EL
MAGISTERIO LAICO ANDALUZ: BENITO CORDOBÉS.
El movimiento obrero andaluz tiene detrás a
una vanguardia de maestros racionalistas, predicadores de “La Idea”, la mayoría
de los cuales fueron asesinados en 1936, como fue el caso de José Sánchez Rosa
y, entre otros, Benito Cordobés, educador anarquista y militante ugetista,
fundador de la Escuela Racionalista de Montemayor, y presidente de la Sociedad
Obrera Socialista.
Por Alberto Gay Heredia Jiménez
(Lcdo.
En Geografía e Historia)
y por Rafael Cerrejón
(Lcdo.
y Máster en Archivística)
(Maquetación y elaboración: Francisco Moreno Gómez)
“En
este artículo pretendemos dar a conocer
la figura de Benito Cordobés Herencia,
natural de Castro del Río (Córdoba). Según Díaz del Moral, fue uno de los más
influyentes propagandistas o apóstoles de la Idea
que a principios del siglo XX recorrieron los pueblos de Andalucía educando,
concienciando e informando a los obreros de sus derechos. En su juventud fue
anarcosindicalista, evolucionó hacia
posturas socialistas ingresando en la
U.G .T siendo un firme
defensor de la República
hasta su muerte. Fue presidente de la
Unión de Izquierdas de Espejo, y de la Sociedad Obrera
Socialista. Como tantos otros idealistas defensores de los campesinos andaluces
murió asesinado por los fascistas al comenzar la rebelión en 1936”.
Benito Cordobés Herencia fue un anarcosindicalista
contrario a la violencia. Firmemente convencido de que la educación era el
instrumento fundamental para liberar a los campesinos oprimidos de Andalucía,
consagró su vida al logro de este fin, fundando una escuela racionalista en
Montemayor (Córdoba).
“Son tan numerosos los obreros que me han suministrado
datos que, a pesar mío, me veo precisado a consignar sólo los nombres de los
más significados; José Sánchez Rosa… Benito Cordobés… A todos las gracias más
efusivas” (Díaz del Moral, Juan,
Historia de las Agitaciones campesinas andaluzas. Nota P. 24).
Benito Cordobés
Herencia, nació en Castro del Río en 1884, era hijo de Vicente Cordobés Moreno
y María y estaba casado con Dolores Arroyo. Su padre era barrendero municipal:
“Sí, Recuerdo bien a Benito Cordobés, Cordobés de
apellido, no mote, ni seudónimo. La provincia de Córdoba fue la plataforma de
su cuna. Creo la meció el Guadajoz y la conformó la tierra de Castro del Río.
Vecino de Fernán-Núñez; en los comienzos de siglo ejerció
de fotógrafo. Colaboró en mítines y periódicos junto a mi padre Francisco Yuste
Cuesta. ¿Sindicalista, ácrata? Puede. Romántico y optimista. Le influyeron
Kropotkin, Bakunin, Ferrer Guardia, Sánchez Rosa, Fermín Salvochea. Sobre todo
pimargaliano, autodidacta, de alegre carácter frente al futuro. Lo asesinaron
junto al arroyo Carchena. (Del Optimismo a la Muerte. Trabajo
inédito de Alfonso Yuste Álvarez).
El
poeta de Fernán-Núñez, Alfonso Yuste Álvarez contaba doce años de edad cuando
le conoció. Nos comunicó que Benito se proponía realizar un trabajo fotográfico
de la ruta del bandolero Pernales a través de Andalucía.
La
propaganda anarquista
En su juventud Benito
Cordobés aprendió a leer y escribir gracias a la ayuda de Clodoaldo Gracia
natural de Castro del Río. Este maestro opinaba que la escuela no debía ser
republicana, socialista, ni anarquista, sino que debía mantener una postura
laicista sin inculcar a los niños la
aversión por ninguna idea; infundiéndoles profundamente el respeto y el amor
entre todos los hombres.
Foto.- Clodoaldo Gracia, maestro racionalista de Espejo, represaliado en 1919 por la actuación del general La Barrera en Andalucía. Y depurado en 1939.
Benito Cordobés
militó en el movimiento anarquista, dedicándose, influido fundamentalmente por
Clodoaldo Gracia, a labores de educación y propaganda. Para los anarquistas la
propaganda constituía el medio más eficaz para conseguir hacer cada vez a más
gente consciente de sus intereses y luchar por ellos; de infiltrar “en el corazón de los hombres los salvadores
principios de redención y justicia que tanto necesitamos realizar, sino
queremos perecer extenuados por el cansancio y demacrados por la miseria” (“La Propaganda ” La Federación nº 137.
31-III-1872 ,2).
