal de Ocaña, el 17 de diciembre de 1947, en el que Agustín Zoroa hacía su alegato final, el último de su vida: “… Que no cree haya cometido delito de rebelión, no estando probado que haya realizado actos de sangre, no habiendo organizado los sectores 12 y 13, actuando solamente en Madrid; que vino de Francia a España para liberar a las masas del terror y de la miseria y a luchar por la democracia…”.

        Las palabras de un luchador que va a morir me merecen mucho más crédito, infinito crédito, que las de un “progre” desorientado que desprecia todo cuanto ignora. Con “progres” así, no necesitamos vacunarnos del peligro criptofranquista.

 



1 Francisco Moreno Gómez, La resistencia armada contra Franco. Tratedia del maquis y “Ella guerrilla, Crítica, Barcelona, 2001. Y del mismo autor, Historia y memoria del maquis. El cordobés “Veneno”, último guerrillero de La Macha (Extremeños, andaluces y manchegos en la Resistencia), Alpuerto, Madrid, 2006. Y en las obras conjuntas, Morir, matar, sobrevivir, La violencia en la dictadura de Franco, Crítica, Barcelona, 2002. Y en Víctimas de la guerra civil, Temas de Hoy, Madrid, 1999. También, en Francisco Moreno Gómez, en la obra conjunta El último frente. La resistencia armada antifranquista en España, 1939-1952, Catarata, Madrid, 2008, Actas del Congreso de la Cátedra de Memoria Histórica del siglo XX, Universidad Complutense de Madrid, coordinado por Julio Aróstegui.

2 De estas desgracias da noticia Francisco Espinosa Maestre, La columna de la muerte. El avance del Ejército franquista de Sevilla a Badajoz, Crítica, Barcelona, 2003. Y en un documental de la serie Imágenes contra el olvido, “La columna de los ocho mil”, de Hernández, Navarro, Ramos y Freire, 2005, 146 min.

3 Estos datos los debo a la colaboración de Rufino Ayuso Fernández, natural de Villarta, que recabó testimonios en el verano de 2001. Expreso aquí mi agradecimiento, y a la vez mi sentimiento por su muerte en plena juventud.

4 Información remitida por su nieta María Benítez Pecos, en correo de fecha 12 de febrero de 2006.

5 Véase Francisco Moreno Gómez, La resistencia…, ob. cit., p.319, donde aparece confundido el segundo apellido, que es Pozo, y no Bravo. Carta testimonio de Emiliano García Navas, con fecha 17 de diciembre de 2002. El mismo me aporta un telegrama de la Comandancia de Badajoz, de Cabeza del Buey, de fecha 30-10-1946, donde se alude al “ajusticiamiento” de Apolonio García Pozo.

6 Datos de la Causa núm. 8.118/45, Legajo 555, Archivo del TMT, Sevilla, por amabilidad de Francisco Espinosa Maestre, que me facilitó esta fuente.

7 Mi mejor informante ha sido el médico sevillano José Ramón Seco Vasco, en diversas entrevistas que realizó por la sierra de Sevilla entre finales de 2002 y comienzos de 2003. Y me facilitó un relato de la hermana de “Ganazo”, Rosario González Espino, con la ayuda de su nieta Elisabeth Barrionuevo Marrón, de fecha 28 de octubre de 2002.

8 Las notas de este consejo de guerra las debo a la amabilidad de Francisco Espinosa Maestre, en correo de fecha 4 de julio de 2006.

9  Véase una relación nominal en mi libro La resistencia… ob. cit., p. 561, a fin de seguirles la pista a los maquis de Badajoz, caídos en Córdoba. En la misma obra, y en las relaciones nominales de las provincias limítrofes a Badajoz, también se puede seguir la pista de los luchadores extremeños.

[x] Véase mi libro Historia y memoria del maquis, Alpuerto, Madrid, 2006, p. 201 y ss.

 

                                                  (Villafranca de los Barros, diciembre de 2009)