APÉNDICE III
LOS BRIGADISTAS INTERNACIONALES, LUCHADORES DESCONOCIDOS.
Algunos
ejemplos de Brigadistas italianos relacionados con Aldo Morandi
Introducción
Los
brigadistas internacionales han tenido siempre los mismos detractores que tiene hoy en España la memoria histórica.
Igual que la historia de los vencidos ha sido y es tachada de maldita por los
herederos de los vencedores, la historia de los brigadistas, también. Hasta
ahí, nada nuevo. El anatema de los internacionales no se basa ni en razones ni
en datos ni en investigaciones ni en conocimientos. Se trata de una simple
descalificación acrítica, iletrada e indocumentada. Todo un saco de tópicos
contra nuestro pasado de lucha democrática. Pero hay que anticipar algo: los
brigadistas internacionales luchaban en
el lado correcto de la historia, igual que los republicanos; los que no
estaban en el lado correcto de la historia eran los golpistas, los franquistas
o los fascismos europeos.
Hoy sorprende cómo es posible que se
funcione mediante tópicos, incluso en el ámbito académico. A raíz de la salida
de este libro, en junio de 2024, un conocido catedrático universitario, me
remitió este simple, pero afiladpo, renglón: “Pero… ¿los brigadistas no vinieron a hacer la revolución?” De
ninguna manera. Es una afirmación gratuita, tópica e indocumentada. Vinieron a
luchar contra el fascismo desatado en la Europa de los años 20 y 30. Prueba de
ello es que, a lo largo de este libro, que es el trasunto del “Diario” de Aldo
Morandi, nunca se menciona la palabra “revolución”. Ahí está el Apéndice I con textos de la época: ni
una sola vez se habla de revolución, sino de lucha antifascistas, de
antifascismo, que era lo que estaban sufriendo los brigadistas en sus países de
origen (Italia, Alemania, Austria…), de manera que la mayoría de ellos andaban
ya exiliados, sobre todo en Francia. Cuando en Villanueva de Córdoba discutía
Aldo Morandi con el vicegobernador civil a finales de 1937, Morandi lo espetó: “Yo he venido voluntario a España a luchar
contra el fascismo, no a meterme en política”.
Los enemigos de los brigadistas
internacionales son los mismos que los enemigos hoy día de la memoria histórica
en España: los herederos de los vencedores, las derechas en general, más una
procesión de equidistantes, negacionistas, más un tercio de la sociedad amorfa,
esa del “no sabe, no contesta”. Como ejemplo vamos a citar una barbaridad
escrita por un “equidistante” del Madrid de 1936, que huyó por patas de la
capital, al ruido de las bombas, Manuel Chaves Nogales (Ahora ensalzado por una
capillita de plumíferos de la capital española). Escribió Chaves sobre los
internacionales recién llegados a Madrid: “…
estaban formados con la escoria del mundo… receptáculo de todos los criminales
aventureros y desesperados de Europa”. ¡Ahí queda eso! No cabe afirmación
más fanática y reaccionaria, tópica e inexacta (La defensa de Madrid, Sevilla, reed. 2011, p. 11).
Con las biografías que aportamos a
continuación, se puede comprobar el desatino de Chaves Nogales (Véase la
Introducción de mi libro La victoria
sangrienta, Alpuerto, Madrid, 2014) y conocer la verdad de aquellos hombres
pertenecientes a todas las capas de la sociedad: desde obreros hasta abogados,
periodistas, militares, veteranos de la I Guerra Mundial, diputados y senadores
luego en la Italia democrática, hasta alguno que fue miembro del Gobierno
italiano, diplomáticos, arquitectos, relojeros, ingenieros, mecánicos,
carpinteros, ferroviarios… Todos antifascistas, eso sí. Era el único común
denominador de una masa transversal. Y la mayoría, exiliados ya en Francia o en
Argentina, perseguidos por el fascismo, torturados, encarcelados, fugitivos por
Suiza y Francia… Y por fin, a luchar contra el fascismo (franquismo) en España.
Los internacionales han querido a España mucho más que los españoles a ellos.
Un mínimo de respeto y de gratitud para esta gente.
Aldo Morandi. Su última etapa.- Después de su salida de España, en
febrero de 1939, y después de su estancia en el campo de Saint Cyprièn, y
después de su salida del campo y de encontrar trabajo en Lyon, los problemas se
multiplicaron, cuando Francia fue invadida por los nazis. En agosto de 1940,
buscado por policía italiana y la
Gestapo, abandonó Francia y entró clandestinamente en Suiza. Detenido por las
autoridades suizas, fue juzgado por inmigración ilegal y condenado a cuatro
meses de prisión. Una vez liberado de prisión, al no poder expulsarlo a Italia,
fue enviado al campo de trabajos forzados para detenidos políticos de Gordola
(Tesino), donde permaneció hasta finales de 1940. Sin más contactos con los
comunistas, se convierte en miembro de la Federación Socialista Italiana en
Suiza con funciones político-organizativas hacia los camaradas internados en
los campos de concentración suizos y conoce al escritor en exilio Ignazio
Silone que también ha roto las relaciones con los comunistas.