La confianza depositada
en la propaganda, como instrumento privilegiado de la lucha revolucionaria de
los trabajadores, era un argumento omnipresente en las publicaciones
anarquistas. Un artículo publicado en el semanario madrileño, Eco del proletariado. Revista Social, afirmaba:
“Todos los que están poseídos de la
bondad de nuestros principios deben ser sus propagadores, en todo tiempo y en
todas partes. Es verdad que todos no somos oradores ni escritores: pero todos
podemos realizar un acto; todos podemos poner nuestra conducta en armonía con
nuestros principios y demostrar prácticamente su superioridad sobre los del
contrario, con lo cual, no sólo se gana al enemigo, sino que se atrae al
indiferente. Lo que no se consigue con libros y discursos, se obtiene con una
acción”.
En 1910 empezaron a
ser de nuevo escuchadas las propagandas libertarias cuando se produjo la
reacción liberal contra la represión maurista. En 1914 se habían reunido diez u
once pueblos en los que habían arraigado las ideas anarcosindicalistas, pero
cuando más se notaban los síntomas precursores de la exaltación libertaria, sobrevino
la guerra europea que debilitó primero y apagó después la fiebre obrerista. Al
comenzar 1918 sólo tres o cuatro pueblos permanecían concienciados y activos,
pero el número de obreros adoctrinados en la táctica y en los instrumentos de
combate del sindicalismo era considerable. Todo ello fue obra de una propaganda
tenaz, sin desalientos, mantenida durante largos años merced a las condiciones
económicas favorables de los obreros en algunos pueblos de la campiña y a la
constancia y recias convicciones de los agitadores. La actuación de los
propagandistas recaía en los convencidos de antiguo y en los más propensos a la
convicción entre el elemento joven, aunque las masas ni acudían ni se enteraban
a veces de los actos de propaganda.
El propagandista libertario
suele ser hombre de pocas exigencias; al llegar al pueblo se aloja en casa de
un trabajador y vive como él. Explica la conferencia o celebra el mitin y no
pide retribución generalmente, pero los oyentes suelen hacerle un regalo. En
otras ocasiones el viaje lo costea una federación obrera. A veces el
propagandista abre una escuela en el pueblo y permanece años o meses
percibiendo 6 ú 8 reales diarios, pagados por las familias de los chicos que
recibían enseñanza. Benito Cordobés comprendió desde muy joven que debía
colaborar en defensa de los más desfavorecidos a través de la propaganda
directa, la educación y los artículos publicados en los medios de difusión. Al
día siguiente de casarse, inició uno de sus viajes de propaganda impulsado por
su ideal (Conversaciones con la familia Cordobés).
En 1913 Castro del
Río se había convertido en la capital del sindicalismo cordobés. El maestro
anarquista Salvador Cordón había regresado de Argentina en 1914,
estableciéndose en la adquirida sede del Centro Obrero de Castro del Río,
ubicado en el nº 15 de la calle Colegio,
donde nacería su hijo Arnaldo También
por estas fechas llega a Castro del Río el conocido anarquista de origen
cordobés Rodríguez Romero, que hospedado en el Centro Obrero, prepara el acto a
celebrar en el pueblo de Espejo el día 3 de junio de 1915 a modo de gran asamblea de la comarcal
sindicalista. El acto, presidido por Rafael Peña, natural de Espejo, contó con
la participación de Benito Cordobés representando al pueblo de Montemayor,
junto a otros oradores entre los que figuraban Salvador Cordón, Victoriano
Jurado y Ángel Díaz (Gay Heredia, A., Revista Paseo nº 1. Setiembre 1997) A
los pocos días Benito participa también en el mitin celebrado en Montemayor
junto a Ángel Díaz y Rodríguez Romero. Su discurso fue muy aplaudido por el
público asistente, lo que provocó la intervención de la policía sin motivo
aparente “Benito Cordobés lleno de poesía
y convencimiento hace un canto al amor, que la multitud ovaciona y pide a todos
cesen los odios para dirigir nuestros pasos por el sendero de la verdad y la
justicia” (Tierra y Libertad.
9-6-1915).
El reglamento del
Centro Instructivo de Castro del Río se copiaba de modelos contenidos en el
libro titulado “El Abogado del Obrero” del maestro Sánchez Rosa. A su título de
Instructivo Obrero añadió el de Sociedad
de Oficios Varios. Aquel había sido erigido por los ácratas en mayo de 1910. El
pueblo fue en este periodo un vivero de propagandistas, que aprovechaban sus
encuentros en las faenas agrícolas con los trabajadores de otros pueblos, para
transmitirles sus ideas y sus entusiasmos; cuando en el inmediato pueblo se
había suscitado algún ambiente propicio o existía una organización afín, se
trasladaban a él y celebraban mítines o
veladas. Asimismo los propagandistas escribían en las publicaciones de la
época. En periódicos como Tierra y
Libertad, La Voz del
Campesino, La Voz del Cantero, El Sur, Fuerza y Cerebro,
encontramos artículos firmados por Benito Cordobés, que figura definido por
Díaz del Moral como literato campesino.
