16/3/25

MUESTRARIO DE BRIGADISTAS ITALIANOS RELACIONADOS CON ALDO MORANDI

 

APÉNDICE  III

 

LOS BRIGADISTAS INTERNACIONALES, LUCHADORES DESCONOCIDOS.

 

Algunos ejemplos de Brigadistas italianos relacionados con Aldo Morandi

  

Introducción

 

Los brigadistas internacionales han tenido siempre los mismos detractores que tiene hoy en España la memoria histórica. Igual que la historia de los vencidos ha sido y es tachada de maldita por los herederos de los vencedores, la historia de los brigadistas, también. Hasta ahí, nada nuevo. El anatema de los internacionales no se basa ni en razones ni en datos ni en investigaciones ni en conocimientos. Se trata de una simple descalificación acrítica, iletrada e indocumentada. Todo un saco de tópicos contra nuestro pasado de lucha democrática. Pero hay que anticipar algo: los brigadistas internacionales luchaban en el lado correcto de la historia, igual que los republicanos; los que no estaban en el lado correcto de la historia eran los golpistas, los franquistas o los fascismos europeos.

        Hoy sorprende cómo es posible que se funcione mediante tópicos, incluso en el ámbito académico. A raíz de la salida de este libro, en junio de 2024, un conocido catedrático universitario, me remitió este simple, pero afiladpo, renglón: “Pero… ¿los brigadistas no vinieron a hacer la revolución?” De ninguna manera. Es una afirmación gratuita, tópica e indocumentada. Vinieron a luchar contra el fascismo desatado en la Europa de los años 20 y 30. Prueba de ello es que, a lo largo de este libro, que es el trasunto del “Diario” de Aldo Morandi, nunca se menciona la palabra “revolución”. Ahí está el Apéndice I con textos de la época: ni una sola vez se habla de revolución, sino de lucha antifascistas, de antifascismo, que era lo que estaban sufriendo los brigadistas en sus países de origen (Italia, Alemania, Austria…), de manera que la mayoría de ellos andaban ya exiliados, sobre todo en Francia. Cuando en Villanueva de Córdoba discutía Aldo Morandi con el vicegobernador civil a finales de 1937, Morandi lo espetó: “Yo he venido voluntario a España a luchar contra el fascismo, no a meterme en política”.

       Los enemigos de los brigadistas internacionales son los mismos que los enemigos hoy día de la memoria histórica en España: los herederos de los vencedores, las derechas en general, más una procesión de equidistantes, negacionistas, más un tercio de la sociedad amorfa, esa del “no sabe, no contesta”. Como ejemplo vamos a citar una barbaridad escrita por un “equidistante” del Madrid de 1936, que huyó por patas de la capital, al ruido de las bombas, Manuel Chaves Nogales (Ahora ensalzado por una capillita de plumíferos de la capital española). Escribió Chaves sobre los internacionales recién llegados a Madrid: “… estaban formados con la escoria del mundo… receptáculo de todos los criminales aventureros y desesperados de Europa”. ¡Ahí queda eso! No cabe afirmación más fanática y reaccionaria, tópica e inexacta (La defensa de Madrid, Sevilla, reed. 2011, p. 11).

        Con las biografías que aportamos a continuación, se puede comprobar el desatino de Chaves Nogales (Véase la Introducción de mi libro La victoria sangrienta, Alpuerto, Madrid, 2014) y conocer la verdad de aquellos hombres pertenecientes a todas las capas de la sociedad: desde obreros hasta abogados, periodistas, militares, veteranos de la I Guerra Mundial, diputados y senadores luego en la Italia democrática, hasta alguno que fue miembro del Gobierno italiano, diplomáticos, arquitectos, relojeros, ingenieros, mecánicos, carpinteros, ferroviarios… Todos antifascistas, eso sí. Era el único común denominador de una masa transversal. Y la mayoría, exiliados ya en Francia o en Argentina, perseguidos por el fascismo, torturados, encarcelados, fugitivos por Suiza y Francia… Y por fin, a luchar contra el fascismo (franquismo) en España. Los internacionales han querido a España mucho más que los españoles a ellos. Un mínimo de respeto y de gratitud para esta gente.


Aldo Morandi, teniente coronel, con su compañera Vincenzina Fonti, todavía en España, seguramente en Valencia, en 1938.
 

Aldo Morandi. Su última etapa.- Después de su salida de España, en febrero de 1939, y después de su estancia en el campo de Saint Cyprièn, y después de su salida del campo y de encontrar trabajo en Lyon, los problemas se multiplicaron, cuando Francia fue invadida por los nazis. En agosto de 1940, buscado por policía italiana  y la Gestapo, abandonó Francia y entró clandestinamente en Suiza. Detenido por las autoridades suizas, fue juzgado por inmigración ilegal y condenado a cuatro meses de prisión. Una vez liberado de prisión, al no poder expulsarlo a Italia, fue enviado al campo de trabajos forzados para detenidos políticos de Gordola (Tesino), donde permaneció hasta finales de 1940. Sin más contactos con los comunistas, se convierte en miembro de la Federación Socialista Italiana en Suiza con funciones político-organizativas hacia los camaradas internados en los campos de concentración suizos y conoce al escritor en exilio Ignazio Silone que también ha roto las relaciones con los comunistas.