En mayo de 1945 regresó a
Italia y fue nombrado miembro del Comité Directivo de la Federación Provincial
Socialista, en la que desempeñó diversos cargos. Después del congreso de 1947
abandonó el Partido Socialista y se unió al Movimiento Federalista Europeo de
Altiero Spinelli, del que se convirtió en secretario regional. Colabora con la “Sociedad
Humanitaria de Milán”, institución privada que se ocupa de iniciativas humanitarias
de asistencia y de cultura y se ocupa del Boletín de Emigración. Murió en Milán
el 28 de enero de 1975.
Conviene ahora aclarar una cuestión: la
ruptura de Aldo Morandi con el Partido Comunista, que surgió todavía
antes de salir a Francia. Su intento de salvar a los sobrevivientes italianos
de la Brigada Garibaldi choca con la ira de Andrè Marty, jefe de la Brigadas y
representante de la Komintern. Cuando Morandi, al aproximarse los
franquistas, decide abandonar Torellò e intentar pasar a Francia con los
suyos, en total carencia de órdenes, se encuentra con André Marty cerca de la
frontera, que les acusa de desertar y de ser cobardes "conejos" (El
discurso de “los conejos”, que aparece en este libro, pp. 255-256) .
Podemos imaginar el trauma que
debe haber causado a un valiente oficial, ser tachado de “conejo”, después de
haber dedicado tantos esfuerzos y valentía en defender la República. Por otra
parte Marty no era un personaje normal, obsesionado por las conjuras "trotskistas",
y responsable directo de un cierto número de fusilamientos (En la en la
comisión de investigación de la Asamblea francesa por el caso Delasalle se dijo
que admitió que “no había matado más de quinientos" espías y traidores que,
según él, merecían la muerteKZA<S). Pero esa cifra fue una exageración que
se transcribió así como propaganda, resultando que la realidad no superó las
dos decenas de sentencias documentadas.
De todos modos,
Morandi no lo toma bien, y desde ese momento corta los contactos con los
comunistas. Prueba de esto es que cuando el 25 de febrero, sale del campo de
Saint-Cyprièn por mediación de unos diputados socialistas franceses, y
encuentra trabajo en Lyon, no se afilia al Partido Comunista Francés.
Desde ese momento no volverá a cooperar con los comunistas.
Después de volver a Suiza,
pasar cuatro meses en la cárcel y estar en el campo de concentración de Gordola,
se afilia a la Federación Socialista Italiana en Suiza con tareas
político-organizativas hacia los camaradas internados en los campos de
concentración suizos y conoce a Ignazio Silone (pseudónimo de Secondino
Tranquilli), escritor italiano expulsado del PC por trotskista.
Morandi, en mayo de 1945, cuando regresa a Italia, se convierte en miembro del Comité Ejecutivo de la Federación Socialista Provincial de Milán, donde desempeña diversas tareas. Tras el Congreso de 1947, también abandona el Partido Socialista y se afilia al Movimiento Federalista Europeo fundado en 1943 por Altiero Spinelli, que propone la idea de una Europa unida, convirtiéndose en su secretario regional. Estas decisiones políticas de Morandi fueran muy mal vistas por el Partido Comunista y fue incluido en las listas del olvido para los apóstatas. (Claudio Rossi, email del 24-2-2025). De todas formas, las disputas entre los seres humanos pasan; la lucha antifascista continúa.
Barontini, Ilio.- Fue
un obrero, de familia campesina, nacido en 1890 en la zona de Livorno. Militó
en la filas del Partido Socialista Italiano. Participó en la I Gran Guerra como
soldado de Infantería. En 1920 fue concejal de Livorno, y en 1921 se sumó a la
fundación del PCI, del que empezó siendo secretario provincial. Desde 1923
empezó a sufrir detenciones y ataques fascistas. La detención más larga fue
desde 1927 hasta 1928, hasta que el partido lo expatrió a Francia en 1931.
Trabajó en actividades antifascistas entre los emigrados italianos, primero en
Marsella; luego en París.
En 1933 pasó a Moscú, donde estudia y
trabaja, y asiste a la Escuela Leninista Internacional, durante cuatro años.
Regresó a Francia a mediados de 1936 y, tras el golpe militar en España, se
encargó de organizar el traslado de voluntarios desde Francia a España, a donde
llegó en noviembre de 1936. Se alistó en Albacete, en el 9º Batallón (“Columna
Picelli”), al mando de la 2ª Compañía, con la que se integró en el “Batallón
Garibaldi”, que mandaba Randolfo Pacciardi, con el que participó en la defensa
de Madrid a comienzos de 1937. En febrero actuaba como comisario político. Por
herida de Pacciardi, mandó interinamente el “Garibaldi” en la batalla
victoriosa de Guadalajara.