Pero más que maestros
como Salvador Cordón y Chacón Uceda que tenían porte y caracteres de agitadores
profesionales, contribuyeron al arraigo del sindicalismo en la provincia los
trabajadores campesinos, que sin abandonar sus habituales ocupaciones
inspiraban a las organizaciones obreras. Ocupan los primeros lugares en este
período Benito Cordobés y Antonio Pérez Rosa. Su labor propagandista se
extendió desde 1910 hasta 1918. Sus nombres sonaron en los sectores
sindicalistas españoles como el de los militantes cordobeses más granados y de
mayor confianza. En el momento de la decadencia se retiraron de la vida activa,
dedicándose a la industria de las ampliaciones fotográficas, siguiendo el
ejemplo del anarquista sevillano Ojeda que había conseguido grandes beneficios
montando un taller dedicado a esta industria en su ciudad natal. Por supuesto
que es un craso error afirmar que el maestro sindicalista Pérez Rosa se retiró
de la actividad sindical dedicándose a la reproducciones con el nombre de
Benito Cordobés, como se afirma en el libro titulado Andalucía en Blanco y Negro (Pereiras Hurtado E. y Holgado Brenes,
J.M. P. 92) Benito Cordobés era
compañero, amigo y discípulo del anterior, pero no el mismo individuo con otro
nombre; al igual que éste, se apartó de la actividad sindical a partir de 1918
durante varios años.
Refiere Díaz del
Moral, como en 1915 Benito Cordobés partió de Fernán Núñez (Córdoba) disponiendo
tan sólo de diez duros, con su amigo, el maestro Juan Chacón Uceda en excursión
de propaganda. Recorrieron durante dos o tres meses, cuarenta o cincuenta
pueblos de Córdoba y Sevilla dando conferencias, veladas, mítines; después
regresaron al punto de partida en tren, por enfermedad de Chacón con algunas
pesetas todavía en el bolsillo. Después marcharía con Sánchez Rosa a Zuheros
para dar una conferencia y conversar con los obreros. A los miembros de la Agrupación Socialista
de este pueblo los convencieron para establecer el sindicalista Centro
Instructor de Oficios Varios. Posteriormente viajaron a Puente Genil no
encontrando un local donde exponer sus ideas. En el período anterior al trienio
bolchevista, en todas partes surgían agitadores sobrios y fervorosos que se
trasladaban de pueblo en pueblo, a pie, en caballerías, en carros, o viajando
en tercera, y que se daban por contentos con alojarse y comer en casa de algún
compañero.
Los años 1916 y 1917
fueron difíciles para los propagandistas; la gente desertaba de los Centros
Obreros, nadie pensaba en reivindicaciones proletarias, de modo que los
agitadores a veces tenían que suspender los mítines por falta de público. Los
periodistas indígenas se quejaban en su prensa de que las fogosas peroratas de
los oradores en incontables mítines, veladas y conferencias no encontraban eco
en el ambiente helado de la campiña, las muchedumbres seguían ciegas y sordas. A fines de 1917 las publicaciones de la época comienzan a difundir
noticias de la revolución rusa, y como siempre el entusiasmo enciende de nuevo el
corazón de los trabajadores andaluces. Entre las masas, los pensamientos
que aparecían envueltos en ropajes míticos, en forma de ideas absolutas, arraigaban fácilmente.
En 1916 Benito
Cordobés intervino en el mitin que se celebró en el teatro-circo ubicado en la
avenida del Gran Capitán de Córdoba. En calidad de obrero agrario abogó por la
libertad de los presos por delitos políticos y por el derecho de huelga,
solicitando una amnistía. Pidió que fuera mejor retribuido el trabajo del
obrero y que este no permaneciera indiferente a los actos en que se tratara de
mejorar su situación. Fue una reunión organizada por las asociaciones obreras
para solicitar de los poderes públicos el abaratamiento de las subsistencias y
otros extremos. Comenzó el acto el presidente del Centro Obrero Rafael Ferrer,
e intervino el abogado y concejal del Ayuntamiento de Córdoba Ricardo Romero
Crespo que atacó las corridas de toros y recordó a Pi y Margall (Diario Córdoba. 16-10-1916).