          En mayo de 1945 regresó a Italia y fue nombrado miembro del Comité Directivo de la Federación Provincial Socialista, en la que desempeñó diversos cargos. Después del congreso de 1947 abandonó el Partido Socialista y se unió al Movimiento Federalista Europeo de Altiero Spinelli, del que se convirtió en secretario regional. Colabora con la “Sociedad Humanitaria de Milán”, institución privada que se ocupa de iniciativas humanitarias de asistencia y de cultura y se ocupa del Boletín de Emigración. Murió en Milán el 28 de enero de 1975.

Conviene ahora aclarar una cuestión: la ruptura de Aldo Morandi con el Partido Comunista, que surgió todavía  antes de salir a Francia. Su intento de salvar a los sobrevivientes italianos de la Brigada Garibaldi choca con la ira de Andrè Marty, jefe de la Brigadas y representante de la Komintern. Cuando Morandi, al aproximarse los franquistas, decide abandonar Torellò e intentar pasar a Francia con los suyos, en total carencia de órdenes, se encuentra con André Marty cerca de la frontera, que les acusa de desertar y de ser cobardes "conejos" (El discurso de “los conejos”, que aparece en este libro, pp. 255-256) .

Podemos  imaginar el trauma que debe haber causado a un valiente oficial, ser tachado de “conejo”, después de haber dedicado tantos esfuerzos y valentía en defender la República. Por otra parte Marty no era un personaje normal, obsesionado por las conjuras "trotskistas", y responsable directo de un cierto número de fusilamientos (En la en la comisión de investigación de la Asamblea francesa por el caso Delasalle se dijo que admitió que “no había matado más de quinientos" espías y traidores que, según él, merecían la muerteKZA<S). Pero esa cifra fue una exageración que se transcribió así como propaganda, resultando que la realidad no superó las dos decenas de sentencias documentadas.

De todos modos, Morandi no lo toma bien, y desde ese momento corta los contactos con los comunistas. Prueba de esto es que cuando el 25 de febrero, sale del campo de Saint-Cyprièn por mediación de unos diputados socialistas franceses, y encuentra  trabajo en Lyon, no se afilia al Partido Comunista Francés. Desde ese momento no volverá a cooperar con los comunistas.

Después de volver a Suiza, pasar cuatro meses en la cárcel y estar en el campo de concentración de Gordola, se afilia a la Federación Socialista Italiana en Suiza con tareas político-organizativas hacia los camaradas internados en los campos de concentración suizos y conoce a Ignazio Silone (pseudónimo de Secondino Tranquilli),  escritor italiano expulsado del PC por trotskista.

Morandi, en mayo de 1945, cuando regresa a Italia, se convierte en miembro del Comité Ejecutivo de la Federación Socialista Provincial de Milán, donde  desempeña diversas tareas. Tras el Congreso de 1947, también abandona el Partido Socialista y  se afilia al Movimiento Federalista Europeo  fundado en 1943 por Altiero Spinelli, que propone la idea de una Europa unida, convirtiéndose en su secretario regional. Estas decisiones políticas de Morandi fueran muy mal vistas por el Partido Comunista y fue incluido en las listas del olvido para los apóstatas. (Claudio Rossi, email del 24-2-2025). De todas formas, las disputas entre los seres humanos pasan; la lucha antifascista continúa. 


Barontini, ya en la posguerra italiana, después de luchar en España y Etiopía.


Barontini, Ilio.- Fue un obrero, de familia campesina, nacido en 1890 en la zona de Livorno. Militó en la filas del Partido Socialista Italiano. Participó en la I Gran Guerra como soldado de Infantería. En 1920 fue concejal de Livorno, y en 1921 se sumó a la fundación del PCI, del que empezó siendo secretario provincial. Desde 1923 empezó a sufrir detenciones y ataques fascistas. La detención más larga fue desde 1927 hasta 1928, hasta que el partido lo expatrió a Francia en 1931. Trabajó en actividades antifascistas entre los emigrados italianos, primero en Marsella; luego en París.

En 1933 pasó a Moscú, donde estudia y trabaja, y asiste a la Escuela Leninista Internacional, durante cuatro años. Regresó a Francia a mediados de 1936 y, tras el golpe militar en España, se encargó de organizar el traslado de voluntarios desde Francia a España, a donde llegó en noviembre de 1936. Se alistó en Albacete, en el 9º Batallón (“Columna Picelli”), al mando de la 2ª Compañía, con la que se integró en el “Batallón Garibaldi”, que mandaba Randolfo Pacciardi, con el que participó en la defensa de Madrid a comienzos de 1937. En febrero actuaba como comisario político. Por herida de Pacciardi, mandó interinamente el “Garibaldi” en la batalla victoriosa de Guadalajara.