Fue director de la revista “Il Garibaldino”,
hasta que en septiembre de 1937 se marchó de España, en busca de otra lucha: la
de los etíopes, masacrados por la invasión fascista de Mussolini. Organizó a
los partisanos etíopes, en lucha de guerrillas. Dirigió un periódico bilingüe “La
Voz de los Abisinios”. En 1940, vía El Cairo, regresó a Francia en un vapor de
la Cruz Roja.
Capturado por los alemanes fue internado en
el campo de Vernet, de donde se evade y se suma a la Resistencia, participando
en atentados y sabotajes. A la caída del fascismo, regresó a Italia para la
lucha liberadora como miembro de la Comandancia General de las Brigadas
Partisanas “Garibaldi”, en el Norte de Italia. El 19 de abril de 1945 entró con
sus tropas en la liberación de Bolonia. Fue condecorado por los Aliados con la
Medalla de Bronce. Finalmente, perteneció al Comité Central del PCI y fue
consejero nacional del Sindicato de Ferroviarios.
Llegó a ser diputado de la nueva Italia en 1946, y senador en 1948. Pero aquella vida llena de pasión democrática se vio truncada por un accidente de tráfico el 22 de enero de 1951. Fue uno de tantos hombres que se supieron situar en el lado correcto de la historia, y supo dar testimonio de unos valores, de unos principios y de la enseña universal de los derechos humanos.
Bocchi dirigió la compañía italiana del 9º Bon. Internacional derrotado cerca de Villa del Río, en la navidad de 1936. Allí murió en combate o fue fusilado por los franquistas.
Bocchi, Giovanni.- Nació
en 1893 en Mantua y se crió en Génova. De joven, emigró a Francia, donde se
afilio al Partido Comunista. Fue de los primeros voluntarios para la guerra de
España, en agosto de 1936, y participó en la defensa de Irún, ante cuya pérdida
volvió a Francia, pero volvió con la Centuria “Gastone Sozzi”, el 28 de agosto
de 1936. Combatió en el frente de Toledo, Cenicientos, Chapinería, en la
defensa de Madrid, donde fue herido en el brazo derecho en la acción del 15 al
18 de octubre de 1936. Lo enviaron a Francia a recuperarse.
Volvió el 7 de noviembre de 1936 y representó
a la Centuria “Sozzi” en la manifestación del aniversario de la Revolución de
Octubre en Barcelona. En diciembre se incorporó a la Compañía italiana del 9º
Batallón de la IV BI, con destino a Andalucía (Andújar, Villa del Río, Lopera),
asumiendo el mando de una Compañía del 9º Batallón, como capitán. Cerca de
Villa del Río terminó su afán y su lucha antifascista, en el desastre de la
navidad de 1936, en el cerrillo del Telégrafo, donde se cree que cayó
prisionero y fue fusilado.
Canepa, Giovanni Battista.- Periodista,
socialista y comunista, nació en 1896, en la zona de Génova. Estudió en la
Facultad de Derecho de Génova. Participó en la I Gran Guerra como subteniente,
fue herido en Caporetto y condecorado. En 1919 emigró a Brasil y a EE.UU.,
donde trabajó como periodista. En 1925 regresó clandestinamente a Italia, para
asistir al Congreso Nacional del Partido Socialista.
En octubre de 1926 fue detenido por actividad
antifascista, condenado a 5 años e internado en la isla de Ponza (donde conoció
a su futura esposa, con la que se casó en 1931), y después en la isla de
Lipari, donde se afilió al Partido Comunista, a cuya reconstrucción ayudó.
Entre 1928 y 1929 participó sin éxito en intentos de fuga, hasta que en 1932
fue favorecido por una amnistía. Regresó a Liguria con su mujer y su hija, y
aprovechó para terminar sus estudios de Derecho en Torino.
Al estallar la guerra civil en 1936, se
dirigió, a través de Suiza, a España, donde fue nombrado oficial de Estado
Mayor en el Batallón “Garibaldi”, el 7 diciembre 1936, bajo el mando de
Randolfo Pacciardi. En marzo de 1937 participó en la batalla de Guadalajara,
donde fue gravemente herido en una pierna, lo que cambió del todo su vida.
Estuvo un tiempo en Madrid, pero hubo de ser retirado a París, para su
curación.
Luego, en el Sur de Francia, actuó de
periodista en el diario antifascista “La voz de los italianos”, que dirigía
Giuseppe Di Vittorio. Y allí entabló relación con Pablo Picasso, con Sandro
Pertini y los hermanos Rosselli. Sufrió detenciones en 1941 y 1942, por fuerzas
fascistas italianas de ocupación. Padeció el campo de concentración de Modane,
en el Fuerte de l’Esseillon.