A partir de 1918,
Benito Cordobés se aparta de la política e inicia un período de reflexión, aunque
sigue colaborando, ya desde su militancia ugetista (soslayado por creerlo
utópico su credo anarquista) en publicaciones como Fuerza y Cerebro, órgano de la U.G .T. en Montilla, y Córdoba Obrera. Residiendo en Fernán Núñez escribe algunos artículos
en que refiere su estado de ánimo:
“Nunca como ahora experimenté el placer del aislamiento.
Hoy más que nunca dispongo de mi libertad. Hay quién cree que yo he terminado
como luchador; que la materia práctica que me animaba se ha evaporado perdiendo
el rumbo de sus inclinaciones ¡Cuántos lo creen aún! Cuanto más exploro en la
biografía crítica filosófica concibo más la necesidad que tiene cada hombre de
apartarse del mundanal ruido donde se calumnia y no se critica. Me gusta la
experiencia fustigando el cinchazo a la plebe no para hundirla en el desierto
de la negligencia, sino para uncirla al férreo destino de los ignorados, de lo
desconocido en la estratégica y puntual contienda de sus derechos” (Carta Abierta. Para el amigo Clodoaldo Gracia. Fuerza y
Cerebro, nº 6, 1919):
“Cuando a mi alrededor todo es silencio, cuando nadie se
ocupa de mis razones, vuelve a invadirme la tristeza. Yo mismo comprendo que no
he llegado, que no valgo nada y que debo permanecer activo en la contienda. Con
esto justifico mi anhelo a la lucha, mi amor a lo inesperado, a lo nuevo” (Carta Abierta. Para el amigo Clodoaldo Gracia. Fuerza y
Cerebro, nº 9, 1919).
La Escuela
Racionalista de Montemayor
La enseñanza
racionalista promovida por el ideario de Ferrer Guardia defendía una
laicización de la enseñanza basada no en el aprendizaje memorístico sino en una
postura activa y por descubrimiento. En
la escuela se debía establecer una relación maestro-discípulo no autoritaria, y
promover una enseñanza donde ambos sexos convivieran desde una temprana edad
con naturalidad en la misma aula.
Desde sus comienzos la
escuela racionalista contó con muchos problemas, como la incomprensión de los
padres hacia ciertos aspectos del proyecto pedagógico, pero las más serias dificultades vendrían como
consecuencia del acoso y persecución sistemática a la que fue sometida desde
los sectores conservadores y clericales. Ya en diciembre de 1906 los diputados
conservadores presentaron en el Congreso una proposición en la que solicitaban
que se sirviera declarar que la propaganda anarquista que se hacía en las
escuelas laicas de Barcelona era contraria a la Constitución y a las
leyes, debiendo por tanto ser suprimida por el Gobierno. El modelo de estas
escuelas era la de Ferrer Guardia; sobre
la que el ministro de Instrucción Pública había justificado su no reapertura
porque la Ley
prohibía las escuelas donde se enseñaban ideas disolventes del Estado y la
autoridad. En el período comprendido entre 1906 a 1910 se clausuraron más de quinientas
escuelas racionalistas en toda España.
En estos años siguiendo las
recomendaciones del primer Congreso de la Federación Nacional
de Agricultores de España celebrado en Córdoba en 1913 en que Antonio Pérez
Rosa representó a los obreros de Castro del Río, se trató el tema de la escuela
racionalista, y se impulsó la apertura de varias en la provincia. Ya en 1911 el
maestro anarquista Gallego Crespo, procedente de Castro del Río quiso fundar
una escuela racionalista en Bujalance (Córdoba), y en 1912, el trabajador del
campo sindicalista Manuel Pérez y Pérez estableció en unión de su prima Ángeles
Montesinos una escuela racionalista en el pueblo de La Carlota (Córdoba), que
poco concurrida fue rápidamente clausurada. Posteriormente se trasladaría a
Córdoba trabajando al igual que Benito Cordobés en un taller de ampliaciones
fotográficas. El maestro Salvador Cordón había regresado de Buenos Aires en
1914 llamado por los castreños para sustituir a García Birlán en la escuela del
Centro Obrero en Castro del Río.
En estos años no hay
mitin, ni periódico, ni folleto de propaganda que no contenga calurosas
exhortaciones a redimirse de la ignorancia, fuente de todo mal. Obedeciendo a
estas inspiraciones, las Sociedades sindicalistas de la provincia suelen
instalar escuelas en su domicilio social, y así ocurrió en Castro del Río,
Fernán-Núñez, Bujalance y Montemayor. En un mitin celebrado en Córdoba en junio
de 1912, donde intervinieron Rafael Peñas, Antonio Pérez Rosa y Cayetano
Bilche, Benito Cordobés recomendaba “la
instrucción y educación por ser el arma más poderosa para llevar al pueblo
hambriento hacia la sociedad del porvenir” (Tierra y Libertad. 19-6-1912).