Fue director de la revista “Il Garibaldino”, hasta que en septiembre de 1937 se marchó de España, en busca de otra lucha: la de los etíopes, masacrados por la invasión fascista de Mussolini. Organizó a los partisanos etíopes, en lucha de guerrillas. Dirigió un periódico bilingüe “La Voz de los Abisinios”. En 1940, vía El Cairo, regresó a Francia en un vapor de la Cruz Roja.

Capturado por los alemanes fue internado en el campo de Vernet, de donde se evade y se suma a la Resistencia, participando en atentados y sabotajes. A la caída del fascismo, regresó a Italia para la lucha liberadora como miembro de la Comandancia General de las Brigadas Partisanas “Garibaldi”, en el Norte de Italia. El 19 de abril de 1945 entró con sus tropas en la liberación de Bolonia. Fue condecorado por los Aliados con la Medalla de Bronce. Finalmente, perteneció al Comité Central del PCI y fue consejero nacional del Sindicato de Ferroviarios.

Llegó a ser diputado de la nueva Italia en 1946, y senador en 1948. Pero aquella vida llena de pasión democrática se vio truncada por un accidente de tráfico el 22 de enero de 1951. Fue uno de tantos hombres que se supieron situar en el lado correcto de la historia, y supo dar testimonio de unos valores, de unos principios y de la enseña universal de los derechos humanos.


Bocchi dirigió la compañía italiana del 9º Bon. Internacional derrotado cerca de Villa del Río, en la navidad de 1936. Allí murió en combate o fue fusilado por los franquistas.


Bocchi, Giovanni.- Nació en 1893 en Mantua y se crió en Génova. De joven, emigró a Francia, donde se afilio al Partido Comunista. Fue de los primeros voluntarios para la guerra de España, en agosto de 1936, y participó en la defensa de Irún, ante cuya pérdida volvió a Francia, pero volvió con la Centuria “Gastone Sozzi”, el 28 de agosto de 1936. Combatió en el frente de Toledo, Cenicientos, Chapinería, en la defensa de Madrid, donde fue herido en el brazo derecho en la acción del 15 al 18 de octubre de 1936. Lo enviaron a Francia a recuperarse.

Volvió el 7 de noviembre de 1936 y representó a la Centuria “Sozzi” en la manifestación del aniversario de la Revolución de Octubre en Barcelona. En diciembre se incorporó a la Compañía italiana del 9º Batallón de la IV BI, con destino a Andalucía (Andújar, Villa del Río, Lopera), asumiendo el mando de una Compañía del 9º Batallón, como capitán. Cerca de Villa del Río terminó su afán y su lucha antifascista, en el desastre de la navidad de 1936, en el cerrillo del Telégrafo, donde se cree que cayó prisionero y fue fusilado.

 

Canepa fue un activista antifascista. Después de luchar en España y sufrir campos de concentración en Francia, se enroló en la Resistencia y participó en la liberación de Génova. 

Canepa, Giovanni Battista.- Periodista, socialista y comunista, nació en 1896, en la zona de Génova. Estudió en la Facultad de Derecho de Génova. Participó en la I Gran Guerra como subteniente, fue herido en Caporetto y condecorado. En 1919 emigró a Brasil y a EE.UU., donde trabajó como periodista. En 1925 regresó clandestinamente a Italia, para asistir al Congreso Nacional del Partido Socialista.

En octubre de 1926 fue detenido por actividad antifascista, condenado a 5 años e internado en la isla de Ponza (donde conoció a su futura esposa, con la que se casó en 1931), y después en la isla de Lipari, donde se afilió al Partido Comunista, a cuya reconstrucción ayudó. Entre 1928 y 1929 participó sin éxito en intentos de fuga, hasta que en 1932 fue favorecido por una amnistía. Regresó a Liguria con su mujer y su hija, y aprovechó para terminar sus estudios de Derecho en Torino.

Al estallar la guerra civil en 1936, se dirigió, a través de Suiza, a España, donde fue nombrado oficial de Estado Mayor en el Batallón “Garibaldi”, el 7 diciembre 1936, bajo el mando de Randolfo Pacciardi. En marzo de 1937 participó en la batalla de Guadalajara, donde fue gravemente herido en una pierna, lo que cambió del todo su vida. Estuvo un tiempo en Madrid, pero hubo de ser retirado a París, para su curación.

Luego, en el Sur de Francia, actuó de periodista en el diario antifascista “La voz de los italianos”, que dirigía Giuseppe Di Vittorio. Y allí entabló relación con Pablo Picasso, con Sandro Pertini y los hermanos Rosselli. Sufrió detenciones en 1941 y 1942, por fuerzas fascistas italianas de ocupación. Padeció el campo de concentración de Modane, en el Fuerte de l’Esseillon.

En 1943 escapó y marchó a Génova, donde se convirtió en partisano, en la 3ª Brigada Garibaldi “Liguria”, con el seudónimo de “Marzo”. Así llegó a ser uno de los fundadores de de la “República de Torriglia”, una zona liberada que llegó de 1944 a 1945, y Canepa participó, el 24-4-1945 en la liberación de Génova. Su vida activista la dedicó al periodismo en el periódico “L’Unitá”. Escribió cuatro libros, creó la emisora “Radio Onde Rosse”. Su larga vida antifascista se alargó hasta 1994, en Milazzo (Sicilia), donde murió.