En 1943 escapó y marchó a Génova, donde se convirtió en partisano, en la 3ª Brigada Garibaldi “Liguria”, con el seudónimo de “Marzo”. Así llegó a ser uno de los fundadores de de la “República de Torriglia”, una zona liberada que llegó de 1944 a 1945, y Canepa participó, el 24-4-1945 en la liberación de Génova. Su vida activista la dedicó al periodismo en el periódico “L’Unitá”. Escribió cuatro libros, creó la emisora “Radio Onde Rosse”. Su larga vida antifascista se alargó hasta 1994, en Milazzo (Sicilia), donde murió.
“Giandante”, Dante Pescó.- Nació
en 1899 en Milán. Arquitecto, pintor, escultor y artista gráfico, comunista. En
su juventud comenzó su militancia antifascista, mientras se licenció en
arquitectura en la Universidad de Bolonia. También se licenció en Filosofía y
ejerció como profesor. En 1923 fue detenido y golpeado en la cárcel de San
Vittore de Milán. Entonces conoce a Luigi Longo, figura cumbre del PCI y
destacado dirigente luego de las Brigadas Internacionales. En 1929 se peleó con
el poeta fascista Marinetti.
En 1933 se exilió a Francia, pasando por
Suiza. Se instaló en París, frecuentando los círculos antifascistas. En 1934
fue detenido en la celebración del primero de mayo, y fue extraditado a Bélgica,
luego a Luxemburgo, pero volvió enseguida a París. En cuanto estalló la guerra
civil española, fue de los primeros en unirse a aquella causa antifascista, en
agosto de 1936.
Además de actuar en el frente de batalla, lo
destinaron al Comisariado General de las Brigadas Internacionales, como
diseñador gráfico e ilustrador de periódicos. En 1938 ingresó en el PCE. Acabó
la guerra y se vio metido en el campo de concentración de Saint Cyprien, donde
fue celebrado por realizar una estatua de Garibaldi ante los barracones.
Luego pasó a Vernet, hasta que en 1942 fue
entregado a las autoridades fascistas de Menton (Provenza francesa) y de allí,
a Italia, a la prisión de San Vittore (Milán), donde fue torturado. Fue
condenado a cinco años por sus actividades antifascistas en España. Lo
encerraron en la isla de Ustica, y de allí a Renicci, de donde se escapó en una
fuga masiva en septiembre de 1943. Pasó a la Resistencia, donde actuó como
enlace de los partisanos. Llegó la liberación de Italia y, por fin, puso vivir
en paz en Milán, actuó en la sección de prensa y propaganda del PCI y mantuvo
contacto con Aldo Morandi, al que conoció en España. Murió en Cremona, en 1984.
Locatelli, Amleto Luigi.- Nació
en Bérgamo en 1901. Fue todo un personaje activista, sindicalista, socialista
y, por último, comunista. Era profesor de Enseñanza Técnica. En 1920 hizo el
servicio militar en Italia, en Artillería. En 1922 lo nombraron secretario del
Sindicato de Obreros Mecánicos. Para escapar del control policial y de las
amenazas fascistas, con sus consiguientes palizas y devastación de las sedes
sindicales, se instaló en París, como secretario de una Sección del Partido Socialista
italiano. Fue en 1924, cuando se adhirió al Partido Comunista de Italia, pero
fue expulsado de Francia a finales de ese año, y volvió a Italia, a Milán,
donde las sucesivas detenciones de la policía fascista no lo dejaban en paz.
En abril de 1925 fue detenido en Milán por reunión
preparativa del 1º de mayo. Ese mismo año se expatrió a París, y luego al Sur
de Francia. Fue expulsado en 1926, y se instaló en Austria, donde también fue
detenido en 1927 por actividades políticas. Este mismo año regresó a París,
contratado por el Sindicato CGT como organizador de la emigración italiana. En
1928 lo expulsaron a Bélgica, y de allí lo rescató el Partido Comunista y fue
enviado a la Escuela Internacional Leninista. En 1935, la Comintern lo envió a
Brasil, en apoyo de las acciones del líder comunista de allá, Luis Carlos
Prestes.
Y desde Brasil llegó otra vez a París en
junio de 1936, hasta que, con el apoyo de Palmiro Togliatti, consigue pasar a
España en noviembre de 1936, a la edad de 35 años, como comisario político de
la Compañía italiana (9º Batallón), de la XIV Brigada Internacional, en
Andújar. La víspera de navidad de 1936 los pusieron en línea de combate en el
cerrillo del Telégrafo, cerca de Villa del Río, y allí fue arrollado, apresado
y fusilado por los falangistas y requetés, al igual que su paisano Giovanni
Bocchi. Toda una vida de activista vino a quebrarse en los olivares de Córdoba.