En el Congreso de
Villanueva y la Geltrú
celebrado en 1916 en el tema segundo se planteaba también la cuestión de la
escuela racionalista y la actividad propagandista:
“Considerando que la educación e instrucción racional son
los medios más eficaces para reivindicarnos los obreros ¿Qué medios emplearemos
para que en todos los Centros y Sociedades Obreras haya escuelas racionalistas
y vencer a la vez los obstáculos que imponga la autoridad al implantarlos?
Dictamen: Entendemos que los obreros hemos de hacer
cuantos medios estén a nuestro alcance, que sea un hecho la implantación de
escuelas de esta naturaleza
Tema 23 (Torreperogil) ¿Qué medios emplearemos para que
la propaganda sea un hecho en esta Federación?
Dictamen: Convertiremos en propagandista a cada obrero de
por sí, llevando el fuego de nuestra convicción al ánimo de los refractarios”
El Reglamento del Centro Instructivo de
Artesanos y Obreros de Montemayor, fechado en febrero de 1913, en su artículo
primero señalaba como fin mejorar la condición moral e intelectual de sus
asociados, y en el segundo proclamaba prescindir de cuestiones religiosas y no
entrar en asuntos políticos.
Benito Cordobés,
convencido de que la educación constituía la base para la futura liberación del
obrero oprimido era un firme defensor de la escuela racionalista El maestro
Sánchez Rosa con quién había impartido conferencias y mítines había establecido
en 1912 una escuela racionalista en Castro del Río. Sánchez Rosa animó a Muñoz
Benítez, que había iniciado su labor de maestro racionalista por la sierra de
Cádiz, en Olvera y Setenil entre otros pueblos, a fundar en Dos Hermanas
(Sevilla) una escuela racionalista en 1913, y seguramente también habría
influido en la decisión de Benito Cordobés de abrir una escuela racionalista en
Montemayor el año anterior. Muñoz Benítez llegaría a ser alcalde socialista de
Dos Hermanas en 1930. Después fue asesinado, al igual que Benito Cordobés, a
los quince días de la rebelión fascista de 1936.
Benito Cordobés estableció su escuela
racionalista en el número 10 de la calle Barruelo de Montemayor (Córdoba), adoptando
el nombre de la de Castro del Río. Consiguió adquirir a plazos un domicilio
propio y reforzó sus listas con el ingreso de los albañiles asociados hasta
entonces sólo con fines cooperativos. En Fernán-Núñez, por influencia de Benito,
los anarquistas se dieron de baja en el Centro Obrero Republicano Socialista y
fundaron en 1913 la Sociedad
de Agricultores.
La escuela
racionalista de Montemayor tendrá una corta existencia, ya que en abril de 1913
comienzan sus vicisitudes. Es probable que el instigador de la apertura del
expediente de clausura fuera un maestro nacional que quería contrarrestar su
creciente importancia.
En abril de 1913, el
inspector jefe de Primera Enseñanza D. José del Río ordena mediante oficio
dirigido al alcalde de Montemayor, la clausura de la escuela particular. Benito
Cordobés contesta nombrando director de la misma al abogado, que luego sería
concejal republicano en el Ayuntamiento de Córdoba, Ricardo Romero Crespo que
residía en el Hotel Europa, ubicado en la calle San Pablo, en Córdoba. Asimismo
Ángel Díaz Jurado, compañero de Benito y Presidente accidental del Centro Obrero de
Oficios Varios de Montemayor solicita mediante instancia el levantamiento de la
clausura.
(Ricardo Crespo sería el primer alcalde
republicano de Écija en 1931 durante la II Republica encabezando la conjunción
republicano-socialista. En julio de 1936 fue detenido por los militares y
asesinado a los 49 años. Como abogado defendió a obreros en diversos pleitos en
Castro del Río (16-1-1913. Juicio por amenazas contra Antonio Navarro Ramos.
Defensa de Antonio Aranda Martínez, acusado de publicar una hoja clandestina,
entre otros casos) De aquí vendría la amistad con Benito Cordobés).
En julio de 1913 los
vocales de la Junta
de Instrucción Pública solicitan una visita de Inspección a la escuela abierta
para resolver. Requieren se acredite la titulación legal de su constitución y
que Benito Cordobés presente la documentación y el título de maestro. Este al
presentarse dijo carecer de dichos documentos. Posteriormente recurrió al
Rectorado de la
Universidad , alegando tener permiso del Gobernador para la
apertura de la escuela.
El 18-9-1913 se
publica en el Diario Córdoba la siguiente nota “¡Qué la cierren! Funciona en este pueblo una escuela non sancta, a
pesar de haber protestado los vocales de sección de Instrucción Pública ante el
Presidente de la misma”.