Conocido como "Giandante", arquitecto, luchó en España, donde conoció a Aldo Morandi. Sufrió campos de concentración en Francia y en Italia, y luchó en la Resistencia.
 

“Giandante”, Dante Pescó.- Nació en 1899 en Milán. Arquitecto, pintor, escultor y artista gráfico, comunista. En su juventud comenzó su militancia antifascista, mientras se licenció en arquitectura en la Universidad de Bolonia. También se licenció en Filosofía y ejerció como profesor. En 1923 fue detenido y golpeado en la cárcel de San Vittore de Milán. Entonces conoce a Luigi Longo, figura cumbre del PCI y destacado dirigente luego de las Brigadas Internacionales. En 1929 se peleó con el poeta fascista Marinetti.

En 1933 se exilió a Francia, pasando por Suiza. Se instaló en París, frecuentando los círculos antifascistas. En 1934 fue detenido en la celebración del primero de mayo, y fue extraditado a Bélgica, luego a Luxemburgo, pero volvió enseguida a París. En cuanto estalló la guerra civil española, fue de los primeros en unirse a aquella causa antifascista, en agosto de 1936.

Además de actuar en el frente de batalla, lo destinaron al Comisariado General de las Brigadas Internacionales, como diseñador gráfico e ilustrador de periódicos. En 1938 ingresó en el PCE. Acabó la guerra y se vio metido en el campo de concentración de Saint Cyprien, donde fue celebrado por realizar una estatua de Garibaldi ante los barracones.

Luego pasó a Vernet, hasta que en 1942 fue entregado a las autoridades fascistas de Menton (Provenza francesa) y de allí, a Italia, a la prisión de San Vittore (Milán), donde fue torturado. Fue condenado a cinco años por sus actividades antifascistas en España. Lo encerraron en la isla de Ustica, y de allí a Renicci, de donde se escapó en una fuga masiva en septiembre de 1943. Pasó a la Resistencia, donde actuó como enlace de los partisanos. Llegó la liberación de Italia y, por fin, puso vivir en paz en Milán, actuó en la sección de prensa y propaganda del PCI y mantuvo contacto con Aldo Morandi, al que conoció en España. Murió en Cremona, en 1984.


El profesor  Locatelli fue otro de los infortunados del 9º Bon. Internacional, cerca de Villa del Río, en la navidad de 1936. Era el comisario de la Compañía italiana. Murió en combate o fue fusilado.
 

Locatelli, Amleto Luigi.- Nació en Bérgamo en 1901. Fue todo un personaje activista, sindicalista, socialista y, por último, comunista. Era profesor de Enseñanza Técnica. En 1920 hizo el servicio militar en Italia, en Artillería. En 1922 lo nombraron secretario del Sindicato de Obreros Mecánicos. Para escapar del control policial y de las amenazas fascistas, con sus consiguientes palizas y devastación de las sedes sindicales, se instaló en París, como secretario  de una Sección del Partido Socialista italiano. Fue en 1924, cuando se adhirió al Partido Comunista de Italia, pero fue expulsado de Francia a finales de ese año, y volvió a Italia, a Milán, donde las sucesivas detenciones de la policía fascista no lo dejaban en paz.

En abril de 1925 fue detenido en Milán por reunión preparativa del 1º de mayo. Ese mismo año se expatrió a París, y luego al Sur de Francia. Fue expulsado en 1926, y se instaló en Austria, donde también fue detenido en 1927 por actividades políticas. Este mismo año regresó a París, contratado por el Sindicato CGT como organizador de la emigración italiana. En 1928 lo expulsaron a Bélgica, y de allí lo rescató el Partido Comunista y fue enviado a la Escuela Internacional Leninista. En 1935, la Comintern lo envió a Brasil, en apoyo de las acciones del líder comunista de allá, Luis Carlos Prestes.

Y desde Brasil llegó otra vez a París en junio de 1936, hasta que, con el apoyo de Palmiro Togliatti, consigue pasar a España en noviembre de 1936, a la edad de 35 años, como comisario político de la Compañía italiana (9º Batallón), de la XIV Brigada Internacional, en Andújar. La víspera de navidad de 1936 los pusieron en línea de combate en el cerrillo del Telégrafo, cerca de Villa del Río, y allí fue arrollado, apresado y fusilado por los falangistas y requetés, al igual que su paisano Giovanni Bocchi. Toda una vida de activista vino a quebrarse en los olivares de Córdoba.

 

Longo fue uno de los grandes de la política italiana de los años difíciles. Fue el Inspector General de las Brigadas Internacionales en Albacete. Estuvo con Morandi en los días duros de la salida de España. Fue diputado sucesivamente a partir de 1946, y llegó a ser Secretario General del PCI en 1964-1972.