Longo, Luigi (“Gallo”).- Nació
en 1900 en la zona de Alessandria. Estudiante, publicista, revolucionario y
comunista. Creció y estudió en Torino, en la Facultad Politécnica. Luchó en la
I Gran Guerra, en 1918, pasó por la Academia Militar de Parma. En 1919 reanudó
los estudios. En 1920 se afilió a la Juventud Socialista de Torino y al Partido
Socialista. Ese día empezó a trabajar en la FIAT.
En 1921 se sumó a la escisión comunista,
entusiasmado con las propuestas de Antonio Gramsci. En noviembre de 1922 fue
delegado en el IV Congreso de la Comintern, y participó en la fusión de las
Juventudes Socialistas y Comunistas. En 1923 fue detenido en Milán, con toda la
dirección de las Juventudes. Longo fue liberado diez meses después.
En octubre de 1924 sufrió ataques y
palizas por parte de grupos fascistas. Pronto se convirtió en secretario
general de la Federación de Juventudes Comunistas de Italia. En el III Congreso
del PCI, celebrado en Lyon en enero de 1926 de manera clandestina, Longo
compartió las tesis de Gramsci y contribuyó a la decantación al lado de la
Internacional Comunista. En 1926, agravadas las leyes excluyentes del fascismo,
se expatrió a Francia, y ese mismo año aterrizó en Moscú como delegado en el VI
Congreso de la Internacional Comunista. En 1927 regresa a Francia. En 1932
volvió a la URSS como representante del PCI. Regresó a Francia en 1934,
encargado de la labor política entre la numerosa emigración italiana.
Y estalló el golpe militar en España en
1936. Allá se trasladó en agosto, participando en la organización de la
Centuria “Gastone Sozzi” y también participó en la organización del 5º
Regimiento en Madrid, cuyo comisario político era el comunista Vittorio Vidali
“Carlos Contreras”. Después se suma a la organización de la llegada de miles de
voluntarios internacionales en Albacete, con la ayuda de Marty, Vidal y
Nicoletti (Giuseppe di Vittorio).
Se organizó la 1ª Brigada Internacional,
luego al XI, que fue enviada a la defensa de Madrid. Longo se quedó en Albacete
organizando la XII BI, en la cual se integró el Batallón “Garibaldi”, cuyo
bautismo de fuego ocurrió en el ataque sangriento al Cerro de Los Ángeles, a
mediados de noviembre de 1936. En la navidad de 1936, Longo fue nombrado
Comisario Político e Inspector General de las B.I. Actuó en el frente de
Lopera, en El Jarama, en el Norte de Córdoba y, sobre todo, en Guadalajara.
Siempre estuvo al lado de la XII B.I.,
apodada “Garibaldi”, con la que actuó en Aragón en junio de 1937, en Brunete
(julio de 1937); luego en Teruel, en el Bajo Aragón en marzo-abril de 1938 y,
finalmente, en la Batalla del Ebro. Se decretó la retirada de los
Internacionales, desfiló junto a Morandi por la Diagonal de Barcelona el 28 de
octubre de 1938, y pasó a Francia con los “Garibaldi”, junto a Aldo Morandi, en
febrero de 1939.
Fue internado como casi todos en los campos
franceses. En 1940 se hallaba en Vernet d’Ariège. Luego fue deportado a Italia,
donde quedó internado en la isla de Ventotene. Liberado en agosto de 1943, se
alistó en la Resistencia como Comandante General de las Fuerzas “Garibaldi”
para la liberación del Piamonte. En abril de 1945 dirigió la sublevación de
Milán y demás zonas ocupadas. Fue condecorado con la Estrella de Bronce
americana y la Medalla de Oro al Valor Militar. Fue designado Vicesecretario
General del PCI, fue diputado de la Asamblea Constituyente y en las sucesivas
legislaturas.
Tras
la repentina muerte de Togliatti en 1964, ocupó el cargo de Secretario General
del PCI, hasta 1972. Murió en Roma en octubre de 1980. Una figura sobresaliente
en la caída de los fascismos europeos y en la reconstrucción política de la
Italia democrática de la posguerra. Luchador de temple de acero en unos años
catastróficos de la historia, en España y fuera de ella.
Picelli, Guido.- Nació
en 1889 en Parma. De origen humilde, relojero, socialista, comunista,
aficionado teatral. Se alistó en la I Gran Guerra como voluntario de la Cruz
Roja italiana. Acabó como subteniente de Infantería, con la medalla al Valor
militar y condecorado por la Cruz Roja, y cursó estudios en la Academia Militar
de Módena. En 1920 fundó un grupo de autodefensa contra los fascistas, los
“Guardias Rojos”. Y en 1921, en las filas del Partido Socialista, salió elegido
diputado.