En Octubre de 1913 en
un informe de la Inspección se manifiesta que en la expresada escuela se dan
enseñanzas contrarias a las instituciones y a las leyes y que, no habiéndose
llevado por el presidente los requisitos exigidos en el Real Decreto de 1902,
el Rectorado aprueba la expresada clausura. Dicha orden será publicada en el
B.O.P. de fecha 4-2-1914. Se afirmaba que el local destinado a escuela no
reunía condiciones higiénicas, el espacio era muy reducido y con poca
ventilación, asistían a sus clases niños de ambos sexos y diferentes edades,
comprendidos párvulos, escolar y adultos. Benito Cordobés será detenido por
contestar irrespetuosamente al alcalde Antonio Galán, y volver a abrir la
escuela sin autorización. El parte se pasó al Juzgado el 7 de octubre de 1913.
(Archivo Montemayor, legajo 728).
Era una excusa
corriente para los poderes públicos esgrimir la falta de condiciones higiénicas,
y dar enseñanzas contrarias a las leyes en dichas escuelas para ordenar su
cierre. Estos motivos se habían aplicado en la clausura de gran cantidad de
escuelas racionalistas sobre todo en Cataluña y Valencia, a partir del
asesinato de Ferrer Guardia. En la escuela de Montemayor los métodos
tradicionales de enseñanza eran aquellos en los que había aprendido el maestro,
aunque se recomendaban los textos de la
Escuela Moderna de Ferrer.
Tras un período de
reflexión que abarcaría una década, al proclamarse la República , Benito
Cordobés reinicia su actividad militando en la U.G .T. como presidente de la recién fundada Unión de Izquierdas de Espejo y de la Sociedad
Obrera Socialista.
Sus colaboraciones en las publicaciones de la época son continuas denuncias
sobre la situación de los trabajadores, haciendo hincapié en el paro obrero, a
la vez que continua con su trabajo de fotógrafo itinerante recorriendo los
pueblos de la sierra cordobesa.“Desde el
30 de agosto en que los campesinos terminaron las faenas de recolección están
en paro forzoso el 75% de la población campesina en espera de que el Gobierno
les dé ocupación, ya que los patronos se encogen de hombros y se desentienden
de esto problemas hasta la próxima recolección. El Gobierno no resuelve nada.
Así un día y otro, en el mercado los sin
trabajo forman falange de hambrientos, vagan indecisos, sin la seguridad del
mañana. La ley del laboreo forzoso no surte efectos. He visto alcaldes en los
pueblos de la provincia que cuando ponían interés en hacerla cumplir, la
primera autoridad de la provincia les restaba el principio de autoridad, hechos
que tendrían razón en la monarquía, pero que no me explico qué motivos hay para
que en la República
se siga el mismo procedimiento” (Espejo. El Paro
Obrero. El Sur, nº 95, 5-10-1932).
En otro artículo
publicado en Córdoba Obrera, Benito
Cordobés denuncia el caciquismo, el capitalismo, y la postura de la iglesia
ante el paro obrero “El problema de estos
pueblos es la tierra. Porque así lo entendemos, nos hemos puesto al habla con
los obreros agricultores más caracterizados y ellos nos han dicho la vida que
tienen que seguir de angustias y de hambre a pesar de tener una riqueza
abundante en cereales y ganadería relativamente. La Casa Ducal (la duquesa
de Osuna) había unido su voluntad a la del cura párroco y reconstruyeron el
Sindicato Agrario Católico donde obligaban a ser socios a todos los colonos de la Casa , hasta el extremo que
para hacer el contrato de arrendamiento había que presentar el recibo
justificativo de tener abonada la cuota del mes corriente, y las persecuciones
contra los remisos eran rigurosísimas. Obreros hubo que antes de ser socios en
el Sindicato se quedaron sin las tierras que eran su única fuente de ingreso.
En Espejo fuera de esta Casa Ducal no hay problema agrario, nos dicen los obreros.
En Espejo tenemos dos sociedades obreras: la de Obreros Agricultores y la de
los Trabajadores de la Tierra ,
esta última tiene 450 socios, y son partidarios de la reforma agraria. ¿Gozan
los obreros de más libertad política ahora que con el viejo y bien fenecido
Régimen? Naturalmente, los obreros entonces no representábamos nada, nuestra
misión era trabajar cuando teníamos donde y sufrir siempre. El cura insultaba a
los vecinos cuando estos no cumplían los menesteres con la iglesia. Los
enfermos tenían que ser confesados a la fuerza, y si alegaban no estar en
condiciones, eran amenazados con que no se les enterraría en el cementerio
católico, sin perjuicio de motejar de herejes a sus familiares” (El paro obrero es una consecuencia del
régimen capitalista. Córdoba Obrera. 15-7-1933. nº 4).