Longo, Luigi (“Gallo”).- Nació en 1900 en la zona de Alessandria. Estudiante, publicista, revolucionario y comunista. Creció y estudió en Torino, en la Facultad Politécnica. Luchó en la I Gran Guerra, en 1918, pasó por la Academia Militar de Parma. En 1919 reanudó los estudios. En 1920 se afilió a la Juventud Socialista de Torino y al Partido Socialista. Ese día empezó a trabajar en la FIAT.

En 1921 se sumó a la escisión comunista, entusiasmado con las propuestas de Antonio Gramsci. En noviembre de 1922 fue delegado en el IV Congreso de la Comintern, y participó en la fusión de las Juventudes Socialistas y Comunistas. En 1923 fue detenido en Milán, con toda la dirección de las Juventudes. Longo fue liberado diez meses después.

        En octubre de 1924 sufrió ataques y palizas por parte de grupos fascistas. Pronto se convirtió en secretario general de la Federación de Juventudes Comunistas de Italia. En el III Congreso del PCI, celebrado en Lyon en enero de 1926 de manera clandestina, Longo compartió las tesis de Gramsci y contribuyó a la decantación al lado de la Internacional Comunista. En 1926, agravadas las leyes excluyentes del fascismo, se expatrió a Francia, y ese mismo año aterrizó en Moscú como delegado en el VI Congreso de la Internacional Comunista. En 1927 regresa a Francia. En 1932 volvió a la URSS como representante del PCI. Regresó a Francia en 1934, encargado de la labor política entre la numerosa emigración italiana.

        Y estalló el golpe militar en España en 1936. Allá se trasladó en agosto, participando en la organización de la Centuria “Gastone Sozzi” y también participó en la organización del 5º Regimiento en Madrid, cuyo comisario político era el comunista Vittorio Vidali “Carlos Contreras”. Después se suma a la organización de la llegada de miles de voluntarios internacionales en Albacete, con la ayuda de Marty, Vidal y Nicoletti (Giuseppe di Vittorio).

Se organizó la 1ª Brigada Internacional, luego al XI, que fue enviada a la defensa de Madrid. Longo se quedó en Albacete organizando la XII BI, en la cual se integró el Batallón “Garibaldi”, cuyo bautismo de fuego ocurrió en el ataque sangriento al Cerro de Los Ángeles, a mediados de noviembre de 1936. En la navidad de 1936, Longo fue nombrado Comisario Político e Inspector General de las B.I. Actuó en el frente de Lopera, en El Jarama, en el Norte de Córdoba y, sobre todo, en Guadalajara.

        Siempre estuvo al lado de la XII B.I., apodada “Garibaldi”, con la que actuó en Aragón en junio de 1937, en Brunete (julio de 1937); luego en Teruel, en el Bajo Aragón en marzo-abril de 1938 y, finalmente, en la Batalla del Ebro. Se decretó la retirada de los Internacionales, desfiló junto a Morandi por la Diagonal de Barcelona el 28 de octubre de 1938, y pasó a Francia con los “Garibaldi”, junto a Aldo Morandi, en febrero de 1939.

Fue internado como casi todos en los campos franceses. En 1940 se hallaba en Vernet d’Ariège. Luego fue deportado a Italia, donde quedó internado en la isla de Ventotene. Liberado en agosto de 1943, se alistó en la Resistencia como Comandante General de las Fuerzas “Garibaldi” para la liberación del Piamonte. En abril de 1945 dirigió la sublevación de Milán y demás zonas ocupadas. Fue condecorado con la Estrella de Bronce americana y la Medalla de Oro al Valor Militar. Fue designado Vicesecretario General del PCI, fue diputado de la Asamblea Constituyente y en las sucesivas legislaturas.

 Tras la repentina muerte de Togliatti en 1964, ocupó el cargo de Secretario General del PCI, hasta 1972. Murió en Roma en octubre de 1980. Una figura sobresaliente en la caída de los fascismos europeos y en la reconstrucción política de la Italia democrática de la posguerra. Luchador de temple de acero en unos años catastróficos de la historia, en España y fuera de ella.

 

Picelli fue otra gran personalidad del antifascismo italiano. Veterano de la I Gran Guerra, militar, condecorado. Fue el héroe de la "batalla" de Parma en 1922 contra pelotones  de fascistas, a los que vencieron. Llegó a la Base de Albacete en octubre de 1936, y se unió al Batallón "Garibaldi". Murió el 5 enero 1937 en la zona entre Mirabueno, Algora  y El Matorral (Guadalajara). Su entierro en Barcelona fue todo un acontecimiento.

Picelli, Guido.- Nació en 1889 en Parma. De origen humilde, relojero, socialista, comunista, aficionado teatral. Se alistó en la I Gran Guerra como voluntario de la Cruz Roja italiana. Acabó como subteniente de Infantería, con la medalla al Valor militar y condecorado por la Cruz Roja, y cursó estudios en la Academia Militar de Módena. En 1920 fundó un grupo de autodefensa contra los fascistas, los “Guardias Rojos”. Y en 1921, en las filas del Partido Socialista, salió elegido diputado.