En 1922 fue alma de una batalla de cinco días
contra diez mil fascistas dirigidos por Italo Balbo, que sitiaron Parma, pero
acabaron derrotados por los milicianos
de Picelli. Esta victoria, la única contra el fascismo entonces, lo convirtió
en mito (“El héroe de Parma”). En las elecciones de 1924 volvió a salir
diputado, esta vez en las listas del PCI. El 1 de mayo izó la bandera roja en
el Palacio de Gobierno en Roma, en protesta por la abolición del día de los
Trabajadores.
Fue víctima de varios atentados, hasta
que las leyes fascistas de 1926 lo apartaron del Parlamento y lo condenaron a
cinco años, que cumplió en Lampedusa, y luego en Lipari. En 1927 se casó con
Paolina Rocchetti. Quedó libre en 1931 y, al año siguiente, se expatrió a
Francia con su esposa. Más tarde, por sus actividades políticas, fue expulsado
a Bélgica.
Luego partió hacia la URSS en 1932, con ayuda del Socorro Rojo. Por recomendación de Luigi Longo, llegó a ser profesor de Estrategia y Táctica Militar en la Escuela Leninista de Moscú, hasta octubre de 1934. En 1935, por alguna desavenencia, Picelli fue excluido de la Comintern, en un tiempo en que los emigrantes eran investigados.
A la derecha se ve a Picelli, planeando en el frente de batalla. Pide ayuda a Togliatti, y no consigue
marcharse de la URSS hasta octubre de 1936, cuando ya había estallado la guerra
de España, a donde decide trasladarse como voluntario. Llegó a París, y vía
Barcelona, aterrizó en Albacete, donde empezó organizando el 9º Batallón, si
bien luego pasó al Batallón “Garibaldi”, donde mandó la 1ª Compañía. Combatió
en Boadilla, y conquistó audazmente el pueblo de Mirabueno, al Norte de
Guadalajara.
El 5 de enero de 1937, durante una ofensiva
entre Mirabueno y los pueblos de Algora y El Matorral, cayó mortalmente herido
por un misterioso y único disparo, en una acción de reconocimiento. Hasta el
día siguiente no pudieron recuperar su cuerpo. Lo llevaron a enterrar a
Barcelona, cuya tumba destruyeron luego los franquistas en 1939. Hoy tiene un
monumento en Montjuic, inaugurado en 2013. Nació humilde y murió héroe.
Luchador contra todos los fascismos, vino a dejar su sangre en España. Aunque
tarde, la suerte ha querido que Picelli se encontrara conmigo, y aquí lo dejo escrito,
y para siempre, en el muro de la historia.
Sartirani, Gioacchino.- Nació
en 1899 en la zona de Bérgamo. Obrero mecánico, comunista. Fue movilizado en la
I Gran Guerra, en la que luchó tres años. En 1922 emigró a Suiza, luego a
Francia, donde trabajó en un taller metalúrgico. En 1930 se trasladó a Bélgica
en actividades clandestinas del Comité Central de la Liga Antifascista Italiana
de Bélgica, y dirigió el periódico “Il Riscatto”. Fue detenido en mayo de 1931.
Y, curiosamente, pasó a España en agosto de 1932, pero fue detenido en
Barcelona.
Entonces se estableció en Toulouse, donde fue
detenido a finales de 1933. Un año después se halla en Suiza, donde también fue
detenido (siempre por falta de documentación o papeles falsos). En Suiza colaboró
en el periódico “Hoz y Martillo”, que se enviaba a Italia en forma clandestina.
En junio de 1935 volvió a ser detenido en Suiza. Poco después se dirigió a
Moscú, donde asistió a la Escuela Leninista Internacional. En 1936 volvió a
París, y desde aquí, a España, en septiembre de 1936.
En diciembre de 1936 se alistó en el
Batallón “Garibaldi”, en la XIII Brigada Internacional, en un grupo de tanques.
Fue gravemente herido en enero de 1938 en Teruel, y perdió el uso del brazo
izquierdo. Por ello, se dedicó a la propaganda y hablaba todos los martes en
Radio Barcelona. También trabajó en el SIM (Servicio de Información Militar).
Regresó a Francia en febrero de 1939 y fue
internado en el campo de Argelès, luego en el campo de Gurs, desde donde se
pasó a la Resistencia francesa. Acabó detenido por los alemanes, fue conducido
a Mauthausen, y allí pereció en mayo de 1941, consiguiendo así la última de sus
condecoraciones, la del honor en la lucha antifascista, a la que dedicó sus 42
años de vida.
Vidali, Vittorio (“Carlos
Contreras”).- Nació en 1900 en la zona de Trieste.