En su periplo por los pueblos de la sierra de Córdoba, Benito Cordobés
alza su voz en defensa de sus compañeros trabajadores y contra los paniaguados
que venden su ideología, exponiendo el caso de Añora:
“En el pueblo de Añora se produjeron varios conflictos
sociales. Con motivo de estar en la plaza situada frente a la casa Capitular,
esperando como de costumbre la distribución de los obreros al trabajo, el
alcalde llamó al que estas líneas escribe, presidente de la Sociedad Obrera
Socialista para comunicarle que habían seleccionado varios obreros y que los
demás irían a trabajar al turno, y como éste le contestara que estaba dispuesto
a respetar las órdenes que dimanasen del señor delegado del Trabajo de que
trabajaran los cabezas de familia, o sostenedores de familia, por cada cuatro. Uno
de cada casa, este modesto representante de una masa de obreros bien
disciplinada y consciente le hace saber a los suyos el pensamiento del Sr.
Alcalde y lo expuesto por él, demostrando los trabajadores su adhesión a su
representante, y sin por qué ni de que manera nos sorprendió la fuerza de la Guardia Civil con
órdenes de desalojar la plaza...” (Añora. Conflicto social. Córdoba Obrera,
24-9-1933. nº 14).
Benito Cordobés
siempre será un firme defensor de la República atacando a los individuos que intentaban
aprovecharse del régimen político para medran en su propio beneficio “Cuando decimos que la República nació huérfana
de republicanos no nos equivocamos ¡Ya somos todos republicanos! ¿Qué duda
cabe? Pero se precisa saber que republicanos entran por la puerta falsa y
quienes por la puerta principal.. La primera República la malograron los
ambiciosos y la pugna de facciones, y es por esto por lo que los socialistas
tenemos la obligación de resistir en nuestro puesto de combate a despecho de
todas las ambiciones y de todos los tránsfugas… los que
hemos puesto la libertad y la vida, no por el puesto ni dádiva, sino por la
redención de clase en general, no toleraremos con nuestro silencio que llamen a
la puerta los desahuciados de la opinión exigiendo hospitalidad no más que
porque un día vivieron amargados con la política de su tiempo, al notar que
ésta amenazaba ruina por su desacierto al usarla. No; los que hemos sufrido
todas las contrariedades de economía y de justicia no por lisonja, sino por
lealtad no podemos tolerar que cambie el curso de la revolución política, única
esperanza de la revolución social” (Espejo.
Córdoba Obrera. 8-7-1933).
Ante la situación de
confusión, dispersión y enfrentamiento entre los partidos republicanos, Benito
Cordobés promueve el establecimiento de La Unión de las Izquierdas de Espejo, de la que
formen parte los republicanos honrados para hacer frente a la derecha, y poder
gobernar. Esta Unión de Izquierdas debería ejecutarse también a nivel nacional
como alentaba Azaña:
“Azaña en su discurso de Santander señaló la necesidad de
una federación de izquierdas republicana. Los socialistas no podrán gobernar
sino cuando vean la posibilidad de un programa máximo y no con el mínimo de
alianzas con otros partidos. Por eso se impone esta federación de izquierdas de
que nos habla Azaña y la prensa de filiación republicana. Quiero hacer constar
que Espejo es uno de los pueblos que no ha perdido de vista esta postura que se
trazó mucho antes del advenimiento de la República. Esta
unión de Izquierdas la componen los socialistas y los radicales socialistas que
no han perdido de vista los grandes males que a España causó la monarquía y los
caciques que en ella se amparaban y siguen viviendo de la ignorancia de los
trabajadores. Los republicanos históricos de este pueblo, hoy aliados a Lerroux,
que siempre mantuvieron su política con fuerza frente al caciquismo cordobés y
espejeño, son aliados de estos caciques en la actualidad. Estos se marcharon de
la Unión de
Izquierdas, ellos sabrán por qué” (“La Unión de Izquierdas y
los Republicanos de Lerroux” El Sur. 12-10- 1932. Nº 101).