En 1922 fue alma de una batalla de cinco días contra diez mil fascistas dirigidos por Italo Balbo, que sitiaron Parma, pero acabaron derrotados por  los milicianos de Picelli. Esta victoria, la única contra el fascismo entonces, lo convirtió en mito (“El héroe de Parma”). En las elecciones de 1924 volvió a salir diputado, esta vez en las listas del PCI. El 1 de mayo izó la bandera roja en el Palacio de Gobierno en Roma, en protesta por la abolición del día de los Trabajadores.

        Fue víctima de varios atentados, hasta que las leyes fascistas de 1926 lo apartaron del Parlamento y lo condenaron a cinco años, que cumplió en Lampedusa, y luego en Lipari. En 1927 se casó con Paolina Rocchetti. Quedó libre en 1931 y, al año siguiente, se expatrió a Francia con su esposa. Más tarde, por sus actividades políticas, fue expulsado a Bélgica.

Luego partió hacia la URSS en 1932, con ayuda del Socorro Rojo. Por recomendación de Luigi Longo, llegó a ser profesor de Estrategia y Táctica Militar en la Escuela Leninista de Moscú, hasta octubre de 1934. En 1935, por alguna desavenencia, Picelli fue excluido de la Comintern, en un tiempo en que los emigrantes eran investigados.

A la derecha se ve a Picelli, planeando en el frente de batalla.

        Pide ayuda a Togliatti, y no consigue marcharse de la URSS hasta octubre de 1936, cuando ya había estallado la guerra de España, a donde decide trasladarse como voluntario. Llegó a París, y vía Barcelona, aterrizó en Albacete, donde empezó organizando el 9º Batallón, si bien luego pasó al Batallón “Garibaldi”, donde mandó la 1ª Compañía. Combatió en Boadilla, y conquistó audazmente el pueblo de Mirabueno, al Norte de Guadalajara.

Entierro de Picelli en Barcelona, el 7 de enero de 1937.

El 5 de enero de 1937, durante una ofensiva entre Mirabueno y los pueblos de Algora y El Matorral, cayó mortalmente herido por un misterioso y único disparo, en una acción de reconocimiento. Hasta el día siguiente no pudieron recuperar su cuerpo. Lo llevaron a enterrar a Barcelona, cuya tumba destruyeron luego los franquistas en 1939. Hoy tiene un monumento en Montjuic, inaugurado en 2013. Nació humilde y murió héroe. Luchador contra todos los fascismos, vino a dejar su sangre en España. Aunque tarde, la suerte ha querido que Picelli se encontrara conmigo, y aquí lo dejo escrito, y para siempre, en el muro de la historia.

 

Sartirani junto a Morandi en la Base de Albacete, diciembre de 1936. Tras su lucha en España, fue apresado por los nazis en Francia, lo condujeron a Mauthausen y allí pereció en 1941.

Sartirani, Gioacchino.- Nació en 1899 en la zona de Bérgamo. Obrero mecánico, comunista. Fue movilizado en la I Gran Guerra, en la que luchó tres años. En 1922 emigró a Suiza, luego a Francia, donde trabajó en un taller metalúrgico. En 1930 se trasladó a Bélgica en actividades clandestinas del Comité Central de la Liga Antifascista Italiana de Bélgica, y dirigió el periódico “Il Riscatto”. Fue detenido en mayo de 1931. Y, curiosamente, pasó a España en agosto de 1932, pero fue detenido en Barcelona.

Entonces se estableció en Toulouse, donde fue detenido a finales de 1933. Un año después se halla en Suiza, donde también fue detenido (siempre por falta de documentación o papeles falsos). En Suiza colaboró en el periódico “Hoz y Martillo”, que se enviaba a Italia en forma clandestina. En junio de 1935 volvió a ser detenido en Suiza. Poco después se dirigió a Moscú, donde asistió a la Escuela Leninista Internacional. En 1936 volvió a París, y desde aquí, a España, en septiembre de 1936.

        En diciembre de 1936 se alistó en el Batallón “Garibaldi”, en la XIII Brigada Internacional, en un grupo de tanques. Fue gravemente herido en enero de 1938 en Teruel, y perdió el uso del brazo izquierdo. Por ello, se dedicó a la propaganda y hablaba todos los martes en Radio Barcelona. También trabajó en el SIM (Servicio de Información Militar).

Regresó a Francia en febrero de 1939 y fue internado en el campo de Argelès, luego en el campo de Gurs, desde donde se pasó a la Resistencia francesa. Acabó detenido por los alemanes, fue conducido a Mauthausen, y allí pereció en mayo de 1941, consiguiendo así la última de sus condecoraciones, la del honor en la lucha antifascista, a la que dedicó sus 42 años de vida.

 

El "Comandante Contreras", uno de los fundadores del 5º Regimiento, junto con André Marty (de espalda), en el cuartel de El Pardo.