Periodista, contable, comunista. Se graduó como contable en la Academia de
Comercio en Trieste, en 1922. Desde adolescente pertenecía a las Juventudes
Socialistas. Tras las I Gran Guerra, participa en las principales luchas
obreras de Trieste, como en la defensa de la Cámara de Trabajo de Trieste
contra los ataques fascistas. En 1921 ingresó en el recién fundado PCI, de cuya
Ejecutiva formó parte. Fue uno de los organizadores de los “Arditi del Popolo”
de Trieste, para la autodefensa contra los fascistas. En ese 1921 fue detenido,
torturado y llevado a juicio, donde pudo demostrar las torturas y la
connivencia entre policía y fascistas.
A finales de 1921 se exilió a Austria,
Checoslovaquia y Alemania. Aquí fue detenido y llevado a un campo de
concentración, de donde logró escapar y se presentó en Leipzig, en el Congreso
Internacional de Estudiantes, que presidió, pero salió huyendo perseguido por
la policía. Volvió a Italia en 1922, ya con la victoria del fascismo, y fue
herido de gravedad y detenido. Libre en 1923, se expatrió a Argelia, y después,
a Nueva York. Aquí también es detenido en un mitin antifascista en 1926.
Liberado en 1927 por mediación del Socorro Rojo, fue expulsado de EE.UU.
Regresa a Europa y viaja a la URSS a principios de 1930, y con esta ciudadanía se presenta en México, donde se casa con la joven Tina Modotti, amiga del pintor Diego Rivera. Una vez ilegalizado el P. C. de México, es enviado en 1934 a España, para ayudar a las víctimas de la represión de Asturias. Y en esto llegó 1936 y el golpe militar del 18 de julio. Entonces se convirtió en uno de los principales organizadores del Ejército Popular, y fue comandante y comisario del Quinto Regimiento.
Vidali ("Contreras") junto con Juan Modesto.
"Contreras" estuvo en Villanueva de Córdoba, a visitar a Aldo Morandi, el 15 de marzo de 1937.
Fue uno de los protagonistas de la
defensa de Madrid en octubre-noviembre de 1936. Al final del año ostenta el
cargo de Comisario de la 11 División. A comienzos de 1937 está en Málaga, luego
en El Jarama. En marzo, en Guadalajara, después en la rendición de Santa María
de la Cabeza, en Brunete y Belchite. En 1938, en febrero, luchó en la Sierra de
Argallén (Badajoz), y visitó a Aldo Morandi en Villanueva de Córdoba, con su
misión en Altavoz del Frente.
En febrero de 1939, el final: abandonó España
y logró llegar a París con su compañera. Con ayuda del pintor mexicano David
Alfaro Siqueiros logró el asilo en México. En 1942, a la muerte de su esposa
Tina, se casa con otra mexicana: Isabel Carvajal, con la que tuvo a su hijo
Carlos. Finalmente, terminada la guerra mundial, pudo regresar a Italia, a
Trieste, en 1947, donde fue miembro del Comité Central del PCI. De 1958 a 1963
fue diputado en el Parlamento italiano, y luego senador (1963-1968). Murió en
Trieste en 1984.
Zaccaria, Leopoldo.- Nació
en 1905 en la zona de Trieste. Carpintero, comunista. Fue un gran activista
antifascista, por lo que tuvo que salir de Italia en 1928, para emigrar a
Argentina. Desde allí se embarcó voluntario a España en febrero de 1937. Luchó
primero en el frente de Madrid, después se formó en la Escuela de Oficiales de
Pozorrubio (Cuenca). Ascendió a capitán y pasó a la 86 BM en el frente de
Córdoba, donde fue herido en las escaramuzas de finales de enero de 1938.
Pronto sufrirían nuevos choques, ya en
Badajoz, a mediados de febrero de 1938. Cuando llegó la hora de la
desmovilización de los Internacionales, Zaccaria se hallaba en Torelló
(Gerona), con los demás del Batallón “Garibaldi”. Estando allí, formó parte de
un grupo de Internacionales, la “Agrupación Internacional”, que retomaron las
armas y salieron a intentar evitar el avance de los franquistas. Indomable, no
se resignaba al avance del fascismo.
Por fin, tuvo que pasar a Francia, junto con
los “Garibaldinos”, el 12 de febrero de 1939, entró en Saint Cyprien, Gurs y
Vernet. En 1941 fue extraditado a Italia, donde fue condenado a cinco años, en
la isla de Ventotene. Liberado en 1943, se unió a los partisanos yugoslavos.
Tras la guerra, se instaló en Koper (Eslovenia).
Zanoni, Arturo.- Nació
en 1897 en la zona de Verona. Ferroviario, comunista primero y socialista
después. Temiendo represalias fascistas, emigró a Argentina en 1923. Aquí ocupó
importantes cargos sindicales, y se casó en 1924. Militó en el Partido
Comunista Argentino y fue secretario del Socorro Rojo y miembro de un club de
teatro amateur. Por sus actividades sindicales recibió la orden de expulsión.
Gracias al Partido Socialista no fue deportado a Italia, sino a España, a Vigo,
en 1933, en el vapor “Asturias”, con una carta de presentación ante el socialista
Trifón Gómez.