En Espejo se intenta una maniobra electoral como la de la Diputación. Se
envía el siguiente telegrama de protesta: “La Unión de Izquierdas Espejo protestan atropello
gobernador de Córdoba ordenando nombrar alcalde en periodo electoral. El
presidente Benito Cordobés”. A Madrid se ha transmitido el siguiente despacho: “Ministro
Gobernación. Madrid. Federación Provincial de candidatos socialistas protestan
imposición gobernador ordenando sustituir alcalde de Espejo en período
electoral. Azorín” Nuestro comentario será muy breve. ¿Persistirá la honestidad
política del señor gobernador hasta que pasen las elecciones? (El Sur.4-11-1933, nº 74)
A esta Unión de Izquierdas fundada en Espejo se
refiere Benito Cordobés en la polémica que mantiene con el corresponsal del
citado pueblo al publicar este un artículo contra él en el periódico de
Córdoba, La Voz. El
artículo trata sobre la actuación del gobernador Sr. Valera Valverde durante
una huelga de trabajadores en dicho pueblo. Benito afirma que nunca ha hablado
con dicho gobernador y que no le conoce sino por su nefasta política para
muchos pueblos de Córdoba al frente del Gobierno provincial. También dice que
miente dicho corresponsal ya que los concejales Rafael López Méndez y Julián
Medina Ramírez no lo fueron por el partido comunista sino por la Unión de Izquierdas en
Espejo y luego se afiliaron al Partido Radical Socialista (Rectificación. El
Sur. Junio 1933).
En su vida privada
entiende el anarquismo como una filosofía de vida que englobaba muchos aspectos
del ser humano. Benito Cordobés practicaba el Crudivorismo, y sabemos que se
reunía con personas interesadas en el naturismo, como el doctor Eduardo Alfonso
en una casa a la afueras de Montemayor. Seguramente estuvo con su amigo Pérez
Rosa cuando en 1921, este se retiró a una huerta de Castro del Río para curarse
de una grave parálisis, llevando una dieta vegetariana.
En el anarquismo, la
corriente naturista y el Higienismo estaban muy extendidos. Un gran número de
anarquistas se interesaban por la filosofía, la ciencia y los nuevos métodos de
salud. El doctor Queraltó contribuyó a difundir estas prácticas, ya que cosechó
abundantes adhesiones en los mítines que dio en Espejo y Castro del Río.
También el Esperanto tuvo
un gran interés para Benito Cordobés. Durante la Dictadura , el socialista
Francisco Azorín difundió el Esperanto, pero no como una mera preocupación
idiomática o lingüistica sino entendiéndolo como una manera de socializar el
lenguaje y como una lengua universal, como un instrumento para un mejor
entendimiento de todos. Asistió a varios congresos y publicó artículos sobre el
tema. En el III Congreso Esperantista celebrado en Córdoba en 1925, Azorín
habló del Esperanto como “algo que
satisface las aspiraciones de los idealistas” Por medio de la prensa (El
Sur.2-11-1932).
El
Grupo Socialista Esperantista de Madrid hizo un llamamiento a todos los
proletarios acerca de la significación del Esperanto y la necesidad de
aprenderlo, ya que serviría de instrumento para que se comunicaran entre ellos.
Se preveía una confrontación internacional contra los fascistas y el
capitalismo, intransigente y ciego ante los millones de obreros desocupados. Se
veía a la burguesía patriotera intrigando en las covachuelas oscuras de las no
menos oscuras cancillerías. Los proletarios debían si estallaba la guerra no ir
a ella sino a hacer la revolución social. Benito Cordobés estudió el Esperanto
y participó en las reuniones que se dispusieron para su enseñanza y difusión.
Tras la sublevación militar, Benito
Cordobés es detenido inmediatamente en el pueblo de Espejo donde residía.
Volvía del café situado en las afueras del pueblo, en la carretera de Córdoba a
Granada, donde había ido a escuchar en la radio, las últimas noticias sobre los
acontecimientos. Es apresado y conducido junto con otros ciudadanos a un
edificio ubicado en la calle de las Eras
en Espejo, donde recibe la visita de su esposa Dolores. Tras un intervalo de
tiempo, en torno a la semana es trasladado a la cárcel de Montilla. Según
mantiene el profesor Moreno Gómez, en la noche del 6 al 7 de agosto, los
franquistas aprovecharon para fusilar junto al arroyo Carchena, (término
municipal de Castro del Río) a los cuarenta prisioneros traídos de la cárcel de Montilla por la
columna del general Varela. Nosotros pensamos que entre estos se encontraba
Benito Cordobés, cuyos restos reposan en la finca Santa Rita, perteneciente al
término de Castro del Río (según testimonios de personas fidedignas que lo
conocieron).
Años antes Benito parecía presentir su
trágico final “Nosotros que hemos
prometido seguro el triunfo sin más voluntad que nuestro martirio, sin más
garantía que nuestra miseria económica, hemos trocado el curso de nuestra vida
entera. Los sinsabores que sufrimos en el recio batallar contra la ignorancia
del pueblo, son los destinatarios que nos garantizan en nuestra vida de Cristo”(Carta Abierta. Para el amigo Clodoaldo
Gracia. Fuerza y Cerebro, nº 6, 1919.
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