Vidali, Vittorio (“Carlos Contreras”).- Nació en 1900 en la zona de Trieste. Periodista, contable, comunista. Se graduó como contable en la Academia de Comercio en Trieste, en 1922. Desde adolescente pertenecía a las Juventudes Socialistas. Tras las I Gran Guerra, participa en las principales luchas obreras de Trieste, como en la defensa de la Cámara de Trabajo de Trieste contra los ataques fascistas. En 1921 ingresó en el recién fundado PCI, de cuya Ejecutiva formó parte. Fue uno de los organizadores de los “Arditi del Popolo” de Trieste, para la autodefensa contra los fascistas. En ese 1921 fue detenido, torturado y llevado a juicio, donde pudo demostrar las torturas y la connivencia entre policía y fascistas.

Vidali ("Contreras") junto con Pasionaria.

        A finales de 1921 se exilió a Austria, Checoslovaquia y Alemania. Aquí fue detenido y llevado a un campo de concentración, de donde logró escapar y se presentó en Leipzig, en el Congreso Internacional de Estudiantes, que presidió, pero salió huyendo perseguido por la policía. Volvió a Italia en 1922, ya con la victoria del fascismo, y fue herido de gravedad y detenido. Libre en 1923, se expatrió a Argelia, y después, a Nueva York. Aquí también es detenido en un mitin antifascista en 1926. Liberado en 1927 por mediación del Socorro Rojo, fue expulsado de EE.UU.

        Regresa a Europa y viaja a la URSS a principios de 1930, y con esta ciudadanía se presenta en México, donde se casa con la joven Tina Modotti, amiga del pintor Diego Rivera. Una vez ilegalizado el P. C. de México, es enviado en 1934 a España, para ayudar a las víctimas de la represión de Asturias. Y en esto llegó 1936 y el golpe militar del 18 de julio. Entonces se convirtió en uno de los principales organizadores del Ejército Popular, y fue comandante y comisario del Quinto Regimiento.

Vidali ("Contreras") junto con Juan Modesto.
"Contreras" estuvo en Villanueva de Córdoba, a visitar a Aldo Morandi, el 15 de marzo de 1937.

        Fue uno de los protagonistas de la defensa de Madrid en octubre-noviembre de 1936. Al final del año ostenta el cargo de Comisario de la 11 División. A comienzos de 1937 está en Málaga, luego en El Jarama. En marzo, en Guadalajara, después en la rendición de Santa María de la Cabeza, en Brunete y Belchite. En 1938, en febrero, luchó en la Sierra de Argallén (Badajoz), y visitó a Aldo Morandi en Villanueva de Córdoba, con su misión en Altavoz del Frente.

En febrero de 1939, el final: abandonó España y logró llegar a París con su compañera. Con ayuda del pintor mexicano David Alfaro Siqueiros logró el asilo en México. En 1942, a la muerte de su esposa Tina, se casa con otra mexicana: Isabel Carvajal, con la que tuvo a su hijo Carlos. Finalmente, terminada la guerra mundial, pudo regresar a Italia, a Trieste, en 1947, donde fue miembro del Comité Central del PCI. De 1958 a 1963 fue diputado en el Parlamento italiano, y luego senador (1963-1968). Murió en Trieste en 1984.

 

Zaccaria luchó en las Unidades de Aldo Morandi. Esta foto está tomada en Pozoblanco, en agosto de 1937.

Zaccaria, Leopoldo.- Nació en 1905 en la zona de Trieste. Carpintero, comunista. Fue un gran activista antifascista, por lo que tuvo que salir de Italia en 1928, para emigrar a Argentina. Desde allí se embarcó voluntario a España en febrero de 1937. Luchó primero en el frente de Madrid, después se formó en la Escuela de Oficiales de Pozorrubio (Cuenca). Ascendió a capitán y pasó a la 86 BM en el frente de Córdoba, donde fue herido en las escaramuzas de finales de enero de 1938.

Pronto sufrirían nuevos choques, ya en Badajoz, a mediados de febrero de 1938. Cuando llegó la hora de la desmovilización de los Internacionales, Zaccaria se hallaba en Torelló (Gerona), con los demás del Batallón “Garibaldi”. Estando allí, formó parte de un grupo de Internacionales, la “Agrupación Internacional”, que retomaron las armas y salieron a intentar evitar el avance de los franquistas. Indomable, no se resignaba al avance del fascismo.

Por fin, tuvo que pasar a Francia, junto con los “Garibaldinos”, el 12 de febrero de 1939, entró en Saint Cyprien, Gurs y Vernet. En 1941 fue extraditado a Italia, donde fue condenado a cinco años, en la isla de Ventotene. Liberado en 1943, se unió a los partisanos yugoslavos. Tras la guerra, se instaló en Koper (Eslovenia).

 

Zanoni, socialista, alto mando de las BB.II., regresó de su exilio en Argentina para luchar en España. Visitó Villanueva de Córdoba en enero de 1937, para pedir consejo a Morandi con relación al ataque franquista por Los Blázquez el 30 enero 1937, y en el posterior, durísimo, del 16 de febrero.