Se instaló en Madrid, con su esposa, y se
afiliaron al PSOE y a la UGT. Ante los sucesos de 1934, Zanoni fue detenido de
nuevo, y en marzo de 1935 fue expulsado de España, sin documentos (que fue lo
peor), y se estableció en Toulouse, hasta que vio la oportunidad de volver a
España al estallar la guerra civil en 1936. Llegó a Madrid en los primeros
días, y se enroló en la “Columna Mangada”, junto con su paisano Fernando de
Rosa.
Zanoni pasó a mandar después la 49 BM, y
después, junto con Nino Nannetti, mandó la 90 BM “Pasionaria”, con la que
participó en la batalla de Guadalajara. Más tarde pasó a mandar el “Batallón
Garibaldi” (o Brigada), en realidad la XII Brigada Internacional, desde
noviembre de 1937 hasta el 17 de marzo de 1938, con el grado de Mayor. En esta
última fecha fue destituido por el jefe de la XV BI, Hans Kahle, alemán, tras
la derrota de Caspe. Su última participación en la lucha española fue en la
batalla del Ebro. Luego, la desconvocatoria de los Internacionales, el paso a
Francia y el campo de concentración de Saint Cyprien.
Zanoni en el campo de batalla junto con su paisano Nino Nanetti.
De allí salió libre, junto con Prieto Nenni,
y se establecieron en Perpiñán. Zanoni intentó salir para México, pero al no
ser español de nacimiento, no se lo permitieron. Empezó a rodar por Francia con
su familia, cuando ya tenía dos hijas, la última nacida en un establo. En 1940,
invadida Francia, el Gobierno de Vichy empezó a perseguirlo de nuevo, yendo a
parar con su familia a los campos de Noé, Barcarés y Vernet, hasta que la
policía de Burdeos lo entregó a los nazis.
En el famoso “Tren Fantome” fue llevado a Dachau, como prisionero español. Y en ese calvario infinito llegó la liberación del 29 de abril de 1945. A través de Francia volvió a su querida Italia, ya liberada del fascismo, donde ocupó un cargo en el Sindicato Nacional de Ferroviarios, manteniendo siempre contacto con el PSOE en el exilio. Murió en Roma, el 19 de marzo de 1967.
La Centuria "Sozzi", mandada por Bocchi (Se ve a la derecha a pecho descubierto).Los primeros antifascistas italianos que vinieron a España.
La Centuria “Gastone Sozzi”.-
Fue
el primer grupo de italianos de ideología comunista que llegó a España en
septiembre de 1936, muchos antes de que la Komintern organizara las Brigadas
Internacionales en Albacete (Una decisión de septiembre y entrada en combate el
7 de noviembre). Antes de ellos, los voluntarios italianos que habían entrado
en agosto era los republicanos de “Justicia y Litertad” de Carlo Rosselli y los
anarquistas de Camillo Berneri, que juntos formaron la Sección italiana de la
Columna “Ascaso”, de la CNT.
La Centuria italiana tomó el nombre de
Gastone Sozzi, un comunista que murió en 1927, a consecuencia de las torturas
en la cárcel de Perugia. Se formó el 3 de septiembre de 1936 en Barcelona y
quedó encuadrada en la Columna “Libertad”, del PSUC, mandada por el capitán
Rafael López Tienda (Otro hermano militar, Joaquín, hizo la guerra con Franco
en Córdoba, al frente de Milicias de
Falange). Rafael moriría en la defensa de Madrid, en 1936. Tenía como
comandante a Angelo Antonini, y como comisario, a Francesco Leone.
La Centuria estaba formada por 86
italianos, 29 polacos, 10 franceses, algunos belgas y un danés. En septiembre
la Centuria participó en el intento de detener el avance franquista en Talavera
de la Reina. Llegó a Madrid el 8 de septiembre, y rápidamente colaboró con el
Quinto Regimiento en la defensa de la ciudad. El 13 de septiembre ya estaba
combatiendo en Cenicientos, en la carretera de Extremadura.
Entre el 16 y 18 de octubre combatió en
Chapinería, y después de los combates quedó reducida a sólo 36 hombres, por lo
que los supervivientes fueron enviados a la Base de las Brigadas en Albacete. La
Centuria quedó oficialmente disuelta el 22 de octubre de 1936, y los
voluntarios que quedaron fueron incorporados al Batallón “Garibaldi”, como 3ª
Compañía. En la foto aparece a la derecha Giovanni Bocchi, a pecho descubierto.
Su trágico final sería en la desgraciada navidad de 1936, cerca de Villa del
Río (Claudio Rossi, email de 14-2-2025).
(Fuente:
Banco de Datos de AICVAS (Associazione italiana di Combattenti Volontari
Antifascisti di Spagna), www.antifascistispagna.it ).
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