Zanoni, Arturo.- Nació en 1897 en la zona de Verona. Ferroviario, comunista primero y socialista después. Temiendo represalias fascistas, emigró a Argentina en 1923. Aquí ocupó importantes cargos sindicales, y se casó en 1924. Militó en el Partido Comunista Argentino y fue secretario del Socorro Rojo y miembro de un club de teatro amateur. Por sus actividades sindicales recibió la orden de expulsión. Gracias al Partido Socialista no fue deportado a Italia, sino a España, a Vigo, en 1933, en el vapor “Asturias”, con una carta de presentación ante el socialista Trifón Gómez.

Se instaló en Madrid, con su esposa, y se afiliaron al PSOE y a la UGT. Ante los sucesos de 1934, Zanoni fue detenido de nuevo, y en marzo de 1935 fue expulsado de España, sin documentos (que fue lo peor), y se estableció en Toulouse, hasta que vio la oportunidad de volver a España al estallar la guerra civil en 1936. Llegó a Madrid en los primeros días, y se enroló en la “Columna Mangada”, junto con su paisano Fernando de Rosa.

Zanoni pasó a mandar después la 49 BM, y después, junto con Nino Nannetti, mandó la 90 BM “Pasionaria”, con la que participó en la batalla de Guadalajara. Más tarde pasó a mandar el “Batallón Garibaldi” (o Brigada), en realidad la XII Brigada Internacional, desde noviembre de 1937 hasta el 17 de marzo de 1938, con el grado de Mayor. En esta última fecha fue destituido por el jefe de la XV BI, Hans Kahle, alemán, tras la derrota de Caspe. Su última participación en la lucha española fue en la batalla del Ebro. Luego, la desconvocatoria de los Internacionales, el paso a Francia y el campo de concentración de Saint Cyprien.


Zanoni en el campo de batalla junto con su paisano Nino Nanetti.


De allí salió libre, junto con Prieto Nenni, y se establecieron en Perpiñán. Zanoni intentó salir para México, pero al no ser español de nacimiento, no se lo permitieron. Empezó a rodar por Francia con su familia, cuando ya tenía dos hijas, la última nacida en un establo. En 1940, invadida Francia, el Gobierno de Vichy empezó a perseguirlo de nuevo, yendo a parar con su familia a los campos de Noé, Barcarés y Vernet, hasta que la policía de Burdeos lo entregó a los nazis.

En el famoso “Tren Fantome” fue llevado a Dachau, como prisionero español. Y en ese calvario infinito llegó la liberación del 29 de abril de 1945. A través de Francia volvió a su querida Italia, ya liberada del fascismo, donde ocupó un cargo en el Sindicato Nacional de Ferroviarios, manteniendo siempre contacto con el PSOE en el exilio. Murió en Roma, el 19 de marzo de 1967.



La Centuria "Sozzi", mandada por Bocchi (Se ve a la derecha a pecho  descubierto).Los primeros antifascistas italianos que vinieron a España. 

La Centuria “Gastone Sozzi”.- Fue el primer grupo de italianos de ideología comunista que llegó a España en septiembre de 1936, muchos antes de que la Komintern organizara las Brigadas Internacionales en Albacete (Una decisión de septiembre y entrada en combate el 7 de noviembre). Antes de ellos, los voluntarios italianos que habían entrado en agosto era los republicanos de “Justicia y Litertad” de Carlo Rosselli y los anarquistas de Camillo Berneri, que juntos formaron la Sección italiana de la Columna “Ascaso”, de la CNT.

        La Centuria italiana tomó el nombre de Gastone Sozzi, un comunista que murió en 1927, a consecuencia de las torturas en la cárcel de Perugia. Se formó el 3 de septiembre de 1936 en Barcelona y quedó encuadrada en la Columna “Libertad”, del PSUC, mandada por el capitán Rafael López Tienda (Otro hermano militar, Joaquín, hizo la guerra con Franco en Córdoba,  al frente de Milicias de Falange). Rafael moriría en la defensa de Madrid, en 1936. Tenía como comandante a Angelo Antonini, y como comisario, a Francesco Leone.

        La Centuria estaba formada por 86 italianos, 29 polacos, 10 franceses, algunos belgas y un danés. En septiembre la Centuria participó en el intento de detener el avance franquista en Talavera de la Reina. Llegó a Madrid el 8 de septiembre, y rápidamente colaboró con el Quinto Regimiento en la defensa de la ciudad. El 13 de septiembre ya estaba combatiendo en Cenicientos, en la carretera de Extremadura.

Entre el 16 y 18 de octubre combatió en Chapinería, y después de los combates quedó reducida a sólo 36 hombres, por lo que los supervivientes fueron enviados a la Base de las Brigadas en Albacete. La Centuria quedó oficialmente disuelta el 22 de octubre de 1936, y los voluntarios que quedaron fueron incorporados al Batallón “Garibaldi”, como 3ª Compañía. En la foto aparece a la derecha Giovanni Bocchi, a pecho descubierto. Su trágico final sería en la desgraciada navidad de 1936, cerca de Villa del Río (Claudio Rossi, email de 14-2-2025).

(Fuente: Banco de Datos de AICVAS (Associazione italiana di Combattenti Volontari Antifascisti di Spagna), www.antifascistispagna.it ).


 

                                   -.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

 

 

 

 

 


No hay comentarios:

Publicar un comentario